III Chicken Run

De nuevo en Lugo, una de las tres capitales del mundo junto con París y Londres, a disfrutar de este III Chicken Run a las orillas del río Miño, en la finca Sin City, un Chicken Run que un grupo de amigos, sin club y sin reglas, van mejorando cada año poniendo cada uno de ellos lo mejor de si mismos para que los demás, a cambio de diez cochinos euros y lo que nos bebamos en el Sin City disfrutemos como jabalíes en un maizal. Una pena que más de cuatro os lo hayais perdido, pero aquí está BikerGaraje.Com para contaroslo. Vamos a ello.

Salimos algo tarde así que ya llegamos a Lugo de noche, la cosa nos va reconcomiendo por dentro porque ya vimos por el Facebook que la peña lucense tiene todo dispuesto para recibirnos, o sea, que cuando lleguemos aquello será un puto despiporre y nosotros allí, formalitos, recien llegados, montando una tienda de campaña como si fuesemos boyscouts (boy scout se escribirá junto o separado) mientras los demás se tiran birra unos a otros en plena fiesta jolgorio. Pero no, llegamos y podemos saludar a la gente que aún está en cabales condiciones de reconocernos. Un placer estar de nuevo en mi ciudad preferida y rodedado de muy buena gente.

Buba, que evidentemente se tatuó... la cadena de una motosierra

Todo está preparado para que disfrutemos, el recinto decorado con mogollón de tikis que se encarga de hacer un artesano de la madera y la motosierra conocido por Buba, y que mira tu, lejos de parecer un hosco y montaraz leñador, es un tiarrón de estos del norte con una sonrisa de oreja a oreja y una simpatía que le sale por todos los poros de la piel. 

Así se prepara un Chicken Run, a fuego lento y con cariño, como nos muestra Chucho.

Las barras están bien surtidas, poco licor café, todo hay que decirlo, pero es error fácil de subsanar, pero bueno... ¿para que subsanarlo? El único que bebe licor café debe de ser el impresentable ese de Biker Garaje que lo mismo bebe ese brebaje que whisky Dyc o Fontvella con Varón Dandy, da igual. Algunos puestos con artesanos diversos están ya por el recinto, llaman la atención las motos de Fantasy Bikes y el sábado 29 de Julio habrá más todavía, así que vamos poco a poco, que empiezan a sonar los Literales versioneando mucho y muy bien a los Ilegales, sin dejar de meter por el medio alguna que otra pieza bien de cosecha propia o bien de algún otro grupo que les mola.

Los Literales dándolo todo.

Mientras suenan, bien, muy bien, nos da tiempo a reponer fuerzas en la Estrambótica Lunch Wagon, que está allí en el recinto para que todos matemos el hambre con una estupenda comida mexicana a precios más que razonables. No está nada mal comer con un estupendo concierto y un montón de peña pasándolo bien a tres o cuatro metros de ti, que se lo digan a ellas:

Como nos ponemos con los burritos

Me vais a permitir que pase así, como muy por encima por los grupos que actuaron en el Chicken Run, pero es que son buenos, muy buenos, y he considerado que bien se merecen un reportaje aparte cada uno, reportajes que serán publicados en días venideros para deleite y conocimiento de toda la humanidad, para que sepais que existen, los contrateis y los disfruteis.

Los que dan el callo para que los demás disfrutemos

Y ahí que la peña no para, y no dejan en paz a la gente que atiende las barras, y cuando los dejan un ratillo aparece este fotógrafo a pedirles que posen. 
Y comienzan a tocar los Malditos Pendejos y si ya había un ambientazo Tony Torres y los suyos lo multiplican, lo elevan a la décima potencia. Y fiesta sobre fiesta, suerte que tuvo Antía, no todas las niñas del mundo pueden celebrar su cumpleaños a ritmo de rock, rodeada de amigos y con unos padres que dan la vida por ella, felicidades Antía, y sobre todo felicidades, además de por cumplir un año más, por todo lo que tienes alrededor (para ver las fotos en grande picad en ellas).

(Antía: cuando puedas regálales a tus papás unos baberos, seguro que se los merecen ;)

Y después del cumpleaños de Antía la fiesta se va alargando, tremendamente animada, con el buen rock ranchero de Malditos Pendejos, pero bueno, todo tiene que tener un final, hay alguna gente que incluso decide que es hora de retirarse a descansar después de que Tony haya roto, de nuevo, una o dos cuerdas de su guitarra, pero de allí a un rato, tras unas cuantas cervezas para refrescar...

Efectos especiales espontaneos para Malditos Pendejos

Bailando con los malditos pendejos.

