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7/4/20

Desde los Ancares al Valle del Silencio

No está mal recordar viejas rutas, aunque hayan sido realizadas hace ya hace largo tiempo y estén por aquí, en el ordenador pendientes de ser publicadas, quizás en estos tiempos de aislamiento y cuarentena por el puto Coronavirus le hagan pasar a alguien un buen rato o sirvan para programar un viaje en moto cuando acabe todo esto, que dicen que no hay mal que cien años dure. Así que vamos a recorrer un trozo de esa frontera salvaje que forman las montañas y llanuras fronterizas entre Galicia y la provincia de León que merece la pena.


En otras ocasiones ya he hablado aquí sobre la Frontera Salvaje Galaico Leonesa, así que en BikerGaraje.Com podeis leer otros reportajes sobre rutas realizadas por la Sierra de Ancares y el Caurel, esta es ligeramente distinta, y es que aunque vayas varias veces siempre podrás programarte una ruta interesante por toda esa amplia zona que abarca un buen puñado de kilómetros cuadrados de la geografía española, a buen seguro que no te aburrirás y tus sentidos se alegrarán sobremanera.

A la derecha observamos la pequeña aldea de Vilaquinte

Esta ruta motera la empezamos en Vilaquinte, que allí hemos encontrado una maravillosa casa rural a un precio asequible conocida como a Casa do Crego, en pleno corazón de la Sierra de Ancares, cerca, muy cerca de Piornedo, ese pequeño pueblo conocido por sus pallozas en alguna de las cuales aún mora gente. 
No suelo recomendar aquí lugares de hostelería y hospedaje, más que nada porque cada quien es su Dios y lo que me gusta a mi no tiene por qué gustarle a los demás, y no quiero ser responsable de que alguno venga a decirme que no le gustó lo que yo recomendé, pero mira, a Casa do Crego si que la recomiendo, y si una vez que vayas no te gusta háztelo mirar, porque eres más raro que un perro verde, que vale oye, puede no gustarte un lugar tan rustico (olvidate de Internet y televisor), construido en piedra y con mucha madera de castaño hermosamente colocada (ya sabes, si no te gusta todo esto no vayas), pero dudo que me digas que el trato que te dan Macu y Rafa no fue bastante más del adecuado y normal que te darían en cualquier lugar, que oye, hacen que tu estancia allí sea como estar con unos familiares con los que te llevas de puta madre, pero además conocen muy bien la zona, incluso más allá de lo que cabría esperar en unas personas que viven un tanto aisladas del mundanal ruido, no dejarán de sorprenderte con pequeños consejos sobre rutas hacia lugares que no salen en las guías de viajes, carreteras hermosas, "sexis" le llaman a alguna que nos recomendaron, pueblos pintorescos, o harán, con sus buenos consejos que te fijes en detalles que pasarían inadvertidos a los ojos del viajero poco observador, menos aún si tienes que ir conduciendo una motocicleta por carreteras de montaña que ora tienen baches, ora gravilla y ora, admás de su estrechez, un hermoso precipicio casi vertical a un lado de la carretera, así que aquí os dejo unas fotos de la Casa do Crego, por si os animais y no sabeis donde pernoctar.

Patio interior de la Casa do Crego con su horreo ancareño.

Por si teneis curiosidad lo de Casa do Crego significa la casa del Cura, pero bueno, si sois castellano hablantes no pregunteis a las gentes de la zona por la Casa del Cura, porque en la zona a lo mejor vive algún que otro cura y os mandan a su casa, y no, no tiene nada que ver con un cura actual, parece ser que recibe el nombre porque al estar al lado de la iglesia de Vilaquinte era la casa donde curas del pasado hacían algunas cosas relacionadas con la parroquia, cosas que pueden ir desde haber cobrado el diezmo siglos atrás, hasta en tiempos más recientes reuniones para cualquier labor comunitaria, emergencias en la zona o lo que fuese menester, de ahí el nombre: era la casa a donde iba el cura a reunirse con los vecinos para lo que fuese necesario según tiempos y momento. En Internet y en Google Maps la encontrareis sin problema, y aunque dije que en la propia casa no había Internet (depende un poco de tu compañía de telefonía), si la hay subiendo unos pasos hasta la iglesia de Vilaquinte que está allí mismo, vamos que si podrás envíar algún whatsapp o ponerte en contacto con algún familiar en caso necesario sin grandes complicaciones.

