Marc Coma sigue reinando sobre las ardientes arenas del desierto

Duro, aunque ciertamente placentero, es sencillamente rodar durante horas, parando donde te da la gana y cuando quieres (mejor dicho, cuando hay un area de servicio y quieres) por una autopista. 

Si hablamos de competiciones la dureza varía, pero seguro que salvo las carreras de dragsters, que también tienen su aquel, que se resuelven en poco más o menos que 400 metros todo es tremendamente duro, que si seis horas de resistencia en scooters, que si el MotoGP, campeonatos de enduro, cross, trial, todo requiere una buena forma física y una resistencia moral envidiable.

Ahora bien, cuando un piloto decide que lo suyo es hacer lo mismo, pero con temperaturas que superan bastante los 45 grados centígrados y sabiendo que gran parte de la carrera la fina arena de los desiertos de todo el mundo se van a meter por cada poro de tu piel la cosa tiene su mérito y es más que respetable esa pasión por competir en esos lugares. A esto hay que añadirle la dificultad de hacer correr a velocidades endiabladas una moto, sea cual sea, por terrenos donde difícilmente se "agarra" un poco y donde los accidentes, e incluso las muertes de pilotos, suelen darse con demasiada profusión.

 Marc Coma en el transcurso del Rally de Catar

Si además ese piloto se clasifica casi siempre en los primeros puestos, y bastantes veces incluso alcanza los laureles del campeón el mérito se multiplica, y eso, ni más ni menos, es lo que está haciendo el piloto español Marc Coma [web oficial], que viene de imponer su dominio y alcanzar, de nuevo, la gloria del campeón, en el Sealine Cross-Country Rally de Qatar, tras pilotar su KTM durante 1.300 kilómetros repartidos en cuatro etapas, aumentando así, en el ecuador de la competición, su ventaja con respecto a Jordi Viladoms en catorce puntos.

¿De verdad John Wayne fue un centauro del desierto?