Suenan de nuevo unos acordes suaves de una guitarra eléctrica, así como quien no quiere la cosa, parece que alguien la está tocando para él, solo para él, pero habla por el micro, anima a la peña, y aquellos que se retiraron salen de nuevo de sus tumbas, perdón de sus tiendas de campaña, y vuelven a pie de escenario, da hasta cosa verlos venir, parecen una manada de resucitados ¡zombies a orillas del río Miño! ¡Thriller!

¡Que coño Thriller! es de nuevo Tony con los Malditos Pendejos, también algún espontaneo que se sube al escenario con ellos, que les dio por seguir animando la noche y ¡flipante! de cuando en cuando hace que suene buen rock, otras nos cuenta anecdotas, de boleros, de canciones que tocaba su padre con una vieja guitarra, creo... no estoy seguro, yo ya estaba más para allá que para acá, que hasta toca algo de Perales ¡y la gente está flipando en colorines con su buen hacer! alguien me dice al oido que anima más Tony Torres cantando una de Perales que otros grupos tocando canciones de AC/DC, igual me lo dice medio de coña pero... es cierto. 

Efecto de Malditos Pendejos en el público

Es demasiado grande este guitarrista, un músico como una catedral, que además lo vive y que sabe rodearse de músicos igual de buenos que él, le da igual tener delante a diez personas que a cinco millones, él lo da todo y lo dio y lo seguiría dando si no le dicen que es muy tarde y no vaya a ser que por el Sin City vengan los municipales, que no son gente muy pecadora y es posible que no nos comprendan. Los zombis se retiran a sus aposentos de nuevo cuando paran los Malditos Pendejos, otros seguimos por allí, conversando con viejos amigos, convirtiendonos en zombies antes de amodorrarnos en nuestras tiendas de campaña.

Dando un paseo por la muralla más hermosa del mundo.

Luce un sábado precioso en Lugo, es más, es tan precioso que hace un calor de sauna dentro de la tienda de campaña, salgo de ella como puedo, cual gusano rastrero que emerge de su agujero ante una molesta luz para ver que pasa en el mundo exterior, delante tengo un montón de motos, mucha Harley y custom de todos los colores y maneras, aunque también hay alguna que otra erre, incluso alguna scooter, una Lambretta muy bien maqueada ¿estoy en Faro o que? oh, no, ya recuerdo, estoy en el puto Sin City. Rosa y Mayka ya están levantadas, Mayka no conoce la capital del mundo, hay que llevarla a Lugo, que disfrute de todo lo bueno que ofrece la ciudad más bonita del mundo: monumentos, gastronomía, ambiente... creo que es delito estar tan cerca y no llevarla a visitar esta ciudad, así que ahí nos vamos, que ya lo dice el dicho "Para comer Lugo" y para pasear también, así que tras reponer fuerzas con seis botellines de agua (o más), que hurté del bar del Sin City a la vista de todo el mundo, y arreglar el cuerpo con un café en el restaurante Aniceto, allá nos fuimos de turistas.

Crazy Pelucas, de cuando en cuando cambia vinilos por tijeras

Acabada nuestra plácida excursión por Lugo,  volvemos al Sin City donde la tarde está además de soleada muy animada, de ello se encarga la gente, los stands que hay en el recinto que la gente recorre entre sabias y animadas charlas, y sobre todo gracias al Discjockey, que no es otro que Crazy Pelucas pinchando puro rock 'n' roll. Quizás os pregunteis quien es Crazy Pelucas, pues coño, un peluquero que realmente no está nada loco, es una persona muy amable y que cuando su peluquería se lo permite pincha buen rock donde se lo piden, evidentemente es una peluquería muy relacionada con el mundo del rock and roll y si quereis visitarla no dejeis de pasaros por la calle Río Navia número 9 bajo, en Lugo, vereis un cartel que ya dice algo sobre su manera y sentir a la hora de darle a la tijera "Menphis Peluquero". Si un día podemos pasaremos por allí, no para cortarme el pelo, que no soy yo mucho de eso, pero si para hacerle un reportaje, que seguro y por lo que me contaron lo merece.

