La protección bien entendida empieza por uno mismo

El titular parafrasea el viejo refrán ese de "la caridad bien entendida..." pero creo que sirve perfectamente. El caso es que en un periódico de hace unos días leo el titular: "Los ciclistas piden respeto por sus vidas". Y oye, está muy bien eso de pedir respeto por la vida de uno, que para algo lo de vivir es derecho fundamental. Los motociclistas también solemos pedir respeto por nuestras vidas y todo eso, y bien que está, pero tampoco está mal empezar por conducir protegiendonos en lo posible a nosotros mismos ¿no?

Y es que igual nos falta el detalle de entonar un poquito el mea culpa. Que si, que si, que son necesarios, imprescindibles diría yo, los guardarrailes SPM, y que el asfalto de las carreteras esté en perfecto estado, sin gravilla, sin manchones de aceite, y que las curvas estén perfectamente peraltadas y todo eso pero hay que tener en cuenta algo muy básico: casi nada de todo eso se mueve de su sitio. Vamos, que un guardarrail asesino no sale de sus soportes a atacarnos, y la curva no cambia su peralte. La grava o el aceite si, mira tu, estas cosas que ayer o hace un rato no estaban pueden aparecer de repente, pero también tenemos que pensar que va en el asunto de conducir, de la carretera sus eventualidades y riesgos, un coche puede tener una avería y romper el carter, y ahí tendremos aproximadamente cinco litros de aceite por el asfalto de un segundo para otro, puede haber un accidente y que un depósito de un vehículo se rompa y ya no digamos si es un camión y se esparcen por el asfalto varios cientos de litros de gasoil, o que a un camión de carga se le caiga algo de grava del remolque, o que estén haciendo unas obras y salga algo de grava a una carretera principal ¿Cómo se evita todo eso? me temo que por muy eficientes que fuesen los servicios que cuidan de las vías públicas estos problemas se pueden minimizar, podrán durar menos o lo que queramos, pero... siempre existirán. Evidentemente un guardarrail SPM podrá evitar que un accidente a lomos de nuestras máquinas sea más grave pero si nos dedicamos a tumbar en curvas a ciento ochenta por hora ya nos pueden poner el guardarrail más seguro del mundo que no logrará salvarnos de salir muy mal parados.

Tengo la costumbre, creo que buena, de reducir la velocidad en las intersecciones y prestar mucha atención, incluso aunque yo tenga preferencia, con coche o moto, me da igual, pero sobre todo en moto, cuando voy con alguien no falta el que me recuerde que tengo yo preferencia y si, me parece muy bien ¡qué guay! ¡tengo preferencia! ¡como mola! pero... ¿en caso de siniestro yendo yo en moto quien se va a comer hospital, escayola, operaciones o a lo mejor pasar a vivir durante toda la eternidad en un húmedo nicho envasado en una caja de pino? Me temo que yo, así que le pueden dar mucho por la retaguardia a la preferencia de marras, vale que no viene mal pero no creo que sea para bajar la guardia con tanta alegría y confiar en los otros conductores así tan felizmente. Sucede tres cuartos de lo mismo con las intermitentes de los coches ¿de verdad podemos fiarnos de algo así al cien por cien? es algo que maneja un humano eh. En fin, que en la carretera vamos todos, cada uno somos hijos de nuestra madre y todos podemos tener un despiste o un mal día y llega el accidente, y quien sale peor parado es el motorista o... el ciclista.

Y mira tu, que es a lo que íbamos, está muy bien eso de pedir respeto por la vida de los ciclistas pero ¿y el respeto de ellos a otros usuarios de las vías públicas? y sobre todo su sentido común ¿dónde lo dejan en muchos casos?

¿Por qué así...

Y no así?

Y es que en carretera, como decíamos por ahí arriba vamos todos y algunos son muy de aquella manera, y oye, tu, ciclista, puedes tener todo el derecho del mundo a circular en paralelo (que va a ser que no es tan así pero buen), puede ocurrirsete formar contigo un precioso pelotón de veintisiete colegas con uno en cabeza y otro persiguíendolo, emulando a los mejores en el Tour de Francia pero mira, a lo mejor aparece por detrás una persona que lamentablemente está como una regadera y se le ocurre que la teneis harta y que es un buen día para comenzar a pasar unos años en la cárcel, y a un chalado no hay santo que lo prevea, y mira, os lleva por delante ¡oh qué injusticia! ¡qué cabrona esa mala persona! ya, pero existen, y legalmente podrá tener toda la culpa del mundo de su acción, y merecerá la cárcel y que su seguro pague una contundente indemnización a los damnificados por el siniestro o a sus deudos. El caso es que por tu gracia de ir en pelotón te han atropellado y si, esa persona es una malvada que no tiene derecho a circular conduciendo por las carreteras, pero mira tu, la administración no detectó que esa persona estaba como una chota y tu estás en el hospital o en el cementerio.

