38.000 kilómetros en moto con su hijo autista

Supongo que quien más quien menos vio la película Rain Man, con Dustin Hoffman y Tom Cruise, en ella nos podemos hacer una idea de lo que conlleva convivir con una persona autista, creo que la película (anécdotas más o menos graciosas a parte) lo refleja bastante bien. Creo que también, quien más quien menos, conoce lo que dicen los médicos sobre las personas autistas, según ellos cuentan, a un autista no conviene sacarlo de la tranquilidad y de una vida muy rutinaria para que lo lleve todo con cierta normalidad ¿pero que sucede cuando un padre decide llevarse a su hijo autista a dar una vuelta de 38.000 kilómetros por América? ¿algo así es posible?

Siempre hubo gente que para ciertas cosas fue un poquito más allá del valor, más allá de las normas, claro que en el caso del italiano Franco Antonello la cosa era peliaguda, no se trataba de saltar una zanja un poco más larga de lo normal, o de trabajar muchas más horas de las establecidas, ni tan siquiera de una competición deportiva.

Franco Antonello con su hijo Andrea en una de sus paradas

Su hijo Andrea sufre autismo, así que Franco Antonello se pasó la vida cuidándolo como los médicos le ordenaban, a veces con algún tipo de terapia alternativa por ver si había una mejora en la vida de su hijo, pero nada, no pasaba nunca nada nuevo, así que llegó un día que Franco Antonello decidió saltarse un poco las normas, se armó posiblemente de toda la paciencia que un padre puede derrochar para con un hijo, lo agarró de la mano y se plantó con él al otro lado del charco, desde Italia, En Miami se montaron a lomos de varias motos y ambos recorrieron por los Estados Unidos, América Central y Sudamérica 38.000 kilómetros plagados de anecdotas, paciencia, alegrías infinitas que compensaron algunos sinsabores.

Franco Antonello y Andrea en la carretera.

Algo sobre ello lo pude leer en XL El Semanal el otro día, me supo a poco, lo bueno es que el libro "Si te abrazo, no tengas miedo" viene en camino. Tengo mucha curiosidad por saber que creen el padre de Andrea y el periodista Fluvio Ervas, escritor del libro tras largas conversaciones con Franco Antonello, sobre las sensaciones de un adolescente que vive en un mundo muy particular (parece que puede expresar algunas emociones y sentimientos a través de un ordenador) al verse viajando a lomos de una moto. Parece que desde aquel viaje Andrea repite mucho la palabra "bello" ¿a que a los qué montamos en moto no nos extraña?