No, el Iguana Bar no cierra

El otro día viniendo de Asturias pasé por Cuntis a ver a la gente de Iguanas Galiza y a tomarme un par de copas del buen (buenísimo) licor café que tiene Rosa en el Iguana Bar y estaban algo tristes, así que no tardaron en darme la mala noticia: el Iguana Bar cierra. Los motivos no los voy a contar yo aquí que son del interés de Rosa, de los Iguanas Galiza y de a quien ellos buenamente quieran contarselo, aunque bueno, siempre le podemos echar la culpa a "la crisis". A esa crisis que no arrasa con gobiernos o formas de hacer política demasiado caras pero si con la gente y con sus ilusiones, gente como Rosa, la dueña del Iguana Bar que lo iba manteniendo como podía gracias a la asistencia a su Iguana Bar de moteros y vecinos amigos, y esa crisis que nos ahoga a todos un poco desbarata estas pequeñas cosas que personas como Rosa mantienen ahí, con mucho esfuerzo, contra viento y marea, para disfrute de muchos de nosotros que vemos las más de las veces la alegría que se nos muestra y no el sacrificio que hay detrás.

Dieron los Iguanas, elegantes como siempre y buena gente, el día 29 del mes pasado una fiesta "de despedida" para todos los amigos que de una u otra manera tuvimos y tenemos la suerte de conocerlos y de haber compartido con ellos, muchas veces en el Iguana Bar y otras en las fiestas y movidas que hace este pequeño (en Galicia, que en tierras vascas y algún otro lugar de España hay más) pero gran grupo motero, y fijaos hasta donde llega la elegancia, la discrección y el "no querer molestar" que en su momento Rosa me envió una nota diciéndome que el tal día hacían esa reunión, el que suscribe pensó que era algo para tratar cualquier cosa de motos, grupos moteros o lo que fuese y le dijo que no podría ir ya que estaría en Asturias y Rosa no dijo más no fuese a ser que me fastidiase las vacaciones a mi o a mi mujer, así que pensando que sería una cosa como la mentada lamentablemente me perdí la que posiblemente fue una fiesta un tanto triste, pero buena, como siempre que los Iguanas Galiza organizan algo.

Rosa hace ya unos años, en su anterior Iguana Bar pero siempre en Cuntis

Hay muchos bares moteros, y muchos tipos de gente motera, hay por ejemplo un bar, o lo hubo, que igual ya cerró "supuestamente motero" del que no pienso decir el nombre, no es bueno hacer publicidad a estúpidos, que su dueño poco menos que me dijo que un motero que no tenía una Harley era un don nadie en este mundillo (su mundillo, supongo). Por eso, sabiendo que en el mundo de las motos hay idiotas de gran calibre (e incluso de cierto calado, lamentablemente), uno se alegra mucho también de que existan mujeres como Rosa, capaces de llevar un bar motero, de ayudar a sus hermanos a hacer eventos y de estar casi siempre a la cabeza de muchas movidas que se celebran en Galicia y en algunos otros lugares de la península y además de hacerlo bien, haciendo que todo el mundo se sienta a gusto en su compañía.

Recuerdo un día, cuando mi novia empezaba a rodar con su pequeña Vespa rosa de 125 que me dijo de hacer alguna ruta pequeña con otras amigas vespistas que tiene, que a donde podían ir -me preguntó- no lo pensé dos veces, me subí de paquete en la Vespa y las encaminé a Cuntis, al Iguana Bar. Rosa hizo que aquellas tres moteras (por que lo son tanto como el que más), que iban con miedo a hacer el ridículo entre motos grandes, se sintiesen las moteras más grandes del mundo, allí, sin pensarlo mucho, colocó su Magna entre las pequeñas vespas y se retrató con ellas sin rubor ninguno, como debe de ser, como hacen los buenos moteros para quienes lo importante no es la cilindrada y caballaje de lo que se monta, lo que importa es que te sientes identificado con quien anda en moto, lo que nos importa es crear ilusión y afición por nuestro mundo, por las motos.

Rosa, creando afición a las dos ruedas.

El Iguana Bar es posible que cierre sus puertas, y no me extrañaría nada que en un futuro no muy lejano las vuelva a abrir en algún lugar de Cuntis, pero Rosa, su novio Carlos, su hermano Pablo, Churri, Jesus, y un buen grupo de amigos de ese pueblo seguro que seguirán por allí, y ya se las apañarán para buscar un sitio donde cualquiera que vaya por la zona pueda tomarse una cerveza en buena compañía, por eso digo que el Iguana Bar no cierra, porque el Iguana no es solo un bar, un local abierto al público, el Iguana Bar es Rosa y sus amigos, sus hermanos de motogrupo, que seguirán allí disfrutando y haciendo disfrutar  a los que por allí nos acerquemos.

Gracias por todos los buenos ratos Iguanas Galiza. Rosa, gracias por aguantar todo lo que pudiste uno de los mejores bares moteros de Galicia.