Aperos de labranza en A Casa do Crego


 Decoraciones y mobiliario de A Casa do Crego (pica para verlas en grande).

Recorremos algunos lugares de la zona como pueden ser Navia de Suarna cruzada por el truchero río Navia (si te cuadra en temporada igual quieres llevar una caña plegable, o si vas en coche todo el equipo de pesca y quieres pasar un buen rato entre pintonas), donde disfrutaremos de hermosos paisajes en los alrededores y rincones en el mismo pueblo muy agradables que suplen con creces el adefesio que sufre Navia con un castillo que se ve en el centro del mismo, es feo, o mejor dicho, está feo, mejor dicho aún: lo pusieron feo, y además a poco que lo observemos veremos que dispone en su puerta de... portero electrónico ¿qué carajo pinta un portero electrónico en un castillo que aparenta estar medio ruinoso? pero peor aún ¿que coño hace en el interior de esas ruinas pegado a ellas y sobre ellas un edificio aparentemente moderno? ¡Ojo, que en la web de Turismo de la Xunta de Galicia aparece como algo visitable y todo eso! pero bueno, ya sabemos que para que un político diga la verdad tiene que ocurrir algún tipo de milagro.

A pesar del horrible castillo Navia bien merece una parada.

No os voy a contar toda la historia del castillo, solo un par de apuntes: el castillo data del siglo XI y se percibe que Navia creció a su alrededor, fue asolado en las Guerras Irmandiñas, después fue de una familia que se llamaban Osorio, posteriormente pasó a pertenecer a la de Altamira, que debían de ser unos tipos bastante... hijos de puta, y es que en pleno siglo XVII parecían estar empeñados en vivir como en plena época feudal con sus vasallos currando y la vida regalada para ellos, pero se ve que las gentes de la zona no estaban muy por la labor y por lo que sea debieron de perder la propiedad del castillo, fue pasando de propietario  a propietario hasta terminar, no hace demasiados años, en manos un cura, si si, de un cura que por alguna razón tenía posibles para comprarlo, el cura se ve que tenía buenos dineros y decidió hacerle una reforma, pero no, no vayais a pensar que lo llevaba el interés histórico-cultural en el asunto ¡qué va! puro interés especulativo inmobiliario, el clérigo llamó a una empresa constructora y ni corto ni perezoso adobó las ruinas petreas del castillo de ladrillo, bloques de cemento y hormigón construyendo un edificio de viviendas, así, con un par, viviendas que algunos compraron, que oye, tiene que tener su encanto vivir allí en lo alto de todo y levantarte a las mañanas viendo todo el pueblo y las truchitas saltando en el río, y ahí está, el mamotreto, sin que apenas nadie se haya preocupado de meterle mano al asunto y darle un aspecto más acorde con la historia y la cultura, comprensible que sea difícil, y es que ya va alguna que otra generación que se cría a la sombra de los muros de la vieja fortaleza, así que ahora, para cualquier cosa, hay que contar con varios propietarios a los que habría que indemnizar, realojar, etc.
Hay una asociación allí en Navia que reivindica eso de ponerlo en valor, hacer que recupere su aspecto original, etc. En fin... les deseo mucha suerte, creo que les hará falta. 

Si amplias la foto, detrás de este precioso puente se ve el... castillo

Cuentan las gentes del lugar que hay varias personas en la zona que se criaron en el interior de ese mamotretro, que de castillo solo es un remedo, y fueron muy felices, así que a todo lo anterior hay que añadirle una cierta nostalgia para algunos. A pesar de todo Navia de Suarna tiene cosas que bien merecen detenerse un rato: su puente romano, su paseo fluvial... en fin, a pesar del mamotreto la visita o la parada (si vas desde Becerreá hacia Piornedo o a la citada Casa do Crego en Vilaquinte te puede caer de paso), merecen la pena. Cabe decir que hay otras ruinas de castillos por la zona como los de Doiras, Balboa y Valcarce a los que si te apetece y estás varios días por el lugar puedes acercarte, siempre con el debido respeto a estas carreteras de montaña no siempre bien mantenidas y cuidadas.

