Gran Premio de Jerez: a la caza del motero

Suele hacerme triste gracia como suelen enfocar los periodistas los accidentes en los que tiene la mala suerte de "participar" el conductor de una moto, la cilindrada es independiente para el titular "Moto colisiona con un coche", o "Accidente mortal al colisionar una moto con un turismo". Después, cuando lees la noticia entera te das cuenta de que el conductor de la moto no se despistó, ni iba a ciento noventa kilómetros hora por ciudad ni cosas por el estilo, no, solo tuvo la mala suerte de que un coche salió de un garaje sin mirar o se saltó un stop o un semáforo, pero ¿cuanta gente lee este tipo de noticias en profundidad? muy poca, la mayor parte de las veces en la mente del lector se queda el concepto de que fue el motorista quien colisionó, o sea: motorista culpable, un chalado que va a toda leche importándole un bledo su vida y la de los demás.

Y uno, cuando lee estos titulares y comprueba que al final la persona que conducía la moto no tuvo culpa ninguna, se pregunta para que diablos se pasarán cinco o seis años los que redactan estas cosas estudiando una carrera en la que se supone que les enseñan a usar el lenguaje y a informar con objetividad.

Claro que viendo ciertas conductas, en las que el titular ya casi es lo de menos, uno se pregunta también si no habrá alguna directriz que "venga de arriba" para demonizar a los que conducimos motocicletas y así prohibir y reprimir o, en su caso, justificar una caza sin cuartel a todo aquel que conduzca un vehículo de dos ruedas, si se nos demoniza, y se logra, después es fácil justificar el que se nos persiga con más saña que a cualquier conductor de otro vehículo cualquiera ¿por qué arreglar carreteras? ¿para qué sustituir quitamiedos por las bandas más seguras para nosotros? ¡si lo más fácil es denunciarnos! ¡es que van como locos! y D. Pueblo, que paga impuestos pero pasa bastante de como se usan y en qué, dirá ¡oh, cuanta razón tiene la Dirección General de Tráfico! que los denuncie, que los denuncie, que nos ponen en peligro a todos. 

Noticias de Telecinco segunda edición, a eso de las 21:00 horas del día 27, Pedro Piqueras, todo un profesional del periodismo, una estrella mediatica en estas lides, habla sobre los moteros que bajan al Gran Premio de Jerez en sus motos, parece que unas 250.000 motos rodarán por las carreteras españolas en estos días con dirección a la localidad gaditana ¿esto es bueno? ¿malo? ¿regular? ¿como va esa particular operación salida motera? ¿adoptó la Dirección General de Tráfico alguna medida especial ante el evento? no, que va, no mucho, en este momento aparece el helicóptero de la Dirección General de Tráfico grabando motoristas a diestro y siniestro que infringen todo lo infringible y un poco más, no sale ningún coche haciendo nada malo, tampoco ningún camión, solo moteros, que ya parece raro, los moteros salieron al Gran Premio esa misma tarde, o por la mañana los más afortunados y... parece que cazaron a todos los que hacían de un modo u otro el loco por las carreteras. Pedro Piqueras habla, con su caracerístico y dantesco modo de dar las noticias del peligro que representa nuestra conducta en las carreteras y evidentemente la DGT tomó medidas, hay más agentes, más radares, más helicopteros, vamos, todo lo necesario para denunciar, denunciar y denunciar ¿prevenir para qué?

Pedro Piqueras

Me pregunto yo ¿ese helicóptero de la Dirección General de Tráfico cuantas imágenes habrá grabado en el mismo periodo de tiempo de conductores de coches cometiendo infracciones? ¿no grabó a ningún motero conduciendo correctamente para poder ponerlo de ejemplo? ¿a quién le interesa convertirnos en los malos de la película? me temo que Pedro Piqueras solo fue una herramienta, un colaborador necesario, un colaborador porque se le olvidó de explicarle a los señores de la Dirección General de Tráfico que hay tantos coches (o más porque es mayor su número) como motos que cometen infracciones a mansalva y dar una noticia como él la dio dista mucho ser una noticia con rigor y objetividad.

A veces hecho de menos a aquella pareja de guardias civiles de antaño, que te los encontrabas en lo alto del cambio de rasante, en el cruce peligroso, allí quietos, sin el boletín de denuncias en la mano, y que con su sola presencia lograban que los más lanzados se adecuasen a las condiciones de la vía rápidamente ¿cuantos accidentes habrán evitado esas parejas de "motoristas"? ¿cuanta gente habrá llegado viva a sus casas gracias a ellos? Ahora lo raro es encontrar una de esas parejas en lugar alguno, eso si, en un tramo de treinta o cuarenta kilómetros puedes encontrarte seis o siete radares, en las rectas, que es donde más peligro hay ¡evidentemente!