Un nuevo caso de un guardia civil gallego contra el estado y lo que es peor, contra sus jefes, por pretender algo tan sencillo como que sea la administración del estado (o autonómica, municipal, etc.) quien en primer lugar cumpla la ley, dando además ejemplo con ello, con el triste resultado de terminar sancionado varias veces por sus propios jefes (que deberían de ser los primeros en defender y dar la cara por sus subordinados cuando actúan correctamente) y veremos como le va en adelante. Pero... ¿Por qué los jefes de la Guardia Civil desprecian actuaciones lícictas de sus guardias a favor de las posibles infracciones e ineptitudes de una administración que muchas veces es quien incumple la ley? Veamos, veamos...
En este país tenemos una pseudodemocracia a la que me temo aún le falta mucho para hacerse mayor y convertirse en democracia de verdad, tenemos una especie de larva democrática, que poco a poco, y muy a pesar de los políticos que padecemos, tiene que salir de ese estado para lograr su pleno desarrollo, lo malo es que nuestros políticos, lejos de favorecer ese desarrollo la prefieren pupa eterna, así les va mucho mejor a ellos. Lo malo es que así va todo: una justicia que no es del todo independiente de otros poderes y unos jefes de la Guardia Civil que en demasiadas ocasiones convierten el cuerpo en su cortijo particular, esto es, básicamente, lo que explica ciertos comportamientos de esos jefes policiales en detrimento de la actuación, muchas veces justa y legal de los guardias civiles que tratan día a día con los ciudadanos.
¿Como se consiguen las estrellas de general?
De casi todos los que montamos en moto es sobradamente conocido el caso del guardia, perteneciente a la Agrupación de Tráfico de la Benemérita D. Juan Carlos Toribio, expedientado hasta que lograron jubilarlo precisamente por denunciar las anomalías existentes en nuestras carreteras, y al correo de esta humilde revista nos llegan de cuando en cuando cartas de quienes dicen ser guardias civiles de la agrupación denunciando precisamente asuntos en este sentido, cartas que dejan bastante claro que si se dedicasen a denunciar las anomalías administrativas precisamente sus jefes se los merendarían con patatas en muy poco tiempo, de hecho sería bastante larga la lista de guardias civiles que de un modo u otro tuvieron que dejar la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil por hechos similares y a los que sus propios jefes hicieron la vida imposible hasta que lograron que se fuesen a otras unidades o llegasen a jubilarse por motivos similares a los del guardia civil D. Juan Carlos Toribio. No hay que esforzarse demasiado para llegar a conocer alguno de estos casos que jamás salen en la prensa.
Y es muy triste (e injusto que esto pase), resulta que a unos tíos durante su periodo académico, se pasan el tiempo diciéndoles que el honor es su divisa, que deben de servir al ciudadano, etc. etc. etc. para luego, en la práctica, decirles que se limiten a obedecer aunque lo que haya que obedecer sea lo más injusto del mundo.
Cuentan que en la época fundacional de la Guardia Civil, allá por el año 1.844, uno de aquellos primeros guardias civiles prestaba servicio de orden público a las puertas de un teatro madrileño donde se iba a representar una obra muy popular, sus jefes le habían ordenado que por cierta calle no podían acceder carruajes para facilitar el tránsito de personas y en esas que llegó el general Narvaez, al que llamaban el Espadón de Loja, el guardia le prohibió el paso y Narvaez se puso hecho una fiera, pero el sr. guardia, cumpliendo lo que le habían encomendado no cedió. Al día siguiente Narvaez exgió de D. Francisco Javier Girón, el II Duque de Ahumada y a la sazón en ese momento fundador y primer director del cuerpo de la Guardia Civil la expulsión de ese guardia. El Duque de Ahumada, lejos de ordenar la expulsión de su subordinado por cumplir con su deber le puso sobre la mesa a Narvaez su dimisión alegando que él no había creado un cuerpo como la Guardia Civil para que fuese sometido a las primeras de cambio a los caprichos de los más poderosos.
Admirada por muchos ciudadanos, pocos conocen las injusticias que se dan en su seno.
