Las teorías son como el culo, y a buen seguro que sobre este tema cada quien tendrá la suya y será tan válida como cualquier otra, pero uno, el que suscribe, se crió en una aldea, y por diversas razones se ha recorrido a base de bien muchos lugares rurales de esta vieja piel de toro, así que algo puede que sepa, o más bien intuya, sobre el asunto.
Proliferan también, sobre todo últimamente, las denuncias contra agricultores y ganaderos de toda la vida (me refiero aquí en Galicia, que es lo que más conozco, aunque me da que esto sucederá en muchos otros lugares de España), por las cosas más estúpidas que uno pueda imaginarse: que si el establo huele mal, que si las vacas cagaron en un camino, que si la entrada de cierta casa, ganadera de toda la vida, no está debidamente limpia, etc. etc. etc. Tanto es así que hay ayuntamientos que pretenden prohibir el que un vecino pueda tener un gallinero en su casa porque molesta a la pija vecindad que con él tiempo se le aposentó en los alrededores de lo que siempre fue rural y donde siempre hubo animales, huertos etc. Todo esto no surge del otro vecino agricultor o ganadero, que va, esos vivieron en paz (salvo otras circunstancias), quizás durante generaciones, el problema, el denunciante, el que se queja, es el/los advenedizos que de unos años a esta parte tienen la bonita costumbre de comprarse una casa en el campo pensando que es como la ciudad y jodiendo con sus civilizadas costumbres a quien se le ponga por delante. Muchas veces me pregunto a donde piensan llegar estos señoritos. Cuando tengan controlado al ganadero, y al pequeño agricultor que tiene un par de cerdos y unas gallinas ¿Llamarán al SEPRONA para que traslade el hormiguero que les molesta a la puerta de su casa? ¿denunciarán al topo que le hace agujeritos en su precioso jardín? ¿protestarán airadamente en el ayuntamiento porque en su piscina sale moho?
Lo peor no es esto, lo realmente indecente es que los ayuntamientos, ávidos de los dineros que puedan dejar los nuevos empadronados en forma de construcciones, IBI, etc. favorecen a estos denunciantes sobre las personas que hasta la fecha convivían aquí y allá en armonía, con sus vacas, cerdos, gallinas y... sus ruidos, sin quejarse los unos a los otros porque fulano de tal comprende perfectamente que menganito tenga que usar durante unos días la motosierra para hacer leña con la que calentarse en invierno y menganito comprende sin problemas que fulano esté toda la tarde con el tractor cosechando sus campos. Los únicos que no comprenden todo esto son esos advenedizos de ciudad que se presentan en el campo y quieren transformarlo a su manera de vivir. Si el agricultor o el ganadero tienen que dejar de trabajar que lo hagan, pero a ellos que no los molesten, y alcalde y concejales tocándole palmitas al advenedizo de turno y jodiendo a quien allí lleva toda la vida, a veces generaciones, realizando un trabajo honrado y que a nadie molestaba.
Dicho esto, que ya puede dar para pensar, vayamos un poquito atrás en el tiempo. A buen seguro que muchos os acordais de las Mobilette y más aún de las Puch Minicros, había otras marcas, pero estas eran muy populares. Si uno se iba por campos de ambas castillas, valencianos o andaluces, no era nada raro ver a los hombres del rural con este tipo de motos por caminos y veredas de camino (ida o vuelta da igual) a su huertito, a su finquita, a hacer alguna labor, con una azadilla quizás atravesada de algún modo en la motito a la que nunca le faltaba la cajita de fruta plástica para transportar alguna verdura o fruta al hogar, y que circulaba sin mayor problema por cualquier sitio, ni por la cabeza se le pasaba que le pudiesen poner unos pinchos en el suelo, una roca a la vuelta de un recodo o un cable a la altura de la cabeza.
No hace demasiado tiempo tampoco este que suscribe, y a buen seguro que muchos de los lectores, circulabamos en motos de monte por toda la geografía española y sin temor a estas cosas. Hace unos años, bastantes, resultó noticia que habían puesto efectivamente un cable a unos motoristas allá por Extremadura y más de uno exclamamos un sonoro ¡Joder como se pasan! se descubrió el cotarro, lo había puesto un malnacido, furtivo él, para joder a los del SEPRONA, pero fuera de eso nada de nada.
Y es que no se molestaba a nadie, evidentemente no andabamos con nuestras H6, Capras, o MK11 rodando por entre casas, íbamos al monte, y al agricultor, al labrador de la zona, en nada le molestaba el ruidillo lejano de nuestras máquinas, más que nada porque estaba acostumbrado al sonido de motosierras, segadoras, tractores, etc. etc. etc. Evidentemente un señor que lleva una recua de vacas por caminos (con sus pisadas tan evidentes), un tractor (o un carro) a veces con remolque o aperos varios sabe de sobra que una moto poco o ningún mal hace en el monte, y es que mira tu, con la moto, por mucho que quieras, vas por lugares por los que puede ir una moto, no te dedicas a tirar arboles, ni a subirte a ellos rompiéndoles las ramas, ni persigues zorros, tejones, ardillas o conejos para atropellarlos, mucho menos jabalies o venados, se va por senderos trillados por años, a veces por siglos, y como mucho las trialeras, se salen un poco de esas sendas para subirse por alguna que otra piedra ¿Dónde está el mal? no lo hay. Y que no me venga el ecologista de turno diciéndome que los animalitos se espantan, también se espantan del tractor pero mira tu, es que no se ponen, o no suelen ponerse, donde va a pasar el ingenio mecánico, que saben comportarse bastante mejor en el monte que esos ecologistas de fin de semana que nada hacen por él salvo decir que "desean disfrutar en él tranquilos" y a disfrutar todos tenemos derecho, también los que montamos en moto, que ancha es Castilla y aquí hay sitio de sobra para todos. Y por cierto... más de una vez me paré con aquella moto de monte en alguna vereda y bien cerca estaba algún pajarillo que lejos de huir miraba a aquel sujeto embarrado con suma curiosidad, y para algún pajarillo que maté moviéndome en moto fue en carretera al estrellarse este contra mi o contra la moto, incluos uno en autopista, fíjate tu ¡y una gaviota en ciudad con una Vespa! así que mira tu el daño que hace la moto de monte.