El río Navia, algo turbio por la crecida

Al día siguiente, después de un buen descanso, y desconociendo lo que sucede en el orbe gracias a nuestra desconexión total con medios de comunicación y redes sociales nos disponemos a rutear hacia el sur de los Ancares, justo hasta la cabecera del municipio donde nos encontramos. Cualquiera pensará que eso no es una gran ruta, bueno, si obviamos también que estamos en el lucense municipio de Cervantes, que tiene 276 kilómetros cuadrados y varios picos que superan los 1500 metros de altitud, y que las carreteras, salvo algunos tramos no son las mejores del mundo si, es una ruta corta, también tendríamos que obviar que vamos parando, contemplando algún que otro paisaje o alguna que otra cosa interesante por el camino, entonces comprenderemos que nos hace falta el día, así que a ello vamos. 

Paisajes ancareños por la zona de Vilarello

Hay que tener en cuenta que Vilaquinte está en la parte alta de este municipio, en un principio nos veremos obligados a ascender ligeamente hasta llegar al pueblo de Piornedo por la carretera LU-P-3505, en este caso no paramos en este pintoresco pueblo de la montaña lucense, mañana será otro día.
Desde Piornedo, y siempre entre paisajes espectaculares en los que no pocas veces nos detenemos a admirarlos, vamos llegando a Vilarello. Esta aldea tiene su particularidad, hay quien cree que aquí nacio D. Miguel de Cervantes en una casa solariega, hay varias circunstancias que le dan a esta teoría visos de veracidad: en épocas anteriores al gran escritor se utilizaba en lugar del apellido el nombre del pueblo de procedencia del individuo (Cervantes), nombres de pueblos que en muchos casos quedaron finalmente como apellidos, a eso tenemos que sumarle que Saavedra o Saabedra es un apellido corriente en la zona e incluso en otras partes de las provincias de Lugo y León, a todo esto le añadimos cierta tradición oral en la zona ya que en Vilarello se encuentra una vieja casa que antaño parece que fue mayor e incluso pazo conocida por "Pazo dos Saabedra", hay que seguir aliñando el asunto y por el lugar contaban las malas lenguas que el autor del Quijote pudo haber sido fruto de las relaciones del amo de esa mansión con una criada a la que despachó con un "ahí te quedas", ella para evitar la vergüenza se marchó a Madrid, concretamente a Alcalá de Henares con D. Miguel siendo un bebé o incluso antes de que este naciera, y... de ahí viene que algunos piensen que Miguel de Cervantes es de ese lugar de la provincia madrileña donde realmente fue registrado ya algo crecido ¿de dónde vino o dónde estuvo antes? ¡e ahí la incógnita!, y para añadir más intriga al asunto es el propio Cervantes quien en el capítulo XXXIX de la primera parte del Quijote pone en boca del cautivo acompañante de Zoraida un texto que algunos estiman autobiográfico y en el cual dice básicamente que el inicio de su linaje procede de unas montañas de León, los límites en aquellas épocas no eran los de ahora, solo hay que ver el mapa de Tomás Lopez del S. XVIII (bastante después de Cervantes) para comprobarlo. 

Mapa de España del cartógrafo Tomás Lopez (S.XVIII)

En fin, si D. Miguel de Cervantes Saavedra es hijo o no de estas tierras seguirá siendo tan misterioso y dudoso como el hecho de que naciese en Alcalá de Henares, investigadores hay que tratan de averiguarlo y además puede que hasta se conozca bien el linaje de la máxima figura de la literatura universal (que le den a Shakespeare), y todo esto sea pura fantasía, así que les dejamos tan ardua misión a los estudiosos de estos temas. 
El hecho es que no rodamos muchos kilómetros sin parar una y otra vez para deleitarnos con los espectaculares paisajes que bordean la LU-P-1401 por la que vamos rodando ahora, que no deja de tener sus curvas, sus tramos llenos de gravilla y sus precipicios por alguno de los lados, así que conviene rodar con precaución.

