A veces la repulsiva ignorancia y catetismo de los políticos españoles me repatea el hígado cosa mala, y es que estos tíos cuando hablan sube el pan y a una pareja de pobres de solemnidad les nacen trillizos oiga. Y lo malo no es que hablen, que si solo hablasen y lo dejasen así casi que sería bueno, lo malo es que a veces les da por actuar y los despropósitos que pueden surgir de ahí, bueno... creo que raro será el españolito de a pie que no tenga a mano alguno, que muchas veces además, más que para reír son para llorar, para llorar mucho.
Mi preocupación viene dada porque se juntaron los responsables de los municipios que conforman la bien conocida Ruta de la Plata, que va desde Gijón a Sevilla (o viceversa si se quiere, tanto monta monta tanto) y han tenido la, en principio fantástica idea, de adaptarla para moteros y favorecer así el turismo por sus ochocientos kilómetros, hasta ahí todo bien, ya han firmado un convenio con la Secretaría Española de Estado para el Turismo, todo de maravilla.
Lo que me asusta es lo que dijo el Sr. Gregorio Serrano, presidente de la Red de Cooperación de Ciudades en la Ruta de la Plata, y a la sazón también concejal sevillano: "Ahora queremos potenciarla adaptándola a los moteros. No tenemos las pretensiones de que sea la Ruta 66 de EE.UU, pero una cosa más o menos parecida".
Y uno, sabiendo que habla un político español, al que en principio no conoce de nada pero se lo imagina como la mayoría de los que tenemos se echa a temblar, a temblar por varias razones:
La primera: la Ruta de la Plata data del siglo VII antes de Cristo, ahí es nada. Cargadita de historia que está: Mérida, cascos históricos de Cáceres o Badajoz, la ciudad de Salamanca, Sevilla misma, Astorga. Después podríamos hablar de todas sus maravillas naturales destacando el Campo Charro, en fin ¡qué ya quisieran los americanos tener esto allí!
La segunda: quienes alguna vez la hemos recorrido nos gusta así, con su sabor español, sus bares de carretera, con sus rótulos de aquí, su jamón serrano (a veces pata negra en algunos lugares al sur) de aquí, con su gazpacho extremeño de aquí y por supuesto con esos bares que tienen a la venta un conejo o una liebre vestido de cazador que no se quien diablos comprará, pero si lo tienen es porque se vende. A estas alturas hay algunos tramos de autovía que la desvirtúan un poco, pero siempre está "la vieja" para salirse por un momento de la monotonía de las autovías o autopistas.
La Ruta 66 tiene su encanto, no digo que no ¡faltaría más! pero es una carretera americana, con cosas tradicionales de los americanos, pero ni tiene la historia de nuestra "Vía de la Plata" ni mucho menos su interés, es más hasta no hace mucho fue, si la "Mother Road", la madre de todas las carreteras federales de aquel país pero... una carretera normal y corriente en los EE.UU, y aunque tiene su historia los mismos americanos pasaron bastante de ella en pro, eso si, de mejorar esa ruta, así que hoy en día, si se circula por ella no siempre se va por la original, por eso en algunos tramos está el típico cartelito de "Historic Route 66", y otra cosa, la Route 66 nunca estuvo adaptada para moteros, no tiene nada especial para los moteros, a priori un motero no necesita que "le adapten" la carretera (salvo en el caso de los guardarrailes que si sería deseable), circulamos por las mismas carreteras que coches y camiones y vamos, a través e ellas, a los mismos lugares sin mayor problema.
Si hoy en día en la Ruta 66 hay algunos establecimientos destinados a un público motero se debe, única y exclusivamente a una demanda: de un tiempo a esta parte son muchos los moteros de EE.UU y del resto del mundo que gustan de recorrer esa carretera, como en Europa muchos sueñan y otros hemos soñado con llegar a Cabo Norte, así que puede haber ciertos negocios orientados a los moteros pero... solo eso, la carretera no se alteró por culpa de ellos, solo por causa del progreso, la comodidad y la rapidez en las comunicaciones.
Y ahora ¿qué tendrán en mente nuestros políticos de la Ruta de la Plata? ¿llenarla de cartelitos con forma de escudo, similares a los que jalonan la Ruta 66? ¿subvencionar hamburgueserías a tutiplen por toda la ruta? ¿potenciar que los empresarios montem bares vaqueros con música country? (un puticlub ya lo hay, o había, con un vaquero de neón grandote en la pared, no recuerdo el nombre) ¿pintar la señalización horizontal en amarillo? Creo que con el nombre ya le llega, casualmente la Ruta de la Plata se denomina actualmente A-66.
Por el amor de Dios, señores políticos, no toquen nada, no hagan nada, mejoren si acaso el asfaltado donde sea necesario, cambien los quitamiedos que tanto miedo nos dan, el resto déjenlo como está, para parecernos a los americanos ya tenemos la Coca Cola y con eso sobra. Gracias. Es que huelo a disparate, espero equivocarme.
La ruta 66 americana es producto del dolor y la miseria. Del éxodo de miles de americanos arruinados en la gran depresión (La anterior.No la de ahora) que perdieron sun trabajos, sus granjas , sus campos de labranza en el este y medio este... Y tuvieron que emigrar hacia el Oeste, hacia el sueño californiano.
ResponderEliminarMuchos de ellos, se quedaron en el camino debido a averías en sus vehiculos que no tuvieron dinero para arreglar, no tener dinero ni para gasolina suficiente para llegar hasta el Pacífico o simplemente, encontraron la oportunidad de dar servicio a los demás desheredados en medio de un lugar cualquiera de la ruta.
El sueño americano había muerto. Y la Route 66 fué para muchos el largo camino hacia el cementerio, aunque para otros el caminar hacia la luz del final de un largo y oscuro túnel.
La ruta de la plata, por el contrario, nada tiene que ver con aquello (Ni debería ¡Por Dios!)y efectivamente, como bien dice Reynold, nos gusta como está. El encanto que tiene es precisamente el olor añejo a "España profunda", a rural, a era "pre-plastico y envasado al vacío", en donde cuando pasa un grupo de motos por un pueblo, los paisanos se quedan mirando como si fuesen ovnis, en donde los bares sirven cañas frías sobre un suelo de baldosa cutre plagada de mierda y restos de huesos de aceitunas y cáscaras de gambas... Y todo ello, por cuatro "perras gordas" y sin que te sableen por el mero hecho de ser un turista motorizado de un tour pactado.
Muy cierto lo que comentas de la Route 66. Y lo que dices de la Route 66... ¡Ojalá nunca haya tours pactados! los que por ella viajemos solos terminaremos pagando lo que no está en los escritos por un gazpacho fresco o por una caña.
ResponderEliminarEstaba pensando que la Ruta 66 es muy larga y la de la Plata muy corta como para hacer tours pactados, pero pensandolo mejor, la de la Plata quizás de para tanto como la otra, parando en ciertos lugares y ciudades puede dar para una semana rodando por ella bien a gusto. Por otra parte no sería muy difícil potenciarla en países anglosajones, al fin y al cabo en verano Salamanca se peta de estudiantes de español ¡verás tu que terminamos pagando lo que no está en los escritos por una caña!