Bibi de Roll Up

Y hablando de pelo, hay un stand que llama la atención lo suyo ¿por qué carajo muchas mujeres de la concentración están justo en aquella esquina? allí había una bonita tienda de cosillas custom, también hay otra con bisutería y cojines tiki para el hogar, y oye, eran cosas muy atractivas pero no parecía para tanto... ¡Ah! ¡Acabáramos! es que está allí al lado Bibi, de Roll Up Pin Up & Vintage peinando a unas cuantas chicas, una amiga experta en asuntos de belleza (que uno no sabe muy bien para qué, ya eran bellas de antes ¿no?) remata su trabajo maquillandolas. Me dedico a fisgar un poco el trabajo de Bibi con los peines y de su compañera con los maquillajes, hago como que leo muy interesado un reportaje en la revista Fuel sobre Shinya Kimura pero realmente estoy pendiente de lo que allí sucede, aunque mira tu, esto del Chicken Run es una maravilla, buen clima, buen ambiente, buena y abundante bebida, mejor música, una ciudad maravillosa al lado para dar un paseo y por si fuera poco ¡puedes culturizarte! Aprendí a hacer un llavero con una bujía y un trozo de cuero bastante resultón, muy custom y eso ¿quién da más? A ver que me lio, que el caso es que entre moto y moto de Kimura flipo con Bibi dándole a los peines, que oye parece cosa de magia: un rulo por aquí, un prendedor por allá, un toque de peine por este otro lado, laca y... pin up habemus, guapas guapas, bueno, más guapas de lo que estaban antes de la breve sesión de peluquería y maquillaje.

Magia en Roll Up

 Y... ¡et voilá! en quince minutos convertidas en pin ups

Y para de pinchar Crazy Pelucas pero la música sigue, que los músicos que actuarán a la noche probando y afinando sus instrumentos o templando sus equipos de sonido también le dan un ambiente guapo al Chicken Run.

Y no paran de llegar amigos y conocidos de la peña organizadora y de la que por allí pulula, gentes que vienen y van y muchos otros que se quedan, y hasta en eso hay un buen espectáculo, ahora llega un Jeep Willy, de los auténticos, aquellos de tres velocidades que le dejaron los americanos por aquí, hace muchos años al ejército español, después entre motos y motos a cada cual mejor preparada algún coche americano, aparece todo un Oldsmóbile Cluster y por allí siempre, el coche pintado al óxido de Chucho, que en su sencillez no deja de ser espectacular, tiene que serlo sobre todo para los agentes de tráfico cuando lo ven por la carretera. Y va cayendo la noche y la peña empieza a llenar el buche en el Estrambótica Lunch Wagon Ricardo y Patricia no paran: que si nachos, que si alitas de pollo, burritos, la salsa picante por la razón que sea está aún más picante de lo habitual, aún así, delicioso todo lo que este que suscribe se zampó.

Ricardo en su Estrambótica Lunch Wagon

Los Black Bird de Santiago D.C y los Mad Martin Trío dándole al diente.

Y venga, que comience la música, que venga de nuevo la fiesta, que ya llega de comer y beber... bueno, podeis seguir bebiendo, que para algo la puta barra está junto al escenario, y comiendo, que carajo, que también están ahí al lado los de Estrambótica, pero que venga la música.

El vocalista de Comandante Lobo debidamente caracterizado.

Y viene de la mano de los naronenses Comandante Lobo con su buen rock, mucha animación y una buena historia para cada canción, emocionan al escuchar una canción dedicada a unos aciagos incendios en Asturias hace ya unos años, los Comandante Lobo comienzan a encender el calor en los corazones de los asistentes con sus temas en los que hay un poco de todo, rock, metal... y bueno, otras canciones de difícil clasificación para un ignorante como yo pero que no dejan de ser buen rock que hacen que la noche empiece fenomenal. 

Y de nuevo fiesta sobre fiesta, el batería de Comandante Lobo, que es de esos que sudan la camiseta y los calcetines dándole al instrumento está de cumpleaños, acaba de llegar a la treintena, así que ahí le suben una improvisada tarta con las bengalitas de rigor y lo celebran por todo lo alto, pero nada oye, acaba de cumplir un año más y sigue dale que te pego a la batería como si no hubiese mañana.  

La noche sigue que en este III Chicken Run la peña tiró la casa por la ventana.

Se suben al escenario los que resultaron ser una delicatesen, sobre todo para los amantes del rock 'n' roll clásico de los años 50, que muchos me da que tienen en la cabeza que rock and roll es San Elvis Presley que canta en los cielos pero la verdad es que hubo más, mucho más, tanto como para que los Rockin' Gina and the Sentinels nos deleiten con él durante un buen rato en el que ponen a buena parte del respetable a bailar a base de bien. 

Klauss, un virtuoso.

Además, es de destacar que van todos perfectamente peinados salvo el contrabajista que a cambio, y según me cuentan es un genio con el instrumento y lo mismo lo toca para zurdos que para diestros, que al derecho e incluso, sospechan que en secreto lo toca al revés. La peña pierde el norte cuando interpretan su Shut Up.

Y les siguen los lucenses de Vrásica con su hardrock que resulta agradablemente relajado para escucharlos tomando otra cerveza y prepararse para lo que para algunos de nosotros es posiblemente el plato fuerte, por otra parte según me cuentan los de Vrásica tienen que irse de manera un tanto urgente por alguna razón personal, de hecho cambiaron turno con los siguientes, así que lamentablemente pudimos disfrutar poco de su buen hacer sobre el escenario.