Ya, ya se que lo anterior es un caso extremo, pero mira, también hay otros que podrían ser casuales y que tu, ciclista, con tu conducta quizás legal pero con un nulo sentido común das lugar a ello, que está muy bien y tal eso del metro y medio y que todos queremos dejarte tu metro y medio de seguridad, incluso más oye, por metros que no quede, pero, a veces, viene doña mala suerte y la caga, y tu con tus colegas en fila de a dos por ese puerto de montaña, y el del coche que quiere adelantar y deja su metro y medio y de repente se encuentra conque de la curva sale un camión enorme y el tío se caga vivo y se tira hacia el arcén y allá va el metro y medio a tomar viento, y el coche golpea a tu colega que va en paralelo contigo, tu colega a ti, los amiguetes que vienen detrás chocan con vosotros que ya estais por el suelo y venga, protección civil, tráfico, ambulancia, hospital, escayola para techar un mundo pero en vuestras extremidades y mira, hubo suerte, no murió nadie (o si), y la culpa es toda del coche si quereis, pero los mal heridos o muertos sois vosotros, lo del coche se arregla en el chapista lo vuestro a lo mejor no tiene remedio y todo... porque os daba la real gana de ir de dos en fondo, hubieseis zafado por los pelos de haber ido en fila de a uno pero no, pensabais que erais los reyes del asfalto y ocupabais medio carril logrando que todo sea extremo para todos y ya se sabe, cuando se tensa mucho la cuerda al final se rompe, que se pone uno a pensar (que también anduvo en bicicleta) y se dice ¿qué más les dará ir de dos en dos (a veces de tres o de cuatro) qué de uno en uno?  Ni apostando unas birras que pague el último hay motivo para circular en paralelo por mucho que en algunos casos (solo en algunos) lo permita la ley.

Con chaleco reflectante, para que lo vean bien los que van de... espaldas.

Después podríamos hablar de esa falta de consideración de muchos ciclistas de saltarse semáforos, subir por aceras (a veces a toda leche) y un largo etc. de conductas peligrosas de las que muchos parecen no ser conscientes y claro, viene el accidente, una señora que sale de una tienda sin mirar, porque claro ¿por qué demonios va a esperar  esa buena mujer que venga un ciclista a toda pastilla por la acera? señora magullada, ciclista descalabrado y encima la buena mujer que se busque la vida que como el seguro no es obligatorio... eso si, viene el guardia, multa y quejas ¡si es que no se puede ser ecologista! Coño, si se puede, pero ve con tu bicicleta por la calzada, por donde van los coches.-

-Es que es muy peligroso, me pueden atropellar

-bueno, pues ve a pie por la acera, que también es muy ecológico, más incluso que ir en bicicleta.

Y es que los coches van muy rápido, dirá alguno, por eso te atropellan cuando te saltas el semáforo, ya hombre, que si, que es cierto, que a lo mejor el tío iba a cien por el casco urbano infringiendo la ley y todo eso, pero tu... te saltaste el puñetero semáforo, tu, que eres el que traga escayola y yaces defenestrado o muerto en el asfalto le diste un disgusto del copón, y un montón de problemas, a otra persona que ni los merecía ni los buscaba.

Y en fin, así sucesivamente, que está muy bien eso de pedir respeto pero cuando uno es vulnerable además de pedir respeto debe de tener cuidado con lo que hace, porque a lo mejor hay quien no tenga  muy en cuenta ese respeto y el más vulnerable es el que sale peor parado, aún en el caso de que la ley le de toda la razón, o a lo mejor todos queremos respetar a esos ciclistas pero mira tu, por razones del azar, del nerviosismo, del miedo a morir o resultar herido no podemos o no somos capaces de respetar y va el ciclista y sale mal herido o se muere.

Una putada oye, pero pasa y va a seguir pasando mientras la tecnología no convierta en predecibles los accidentes al cien por cien, y de eso me temo que aún estamos muy lejos.

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