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4/7/12

Viajar es un placer... a veces

Casi siempre viajar es bueno y agradable. Si lo haces en moto y en largas rutas a veces te encuentras, claro, situaciones desagradables, mal tiempo, lluvia, carreteras en estado pésimo o cosas así, pero como dice el refrán sarna con gusto no pica, y muchas veces a los moteros nos gusta más el camino que el destino, las peripecias vividas darán lugar a interesantes conversaciones tiempo después mientras compartimos unas cervezas, así que mientras los obstáculos los ponga la carretera o la climatología todo va bien, se capean.


Lo malo es cuando te topas, de bruces, con la estupidez de politicos, gobiernos y gobernantes, incluso la de sus servidores muchas veces algo torpes.


Ayer veía el programa ese de Control de Aduanas en Discovery Max, y dos tipos las pasaron canutas, resulta que los de las aduanas australianas tienen una maquinita que te la pasan por la ropa y detecta restos de droga y cosas así, por lo visto la máquina a la mínima canta, y aparece allí, en rojo que hay "restos" de cocaína, heroína o lo que se tercie. 

Primero pillaron a un peluquero inglés, le pasaron la maquina por las manos y dio positivo en cocaína, pues allí lo tuvieron un montón de tiempo y venga a registrarlo por todos los lados, y nada, el tío ni gota de cocaina. Después sucedió lo mismo con la cartera de un pijete newyorkino, que también "cantaba" y los dos tipos venga a deshacerse en explicaciones imposibles que los funcionarios parecían no creerse ¿no se darán cuenta de que la cocaína u otras drogas están por todos los lados y que con nada que toques puedes quedar "impregnado" ¿a quien se le ocurre poner esa maquinita en un aeropuerto u otro lado cualquiera si con simplemente tocar los billetes que pasen por tus manos pueden quedarte restos de drogas en los dedos?


Aún así la idea en principio no parece mala de todo, supongo que el gobierno de un país tiene que velar por la seguridad de sus habitantes y no permitir que de fuera les vengan con chorradas, el aeropuerto es una aduana y uno más o menos ya va mentalizado de que lo pueden registrar a base de bien. Lo malo es cuando entras en un país, con tu moto, y te encuentras una traba de lo más estúpida para simplemente echar gasolina, la cosa sucede en Bolivia y es así:

Tu llegas a Bolivia con tu moto (o coche, que también podría ser), entraste cómodamente por la frontera del país y llegando a La Paz, la capital del país, necesitas echar gasolina, buscas una gasolinera y te encuentras que para ti, por ser extranjero la gasolina es un poco más cara, para el nacional cuesta 3 bolivianos que viene a ser medio dolar americano (¡si amigos! ¡hay lugares del mundo donde la gasolina cuesta tan poco!) pero tu, que eres de otro país del mundo y andas por allí de aventurero te encuentras con que tienes que pagar nueve bolivianos, o sea el triple (¡carajo! ¡ya la pusieron a precio de España!). Se te puede ocurrir pensar que bueno, de algún modo tienen que recaudar, que no es el país más rico del mundo, aunque bueno, tampoco parece muy inteligente joder al turista que puede ser una importante entrada de divisas, pero en fin, que se le va a hacer, tu acercas tu moto al surtidor y te preparas para echar carburante.

Pero no, no es tan fácil, de pronto ves que el dependiente de la gasolinera, así como disimulando, da vueltas mirando y remirando tu motocicleta y tu allí, esperando como un pasmarote, ese empleado mira a otro u otros de la estación de servicio, ninguno parece saber si acercarse a ti y despacharte o qué, tu alucinas pensando si tendrás aspecto de extraterrestre, pero ellos siguen mirándote, mirándose y sin hacer nada ¿les intimidará en el remoto país andino tu indumentaria motera? no crees, si eres el tipo más normal del mundo, pero ellos no paran de hacer lo dicho. Llegado un momento, unos cuantos minutos después, se acercará a ti el policía que al parecer hay en todas las estaciones de servicio de aquel país, más que nada porque los empleados de la gasolinera lo llevan mirando ya un rato, y en el momento en el que se acerca el policía un empleado te atenderá y explicará que la gasolina para ti es más cara, tu dices que vale, que te llene el depósito y ¡oh sorpresa! te cuenta, cuando tu ya estás medio que te sales de tus casillas, que no te pueden echar gasolina porque.... ¡no tienen factura para extranjeros! En fin, supongo que el problema se resuelve buscando otra gasolinera donde tengan la maldita factura para extranjeros, si no vas en la reserva y la otra gasolinera está sabe dios donde, claro, de ir mal de gasolina la cosa se puede complicar bastante más, evidentemente.