El viejo pazo de Quindous

Al poco volveremos a cambiar de carretera un par de veces para acercarnos a lo localidad de Quindous, en un mapa que me prestaron nuestros estupendos caseros en A do Crego, hay un dibujito casi precioso de un castillo así que igual merece la pena verlo y parar para comer, es domingo y en la pequeña localidad está todo cerrado, resulta pintoresco que en un rincón haya un bar que al parecer también es... ¡discoteca! Hay varios coches parados allí, algunos son vehículos industriales, así que nos dirigimos a él con la esperanza de poder comer algo, pero va a ser que no, parece cerrado, tanto como otro bar que hay en el lugar, no obstante por una ventana y de casualidad vemos a bastante gente comiendo en una gran mesa, resulta algo raro que sean familia, así que Rosa, más decidida que yo para estas cosas, llama al timbre y una señora nos dice que está cerrado, que puede hacernos un café si queremos, vaya cosa rara, le decimos que no y pedimos disculpas, no queremos molestar. Cavilamos que los que comen allí deben de ser algunos servicios de mantenimiento y constructores que andan trabajando por lugares cercanos y ya lo tienen pactado, así que ya comeremos en otro lado, que tampoco nos vamos a morir por eso.
El caso es que el pequeño pueblo tiene eso: un par de bares cerrados, un cementerio, su iglesia, una zona de recreo muy verde con viejos castaños y algunas mesas pero ¿Dónde carajo está el castillo? un castillo es grande, se supone que tiene que verse, suelen estar en un lugar del terreno predominante y encima en el mapa está muy bien dibujadito y se ve enorme. Al borde de la carretera hay un cartel algo desvencijado con una flecha que muestra la dirección por donde se va al castillo y explica que el castillo o también pazo (palacio) está construido allí abajo, en una hondonada, protegido de las inclemencias del tiempo.


El viejo castillo, la verdad, está hecho un desastre, una pena, podría estar restaurado, ser un museo, hacerse cosas en él que diesen valor a la zona pero... con declarar estas cosas como BIC (Bien de Interés Cultural), la Xunta de Galicia parece ser que despacha el asunto y a otra cosa mariposa, los ayuntamientos no reclaman mucho y cuando reclaman es para echar asfalto en carreteras por las que circulan cuatro gatos o para sus... asuntos, El Gobierno de Madrid... no está para estas cosas, que son asuntos de las comunidades autónomas y tamparantán que te vi morena. Esto es España, tampoco podemos esperar que se mire demasiado por la cultura, a ver si nos vamos a convertir en ingleses, franceses o alemanes. En fin, si estais pensando en comprar un castillo ya sabeis donde hay uno, bien bonito, eso si, preparad un pastizal para restaurarlo.
En las torres del castillo, o pazo, hay unas saeteras para disparar flechas, por el lugar donde está construido me da que no se usaron mucho, es posible que los moradores del lugar tuviesen más miedo al frío que a posibles enemigos de carne y hueso.

Carretera pasando Quindous con dirección a la cabecera del municipio de Cervantes.

Al dejar Quindous la carretera mejora considerablemente, es incluso hasta bonita la cinta de asfalto. Aquí, bueno, estamos en los Ancares porque lo dicen los libros y las autoridades políticas, pero las grandes montañas, las curvas "reviradas" y ciertos peligros los hemos dejado más arriba, es como si estuviesemos, como así es, llegando a zonas más llanas. 


Al salir de Quindous buscamos como dirigirnos hacia el castro de Santa María de Cervantes, en Sabadelle. Si os fijais en la fotografía superior (ya sabeis, picad en ella y la veis en grande),  el castro es la pequeña construcción que se ve en la esquina inferior derecha y los pueblos... quedan algo lejos, si os fijais mejor, y no hace falta mucho, esa pequeña construcción a la que me refiero se ve que es una iglesia.
Bueno, pues un castro de los más típicos, con sus construcciones de casas pequeñas de planta circular, etc. y que bueno, como hace muchos siglos, como muchos otros castros galaico asturianos eran lugares de culto y peregrinaje paganos, la Iglesia Católica los santificó, a mayor gloria de ella misma, construyendoles en medio una capilla en honor a cualquier santo, la capilla se fue reformando y agrandando con el paso de los años, incluso se le derrumbó algún muro tiempo atrás siendo reconstruido, el caso es que ahí tenemos un bonito centro católico a una distancia de más o menos un quinto carajo de cualquier pueblo, con su cementerio y todo para dar servicio a la zona.