Para rematar el asunto, y seguro que muchos os acordais, hace no demasiados años, la chavalería del mundo rural, al menos aquí en Galicia, a poco que juntaba cuatro duros, se compraba alguna motillo, de la cilindrada que fuese pero de monte, eran popularísimas las Derbi Diablo, por ejemplo. Y no era raro que se juntasen el fin de semana y para ir al pueblo tal lo hiciesen por alguna senda de monte, por disfrutar un poco, pegar cuatro brincos e ir, a lo mejor, a una fiesta del pueblo vecino (no pocas veces me llevaron a mi a alguna de esas correrías). Esos chavales hoy calzan cincuenta o sesenta años ¿alguien se los imagina poniéndoles trampas a los motoristas o ciclistas? Ni por el forro, si te paras en algún lugar y se cruzan contigo aún echan una parrafada sobre aquellos buenos y lejanos tiempos de su juventud y te ríes con ellos un rato.
Así que, para mi, y por mi experiencia, que creo amplia en esto de asuntos rurales, por haber vivido en ellos durante largos años, por recorrerlos obligado por mi trabajo y por algunas otras circunstancias, me da que agricultores, ganaderos y descendientes de estos raramente pondrían una trampa a motoristas y menos aún a ciclistas. De quienes no me fio es de esos advenedizos, que se van a vivir al campo campero y pretenden amoldarlo a sus urbanitas intereses y que no dudan en denunciar al asqueroso vecino que con sus vacas lo empuerca todo, animado en la mayoría de los casos por políticos imbéciles que no tienen el cuajo de enviarlo al Diablo y le aplauden alegres la gracia. Después, eso si, el advenedizo se lamenta, de que los cristales de su casa le aparecieron rotos y no sabe quien fue, pero oye, es que donde las dan las toman.
Y ya no hablemos de esos ecologistas radicales y gilipollas, que tienen en más valor la vida de un ratón de campo o de una salamandra que la de una persona. Lo que es peor en estos segundos es que de campo no saben gran cosa (que es buen lugar para fumarse unos canutos si), ni de sus costumbres ni de sus quehaceres, que hasta alguno hubo que llamó la atención a un agricultor porque cortaba hierba para el ganado ¡en su propia finca! y además, le llamó maleducado al pobre hombre porque lo mandaba a la mierda con cajas destempladas (y suerte hubo de que el ecologista corría bastante).
Esta es mi teoría sobre el asunto, pero a buen seguro que algún lector puede haber tenido alguna desagradable experiencia en estos asuntos y tenga otra, ahí están los comentarios para que las expongan. Ecologistas y advenedizos camperos también pueden dar su parecer, evidentemente, me encantará darles la razón si la tienen, pero lo veo difícil, aunque no lo parezca soy muy... pero muy de campo, y a respetarlo no se me gana fácil, salvo que pertenezcas a la tribu de los yanomamos, claro.

Pues no se yo...
ResponderEliminarEsos cables oxidados... los toscos maderos con clavos... es cierto que estan al alcance de cualquiera pero yo diria que eso esta hecho por gente de pueblo.
Yo tambien he vivido la mayor parte de mi vida en una aldea y sé por experiencia que la gente de los pueblos son en general animales asilvestrados y embrutecidos que son muy capaces de poner esas trampas y quedarse tan panchos. Muy probablemente porque precisamente la gente que salga al monte con esas maquinas sean domingueros de ciudad. Pocas cosas existen en el mundo que sean mas reales que la cerrazon y hostilidad que se desprende del comun de los pueblerinos de españa contra la gente de ciudad.
Mi teoria es que algún garrulo de Canicosa de los Monteros, o del pueblo que toque, le habrá entrado por el ahujero malo algun dominguero con su moto de cross y su mono de colores y le habrá preparado la trampa porque es asi de simple el tio.
No me imagino a esos amantes de los animales que al final hacen mucho ruido pero muerden poco y son mas candidos que una muñeca de trapo poniendo trampas tan macabras. Ni a la gente de ciudad que para dos dias que va al pueblo en verano tenga que molestarse en peinar el monte poniendo trampas para motos. Sin embargo si me cuadra que el garrulo de turno picajoso y con prejuicios, acostumbrado a una vida mas dura que la gente de ciudad hiciera algo asi.
Uno de pueblo.
Ambos bandos, o hasta un tercero han de tener muchos y muy buenos argumentos para defender su punto de vista. Si todo queda en discusiones o fanfarroneria, esta bien, se puede soportar de alguna manera, pero de eso a poner algun que otro artilugio, con la intencion de causar el mayor daño posible, eso ya es un delito. Las autoridades probablemente sean las peor cualificadas para mediar en este asunto, pues todos sabemos como se las gastan, pero si los que vamos de zonas urbanas a disfrutar de lo que el derecho constitucional nos garantiza, tuvieramos un poco de consideracion, a lo mejor no serian tan encarnizadas estas discusiones, pero para gustos pintan colores. Yo pude pasear con mi H6 varios años por sendas y caminos rurales de Ourense y nunca tuve problemas. Tal vez en estos tiempos modernos se nos haya acabado la paciencia y consideracion hacia los demas.
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