No me invento nada, lo cuenta bastante cabreado y con razón Oswaldo Arvelo, del que ya os he contando en este blog que anda recorriendo Sudamérica acompañado por su "Niña".

Y ahora, algunos españoles, por aquello de europeos dirán, bueno... es normal que pasen esas cosas en lugares remotos, pobres y medio mal gobernados. No nos subamos tan rápido a la parra, si viajas por Dinamarca, aquí, en Europa, pueden pasarte cosas muy surrealistas también, y es que tenemos quizás a los daneses por muy europeos, liberales y muy del primer mundo, pero a paletos no creo que les ganen demasiados en otros lugares, menos mal que tardé poco en cruzar aquel bonito país en su día, pero era triste, incluso penoso lo que allí pasaba.

En una gasolinera me miraron varias personas, mientras se reían por lo bajini, durante mucho rato y de forma rara, les grité en español y así como cabreado cuando ya había repostado y mientras estaba liando un cigarro un potente ¡qué cojones os pasa! y... se metieron dentro de la tienda de la gasolinera, estoy seguro de que iban cagaditos de miedo pensando que yo era poco menos que una mala bestia. 

En un pequeño pueblo me perdí y traté de preguntarle a una chica por donde salir, la chica salió corriendo como si hubiese visto al mismísimo diablo (y a todo esto yo y mi novia sin bajarnos de la moto). 

En el camping de Copenhague me hicieron sacar, por narices y "por seguridad nacional" una tarjeta de campista federado (por la que cobraron sus veinte euros). Eso si, en unos anaqueles que había en la recepción... ¡Dios! ¡nunca he visto tanto anuncio de puticlubes! la chica de la recepción me dijo que eran para los suecos, que iban de putas a Dinamarca (en Suecia se multa a los clientes de las prostitutas).


Y para rematar la faena, en una gasolinera antes de entrar en Suecia me pidieron que mostrase antes dinero en efectivo, no aceptaba el fulano que pagase con tarjeta (y poder podían, de hecho en Copenhage pagué un montón de cosas con tarjeta) y me obligaron a meter euros en una maquinita para cambiarlos por coronas, todo esto con la cara del fulano diciendo a todas luces que yo para él era un delincuente y mientras rosmaba en danés no se que cosas. Mientras cambiaba dinero en la maquinita el fulano llamó por teléfono, cuando me estaba echando la gasolina apareció un coche de policía y los agentes no dejaron de mirarme en todo el tiempo, uno llegó a preguntarme cuanto tiempo iba a estar en el país (así, en plan el sherif de la película de Rambo, de la primera) Le contesté, sonriente y vacilón eso si, que lo que tardase en llegar a la frontera sueca, me acompañaron unos kilómetros hacia la frontera parándose poco antes de llegar a ella y viendo como yo la pasaba, curiosamente no me pidieron en ningún momento la documentación ni me registraron, que fue cosa buena, ya que en una de las maletas llevaba tres puñeteros porros comprados en Amsterdam y ya me veía yo preso o cualquier cosa así en una carcel danesa.

En fin, como dice Oswaldo, algunos países podían explicar en la prensa internacional que no les gustan los turistas o los viajeros, quizás nos ahorrarían alguna que otra molestia de poder desviarnos por otro lado. Mucho ánimo Oswaldo, serán cosas con las que te reirás dentro de un tiempo.

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