Una bonita iglesia encima de un castro del siglo I o II

La iglesia, aunque se ve modernita no lo es tanto, fue reformándose durante siglos, pero ahí donde la veis es una de las más antiguas de Galicia. La iglesia pudo hacerlo mejor para su mayor gloria y haberse inventado algún milagrito en la zona, pero se ve que por lo aislado de la zona a nadie se le ocurrió antaño tal cosa, y ahora, con tanta tecnología, como no le hagas una foto con el móvil y salga bien ni Dios se cree que se te haya aparecido un santo, pero sus buenos réditos habría sacado de peregrinaciones a la santa o santo milagrero que cura verrugas, libera de demonios o cualquier disparate similar.
En este castro se hicieron antaño algunas excavaciones muy interesantes que arrojaron un poco de luz sobre como vivían nuestros antepasados en estas tierras allá por los siglos I y II, vamos en plena época transicional de la vida en los castros a las modernidades que traían los romanos y cosas así, aparecieron diversos objetos de interés que fueron llevados... al museo provincial de Lugo, en la capital de la provincia, o sea, que si estás interesado en conocer un poquito de la historia de los Ancares te vas a un museo que está a unos ochenta kilómetros o más ¿como se le iba a ocurrir a alguien, de aquella, la idea de habilitar el pazo de Quindous (por ejemplo), como museo y darle cierto valor turístico cultural a una zona deprimida económicamente de Galicia? A inteligentes no hay quien nos supere.

Si iglesia queda más bonito el castro

Seguimos y comemos en Cervantes, que es la cabecera del municipio, aunque no creais que es un pueblo demasiado grande, con su casco urbano bien definido y todo eso, además es domingo y solo hay un bar abierto para comer y no hay mucho donde elegir, no hay tampoco grandes cosas para ver salvo el exterior de las casas de los vecinos paseando por allí y enterarnos que por la zona es bastante popular la actividad cinegética, lo cual es lógico, el nombre le viene por la abundancia antaño de cérvidos, y aún parece que los hay hoy con cierta abundancia, aunque por algunas fotos que veo deben de abundar más los jabalies, enormes jabalies, a ver si en realidad va a ser esta la aldea de Asterix y Obelix.
Una vez saciados los estómagos decidimos subir de nuevo a nuestro descanso en Vilaquinte allá arriba en las feraces montañas, por donde aún podemos pasear un rato a pie y conversar agradablemente con algún que otro vecino que nos cuenta cosas del lugar, algunas realmente simpáticas pero me las reservo, si quereis vais allí y las descubrís.

Construcción típica en la sierra de Ancares.

El ultimo día, después de haber cenado al amor de la lumbre, descansar de maravilla y de un buen desayuno que nos sirvieron Rafa y Macu, partimos de la Casa do Crego, hacia Piornedo con la idea de cruzar después el puerto de Ancares y bajar por la provincia de León, que es de lo que se trata esta nueva ruta, terra ignota para nosotros. Antes de partir definitivamente hablo con Rafa de asuntos cinegéticos y pescantines, pregunto por los urogallos, antaño emblema de la Sierra de Ancares y al parecer ya extintos, me alegra mucho la noticia que me da: parece ser que no hace mucho se volvió a ver alguna pita de monte por la zona, hay esperanza.
Esta vez si paramos, aúnque poco en Piornedo de esta vez por ser ya un viejo conocido nuestro, eso si, parar aunque sea un par de minutos no lo puedes evitar, aunque sea con la excusa de preguntarle a un paisano por donde tiramos para pasar a la provincia de León lo cual nos indica amablemente, aprovechamos de paso para hacer un par de fotos, que estos lugares siempre son un tanto cambiantes, y de una vez para otra siempre percibes algún rincón al que en otras ocasiones no prestaste la debida atención. No obstante no dejaría yo de recomendarle al viajero que visitase alguna de las pallozas museo que hay en el lugar, donde por muy poco dinero tendrán a bien mostrarte como era la dura vida antaño en esas montañas.

Pallozas en Piornedo

Seguimos viaje hacia tierras leonesas dirigiendonos al puerto de Ancares. Poco después de salir de Piornedo cambiamos la carretera LU-P-1401 por la LE-3203 y oye, si la carretera de montaña lucense era mala la de León es... un poco peor, ya os podeis imaginar: algo más de gravilla, aliñada con mucha hojarasca (por estas alturas aún están en pleno invierno) y todo ello bien mezclado con unas cuantas resbaladizas bostas de vaca, lo cual indica que puede haber vacas por la carretera (además de jabalies, ciervos, corzos que también puede haber), todo ello se me antoja bastante peligroso para las motos, y sobre todo para nuestros humanos y frágiles cuerpos, a eso le tenemos que añadir que hay nieve, si bien la carretera parece estar transitable para las motos, un señor que está con su hijo trabajando con su ganado en una finca adyacente a la carretera nos asegura que pasaremos el puerto, pero que vayamos con cuidado, y vamos, vamos con cuidado, con mucho cuidado.