Mad Martin y Guillermo en un portentoso duelo, perdón... dueto.

Un batería en pleno esfuerzo (grandísimo) de posar y tocar a la vez (mil gracias Lolo).

Y llegan los que unos cuantos estamos esperando con ansia, y no porque los otros valgan menos, no no, nada de eso, simplemente para gustos hay colores y a muchos de los presentes nos molan mucho los Mad Martin Trio su rockabilly y su rock clásico, el de siempre, y su puesta en escena impecable, y bueno, si había alguien escéptico sobre lo que estos tres músicos pueden hacer sobre un escenario ya se encargan ellos de ponerlos a bailar, que me da que es la mejor prueba de que una música te gusta ¿no? Impecable el repertorio de estos compostelanos y casi insuperables al darlo todo sobre el escenario. La peña no para de pedirles el Ring of Fire, del gran Jhonny Cash, flipante lo bien que lo hicieron, con ayuda de público y todo, realmente alucinantes estos rockeros sobre el escenario, hasta el batería se enrollo para dejarme hacerle una foto mientras tocaba (cualquier fotógrafo de rock sabe que es prácticamente imposible hacer una foto decente a un batería, viven en otro mundo cuando tocan).

Y así... no se terminó la noche, que allí nos quedamos un buen puñado haciendo jolgorio por nuestra cuenta en el Tiki Bar del Sin City hasta muy altas horas de la madrugada del domingo, pero bueno, en algún momento hay que irse a dormir, que al día siguiente hay que levantarse para partir, por mucho que queramos la peña del Chicken Run aún no inventó la fórmula para mantenernos a todos allí toda la vida, aunque todo es posible, podrían crear una suerte de hospital (psiquiatrico o no, eso da igual) o una fundación, no se, que el estado se hiciese cargo de subvencionarnos las cervezas y la música, al fin y al cabo... subvenciones más curiosas y millonarias hay en este país para según que cosas que bien poco aprovechan a la humanidad.

Pipe con sus criaturítas.

Por la mañana aún tengo tiempo de despedirme de la peña que por allí queda (poca cuando nosotros nos dimos levantado) y de conocer a un tipo auténtico: Pipe Molina, que es un artista lucense polifácetico, ya sabeis, dibujo, caricatura, aerógrafo y sabe él cuantas cosas más ¡y las que no hará por qué no quiere! pero el caso es que en él recinto del Sin City hay expuestas diversas esculturas en porexpan (creo que se llama así al corcho blanco de toda la vida) que son realmente alucinantes, y ya, si nos fijamos en el diablo que hay dentro del bar del recinto alucinamos aún más, pues esas esculturas las hace él, en la intimidad de su taller, un placer charlar un rato con pipe y conocer un poco los entresijos de su forma de trabajar para deleitarnos a todos, sus esculturas fueron muy comentadas durante todo el fin de semana.

Y así, con Pipe nos despedimos para poco después sacarme la resaca y disponer el cuerpo para el viaje en el lugar adecuado a las orillas del río Miño, una panadería con un bar bien surtido y con gente muy amable:

Y como ya va tocando despedirse de este humilde reportaje agradecer a Chucho, Alberto, Iván, Buba, Anxo y Carlos (y si hay alguno más que me perdone el olvido pero también se lo agradezco) el trabajo y esfuerzo para haber organizado un año más este fantástico III Chicken Run. Un millón de gracias por hacernoslo pasar tan de puta madre a todos. Y por supuesto mi agradecimiento a los participantes y especialmente a los músicos por vuestra paciencia conmigo y con mi cámara. Gracias mil.

Os dejo estas fotos del ambientillo que se vivió, pero hay más. Picad en ellas para verlas en grande.

Hay más fotos, claro que hay más fotos, para verlas todas solo teneis que pinchar en el siguiente enlace, y si no funciona pues nada, lo copiais, lo meteis en el navegador y funcionará, que Biker Garaje es pobre y no tiene para servidor propio donde quepan cientos de fotografías sin que le cobren una pasta, así que tiene que depender de Google y sus servidores, que se agradece mucho pero podían tener el detalle de abrir los albumes al público en general si uno lo desea (como antes), así que lo dicho, picais aquí o copiais el siguiente enlace y al navegador (también podeis picar en él):

https://goo.gl/photos/dZVjgnA8K5KS7HDc6

Aunque no lo parezca él también sobrevivió y resucitará el año que viene, en el próximo Chicken Run (fotografía realizada y cedida por Chucho con el debido permiso oral del retratado).