Triste que los jefes de la Benemérita ya hace mucho que no toman ejemplo de su fundador, por eso, un nuevo guardia, de nombre Marcos fue expedientado en diversas ocasiones por ellos aquí en Galicia, y lo fue precisamente por denunciar las anomalías cometidas por las distintas administraciones y responsables del mantenimiento de nuestras carreteras, triste es que sus jefes, lejos de defenderlo, de dar la cara por él lo sancionasen, obligando al guardia civil Marcos a buscarse la vida para defender precisamente su honorabilidad y su buena actuación profesional en los tribunales, teniendo que perder su tiempo, y posiblemente el de su familia, en andar corriendo a abogados, asociaciones y juzgados para algo que, simplemente, no debería de ocurrir, en fin, no os lo contaré todo, podeis leerlo en la página de la Unión Internacional de Defensa del Motociclista que lo explican muy bien. Ciertamente Marcos al final salió victorioso de sus pleitos, el Tribunal Supremo le dio la razón (tuvo que llegar a tan alta instancia, con todo lo que conlleva), pero ¿y ahora qué? ¿se terminó su calvario? mucho nos tememos que en un cuerpo como la Guardia Civil, lider en suicidios de sus miembros, precisamente por las injusticias que se cometen en su seno, el asunto para Marcos no termine aquí, posiblemente ahora empiece su calvario: una llamada de atención por aquí, un arresto domiciliario por allá, una suspensión de sueldo por otro lado, sanciones que se irán acumulando, se convertirán en graves, en muy graves, pérdida de destino... jubilación por no estar apto para el servicio, expulsión... o eso, o el pobre Marcos cualquier día dejará la especialidad de tráfico, se dedicará a patrullar por ahí buscando los menos problemas posibles y a esperar la jubilación, el sabe muy bien que el mejor servicio para sus jefes es en el que no hay novedad.
Pero ¿Por qué los jefes de la Guardia Civil tienen este comportamiento sumiso y dócil con la autoridad gubernamental? que no se limita solo a no permitirles que sancionen las irregularidades de la administración, va mucho más allá, de todos son conocidas las noticias relativas al deseo de los mandos de la Guardia Civil en que primen las sanciones de tráfico sobre los auxilios en carretera con coacciones diversas sobre los miembros de la Agrupación de Tráfico.
¿Es ésta la Guardia Civil que algunos pretenden incluidos los propios jefes de la misma?
Pues si, lamentablemente todo tiene su explicación, y es que nuestros gobernantes, y no se salva ni uno de los que hubo, y posiblemente los que vengan harán lo mismo (recordemos la famosa frase de Alfonso Guerra: "Hemos descubierto a la Guardia Civil"), lo tienen todo muy bien amarrado, y a cualquier mando, de oficial para arriba, y sobre todo si salió con pocos años de la Academia de Oficiales de Zaragoza lo tienen bien agarradito por los esos que él a veces cree tener tan gordos y lustrosos, y mientras esto sea así no habrá uno solo que levante la voz contra ese gobierno que aparentemente les baila el agua de forma muy favorable.
Y es que si un chaval sale con veintipocos años de la Academia de Oficiales de Zaragoza tiene un buen puñado de posibilidades de jubilarse como general de la Benemérita, con todo lo que ello conlleva: paga, prestigio, relaciones, conocimiento, etc. etc. etc.
Pero claro, no todos van a llegar a general del cuerpo, más que nada porque generales hay pocos y oficiales muchos, y además... a general (tanto del Ejercito como de la Guardia Civil) no se llega por oposición, o sea, uno no llega a coronel por antiguedad y llegado el día tendrá que demostrar a través de un examen y pruebas diversas su valía para el cargo, no, eso no va así, uno llega a general ¡a dedo! así de sencillo, a dedo, nombrado en el momento oportuno por el consejo de ministros de turno, o sea... tu me gustas, eres de los míos, hablando en plata, me la has chupado bien pues venga, majete, te hago general para que sigas arrodillado a mis pies y haciendo lo que yo diga y si te portas bien te daré unas palmaditas en el tricornío y te daré por ahí alguna regalía en la que manejes dinerito a tu antojo o en la que cobres algo más en cosa de dietas, pluses, etc. La Ley de la Carrera Militar lo pone así como más difícil pero en la práctica se trata de eso, de elección a dedo, que para algo los generales que informarán a dicho consejo de la idoneidad para el ascenso del nuevo "coleguita" fueron elegidos de la misma manera. Así las cosas el teniente, el capitán, el comandante, etc. etc. etc. ya se cuidan muy mucho de que sus guardias no anden por ahí dándole por culo a los poderosos de turno, no vaya a ser que por un tarado, que malamente llegará a suboficial, se jueguen ellos la plaza de general, que oye, si no llegas pues no llegas, pero que nadie vaya a decir que no supiste pelotear adecuadamente al poder que tocase en cada momento.