Ambientillo bajando el puerto de Ancares

En el puerto de Ancares a casi 1700 metros de altura hace un poco de ventisca, con nieve, niebla y un frío de mil demonios, menos mal que todo eso va desapareciendo a la misma lentitud que descendemos con las motos hacia los pequeños pueblos de casas de piedra y tejados de pizarra de Suarbol y Balouta, donde salvo lo pintoresco de los pueblos en su conjunto no vemos nada digno de reseñar, así que continuamos el descenso deseando dejar atrás el frío, en el horizonte empiezan a disiparse las nubes y la niebla va siendo cada vez más dispersa, así que hay esperanza cabal de que aparezcan algunos rayos de sol que vuelvan a calentar nuestros ateridos cuerpos.

Desde Suarbol la carretera, que ya se ha convertido en la LE-4211 ha mejorado bastante en su asfaltado, al poco de dejar atrás el puerto de montaña el único peligro que nos muestra son alguna que otra curva bastante pronunciada, por lo demás es una carretera agradable que nos va llevando por la provincia de León a la vera del río Ancares, que es, según me cuentan, el que da nombre a la zona y a la montaña, no al revés, en muchos tramos hasta tiene buenas rectas.

Y al fondo Ponferrada

Así, ya más rápido, llegamos a la zona de Lumeras donde por los retrovisores de la Arpía se ve al fondo, lejos ya, la sierra ancareña. Estamos adentrandonos en otra comarca, más llana pero no por ello menos hermosa: el Bierzo. Pronto llegamos a Ponferrada, que bien merece como poco un paseo o incluso una buena parada
El Bierzo por si solo da para hacer varias rutas, a cada cual más hermosa, así que podría no ser mala idea buscar parada y fonda y pasar aquí más de un par de días, eso queda a la voluntad de cada quien, nosotros decidimos pasar un buen rato paseando por Ponferrada, una bonita ciudad, llena de historia que nos recuerda su castillo templario al borde del río Sil, que no desdeñe el viajero un buen paseo por la parte vieja ponferradina y menos aún degustar algunos productos de su rica gastronomía, y no te andes con milongas, un día es un día y que le den al colesterol o a lo que tengas, que de un exceso solo y ocasional nadie se murió.


La foto es del viejo Ciclos pero Manolo en el Little Jhon Bar sigue siendo igual de buena gente que siempre

No dejes de visitar, por supuesto, el Little John Bar, que ahora cambió de ubicación y está en la calle Colombia, un bar motero y rockero de toda la vida en donde a buen seguro disfrutarás de buena música y buenos amigos.



Tres perfiles del impresionante castillo ponferradino

Nos despedimos del viejo Ponte Ferrato, o Ponte Ferrata que la llaman otros cruzando el Sil y adentrandonos por la carretera LE-5228, en pocas aceleradas nos meteremos de lleno en el Valle del Silencio que suena un poco a película de vaqueros pero no tiene nada que ver, y en donde si, hay silencio, pero creo que pasa un poco como con los Ancares, el nombre no le viene porque por allí los pajaritos estén callados, los jabalies no gruñan y los paisanos hablen por señas, hay un aroyo, el arroyo se llama... Silencio

Arroyo del Silencio

Al poco de empezar esta carretera, por si te va el asunto religioso, verás algún cartel que te indica que puedes ir a la cueva de san Genadio, o san Juanacio como también le llaman por aquí. Tendrás que dejar la moto y caminar un rato a pie para llegar a una cueva que hoy en día está convertida en una capilla en honor al santo que no fue santo, y es que a este señor, que fue obispo de Astorga, jamás lo canonizó la iglesia, pero bueno, se ve que a sus paisanos les caía bien y lo hicieron santo, así, sin más. Parece ser que entre otros méritos hizo bastantes cosas por la comarca, y como anecdota decir que es un santo relacionado con el ajedrez ya que en su día, en un monasterio cercano por el que pasaremos aparecieron unas piezas mozarabes de dicho juego de mesa que reciben el nombre de "piezas de San Genadio".

En el Valle del Silencio

Decidimos no ir a la cueva de un santo anacoreta que no pasó de obispo, y que a lo mejor ni sabía jugar al ajedrez por mucho que le hayan dado su nombre a cuatro piezas de madera de este juego. Sigo ruteando por una carretera serpenteante en la que no dejas de circular, en un día, ya soleado aunque no caluroso, a la sombra. El clima cambió con respecto a la montaña de donde venimos, hace sol y un tiempo agradable aunque no sobra la cazadora de cuero. 
A cada rato, igual que allá arriba en los ya lejanos Ancares, nos sorprenden cascadas de agua que bajan por los montes hasta la misma carretera, y algún otro cártel reivindicativo que me resulta extraño, y es que salvo en algún tramo la carretera está en un estado aceptable, aún así se ve que hay algún vecino disconforme que cree que puede mejorarse mucho y tiene una lata de pintura en spray de color rosa para hacerlo saber, creo que también es su deseo que la carretera esté bordeada de hermosas plantas de marihuana de principio a fin, por favor, que la autoridad pertinente en el asunto tome nota de la justa reclamación de este vecino, a buen seguro que la carretera mejorará considerablemente y al turista se le hará mucho más grata su estancia en el Valle del Silencio, y ya no digamos que todo esto redundará en una enorme felicidad, bienestar y muchas risas entre los habitantes de la zona.

Creo que el reivindicador también quiere la legalización del cannabis.

Al poco llegamos a Montes de Valdueza, que no, no son unos montes perdidos en la provincia de León, es un pueblo, aldea más bien, que se llama así, y que bien merece una paradita para dar una vuelta por ella y estirar las piernas, no nos llevará mucho tiempo, y tomar si acaso algún refrigerio en la sorprendente por su tipismo Cantina de Montes (o de Sara, que parece que también le llaman así). También hay un viejo monasterio, tan viejo que está en la ruína total y absoluta, conserva algunas partes y algo de la fachada, poco más.



Montes de Valdueza, pica en las fotos para verlas en grande

Después del rústico paseo y una cerveza en la cantina proseguimos camino hacia las alturas, que ya nos vamos acercando a nuestro destino por ahora.

Montes Aquilanos en Peñalba de Santiago

Ese destino no es otro que Peñalba de Santiago, entre los riscos de los montes Aquilianos nos encontraremos el que está considerado como uno de esos pueblos "más bonitos de España",  y a fe que lo es, con sus casas de piedra, tejados de pizarra, madera de castaño en sus balcones, calles empedradas, en fin, solo con ver las zonas de aparcamiento que hay a la entrada de la población te das cuenta de que suele ir por allí mucha gente y si va mucha gente por algo será, así que en ese aparcamiento dejamos las motos y nos damos un buen paseo por el pueblo, del que por ser ya día laborable disfrutamos en plenitud. Según nos cuentan en un barcito del lugar, los festivos se llena de turistas y jubilados que van de excursión en autocares y que es un no parar, suerte que tuvimos.

Montes Aquilanos desde Peñalba de Santiago

Tras haber disfrutado de la estancia en Peñalba de Santiago descendemos de los montes Aquilianos de nuevo en dirección a Ponferrada para allí tomar la N-VI, se puede uno meter en la autovía A-6, pero oye, preferimos la vieja nacional, que nos trae buenos recuerdos.
La cosa es llegar a Astorga, elegí yo que iba delante, después me contaría Rosa que por la LE-142 -que ella conoce de otras ocasiones- habríamos disfrutado más, y es que es parte del Camino Francés a Santiago de Compostela, y según me cuenta es una bonita carretera por diversas razones, sobre todo a su paso por Manjarín, donde además de todo lo que veas, te puedes encontrar, así, a lo bestia con el Sr. Tomás nada menos que "El Último Templario", que además de muy amable, te puede dar posada y fonda por nada (no seas tacaño y págale decentemente, que no vive de otra cosa), y donde a buen seguro te ofrecerán, así por tu cara bonita, un café, si eres buena persona y por la razón que sea no quieres pernoctar allí igual les compras algún recuerdo, más que nada para que le puedan seguir ofreciendo ese café a otros que por allí pasemos y querramos descansar un rato con un hospitalero disfrutando de su conversación y anécdotas.