Guardias malos para sus jefes
Después está el asunto, muy relacionado con el anterior, de que "oficial no come a oficial", o sea, un guardia expedientado por un teniente -pongamos por caso- raramente encontrará apoyo en su capitán, comandante, etc. Mucho menos en un general al que ni acceso tiene, de encontrar apoyo en el ministro de Interior, Defensa o en el propio Rey como jefe de las Fuerzas Armadas ya ni hablamos, que creo que se parten la caja torácica de la risa cuando algún guardia les envía una instancia buscando que sus derechos sean protegidos, y más aún si el guardia se dedicó de algún modo a denunciar su inutilidad y mal hacer en cuestión de carreteras.
Un buen guardia de Tráfico
Puede parecer triste y lamentable pero esto es así, mientras los oficiales de un cuerpo como el de la Guardia Civil tengan supeditados ciertos ascensos al capricho de un consejo de ministros y mientras la Guardia Civil no disponga de un régimen disciplinario justo, en el que la mala actuación de los oficiales, jefes y generales contra sus subordinados también sea sancionable los guardias, que son los que en última instancia tratan con nosotros, los conductores, seguirán sometidos a un poder invisible que les obligará a pasar por el aro o a pasar de todo, alguien puede pensar que esto no es así, pero esto es estar muy lejos de la realidad.
Si volvemos al tema del guardia Marcos sabemos dos cosas:
1.- Se molestaba de forma legal y sobre todo moralmente lícita en que la administración cumpliese la ley.
2.- Fue sancionado varias veces por ello por sus jefes.
3.- El Tribunal Supremo dejó sin efecto esas sanciones reconociendo lo injusto de las mismas.
Pero... ¿le sucederá algo a esos oficiales, jefes y generales que actuaron de forma injusta? ¿alguien los sancionará a ellos?
Respuesta: NO (así, bien grande), se van de rositas.
Y lo que es peor ¿Tiene el guardia Marcos alguna garantía de que esos mismos jefes, a los que él puso en evidencia, no procederán contra él sancionándolo de otras maneras?
Cuando hay más miedo a los galones que a la justa actuación mal va la cosa
No, no la tiene, de hecho, mucho nos tememos que dentro de un tiempo el guardia Marcos volverá a aparecer en algún papel oculto en el maremagnum de Internet por algún otro cúmulo de injusticias, tiempo al tiempo.
Y ya sabes, si consideras que el resto del mundo debe de conocer todo esto no dejes de compartir esta noticia en las redes sociales, siempre es bueno saber el por qué de algunas cosas.
A ver, tradicionalmente, sobre todo, la jefatura de la Guardia Civil ha estado dirigida por personal que si se ha significado por alguna ideología política, ésta ha sido la de la derecha,... pero muy, muy a la derecha. Si a ello se añade que los responsables para tal jefatura son designados por miembros del gobierno de que se trate al efecto, pues entonces queda todo aclarado... ¿A quién van a apoyar si no...?
ResponderEliminarTremenda gilipollez por otra parte.... cuando ha gobernado la izquierda ha sido igual.
EliminarQue hables de sumisión al poder establecido lo entiendo.. pero que mezcles la derecha es demagógico, parcial y además manipulado. No importa quién gobierne... los generales son nombrados a dedo y en la época de zapatero pasaron de 17 generales a 37. Ahora no está bien, pero antes tampoco.
Excelente artículo. Quien lo ha escrito sabe de que va la cosa. Yo he estado 25 años en la Agrupación de Trafico. Sufrí 8 años consecutivos enlazando expediente tras expediente todos por denunciar públicamente lo que está pasando tras los muros de los cuarteles y destacamentos de trafico. Todos mis expedientes fueron resueltos sin responsabilidad hacia mi persona. El último de ellos me llego ya jubilado por perdida de aptitudes psicofisicas
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