De Ponferrada a Astorga creo que es mejor tomar la LE-142

Astorga creo que ya no es berciana, o si, no lo se con seguridad pero creo que es tierra maragata, aunque a lo mejor la maragatería también es del Bierzo, no se, miradlo por ahí en la Wikipedia o en cualquier otro sitio mejor documentado de Internet, que tampoco tengo por que averiguarlo todo, y además creo que nunca está muy claro.


Parte de la muralla con el palacio arzobispal astorgano.

Nunca había estado en Astorga salvo de pasada viajando en coche o algo así, y creo recordar que hasta poco y de noche. Lo que se de esta localidad es que hacen mantecadas, en Astorga hay millones de mantecadas.
Se que cuando era niño allá en Lugo, cualquiera que venía de Madrid, Barcelona, Bilbao o del quinto pino, viniese en autobús, coche particular o tren, te traía de regalo mantecadas: venían mis tios de la mili, yo comía mantecadas; venían mis padrinos de Madrid, yo comía mantecadas; Venía un pariente camionero de Francia, yo me zampaba una caja de mantecadas; pasé una niñez muy feliz comiendo mantecadas de Astorga sin saber de donde venían. Compro una caja de mantecadas y un litro de leche, nos las zampamos sentados en una mesa de un parque con unos vaso de aluminio llenos de mugre (los lavamos y eso), que llevo en la moto, no era cosa de dejar pasar la ocasión de volver a comer mantecadas, estando en la tierra donde las hacen ¿no? Llevaba años sin probarlas, desde que era niño o por ahí.


Me sorprende ver que Astorga tiene una buena parte de una antigua y contundente muralla, no lo sabía aunque podía haber imaginado que el campamento de la Legio X Gemina lo hubiesen amurallado los romanos, que eran ellos muy de hacer murallas a poco que tenían miedo de los habitantes de una región donde se asentaban. Debían de ser buenos tipos los romanos y no unos desalmandos imperialistas como se les llamaría ahora, que oye, venían a construirnos acueductos y a mostrarnos sus arados y otras tecnologías punteras y nosotros, por aquí, venga a tirarles piedras y los pobres a amurallarse para seguir culturizandonos ¡qué paciencia la de aquellos romanos! No obstante lo que más me sorprende es su conjunto catedralicio con el palacio episcopal allí al lado formando un conjunto precioso, hay que reconocerlo, el palacio astorgano es bastante más hermoso en directo que en fotos, ya solo por eso merece la pena darse una vuelta por el centro de la antiquísima Asturica Augusta, bueno es saber que lo proyectó Gaudí. Deduzco que los astorganos son más rápidos construyendo que los barceloneses, que ahí andan aún con la Sagrada Familia a vueltas mientras que este palacio episcopal neogótico ya hace tiempo que fue rematado.
Palacio Arzobispal de Astorga, la catedral al fondo a la izquierda.

Y de aquí vuelta para atrás, que en algún momento hay que regresar al hogar dulce hogar, más que nada porque el dinero no es eterno, que por rodar seguiríamos rodando hasta Naukan, que es un pueblito que hay en la punta de allá de todo de Rusia, justo donde empieza el Estrecho de Bering pero no hay dinero. Nos consolamos contemplando a un templario que alguien talló en una aldea de la que no recuerdo el nombre. A lo mejor hay un par de naukaneses lamentando no poder venir a este confín del noroeste a rodar por aquí con sus motos, no es que alivie demasiado el deseo, pero ya sabeis, mal de muchos consuelo de tontos.



Así que volvemos hasta Ponferrada por donde vinimos y allí seguimos por la N-VI para acercarnos hasta Las Medulas, que aunque ya vistas siempre se agradece volver a verlas.



Las Médulas

Entramos en Galicia por el Puente de Domingo Florez hacia el Barco de Valdeorras, que es una hermosa carretera para rutear en algunos tramos a la orilla del río Sil lo que reconforta mucho por los paisajes que se contemplan desde los lomos de nuestras máquinas.


Monte Furado

Aún, nostálgicos antes de acabar, decidimos hacer una paradita en Monte Furado, que es al parecer un lugar de donde los romanos, entre pedrada y pedrada de aquellos vecinos salvajes que ellos, pobres, se empeñaban en civilizar ¡hay que ver que buenos eran! sacaban algo de oro, a ver, con algo tenían que pagar los acueductos, la Via Nova, los arados y hasta los profesores de latín que nos daban clase de ese idioma tan bonito. En nada llegamos a casa.


Viejos castaños bercianos

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