El día 12 de Julio de 1952 en el Marquee Club de la londinense calle Oxford street actuaba por primera vez en la historia una de las bandas más carismáticas del rock actual, y por lo que se ve lo hizo tan bien que hasta hoy siguen dando que hablar y mucho, y no faltan millones de personas que esperan, como agua de mayo, a que aún hagan otra multitudinaria gira más ¿la harán o ya están muy mayores para estas cosas?
Claro que con aquel éxito, fulgurante, cuentan que los Rolling Stones se endiosaron bastante recibiendo un montón de críticas por ello (de hecho hoy Mick Jagger lleva por el mundo, con orgullo, el título de "Sir" concedido por su graciosa majestad Isabel II), una vez que alcanzaron la gloria de la fama, lejos de respetar a quien les daba de comer, su público, se hicieron expertos en hacerse de rogar para salir al escenario, y no cosa de diez minutos, lo de sus "Satánicas Majestades" (curioso nombre para una banda de nenazas bastante cagadas e irresponsables) era hacerse esperar mínimo una horita.
Así que claro, pasó lo que tenía que pasar el día que se juntaron el hambre con las ganas de comer, y como toda la prensa del mundo está en estos días alabando lo bien que lo hacen los Rolling Stones, lo guapos que son y lo divertidos que resultaron y resultan, En Biker Garaje elijo hacer de abogado del diablo y contar lo que al parecer toda la prensa está olvidando: los Rolling Stones son responsables, indirectos si se quiere, de una muerte, y además, cuando se les pregunta por el asunto, pasan de puntillas o dejan caer que aquello fue cosa de los Hell Angels "que los de California eran mucho más violentos que los de Londres" dijo en su momento Mick Jagger a quien quiso escucharlo, hoy ya no dice nada, es Dios, si alguien le hace esa pregunta o pretende hacérsela, sencillamente, no se acerca a ninguno de ellos. Por no decir no dicen ni el nombre que ellos mismos le dieron a aquella gira por los EE.UU.
Corría el año 69, los Rolling Stones ya habían dado algún que otro concierto en el Hyde Park londinense y la seguridad, su seguridad y la de todo el concierto, la habían dejado a cargo de los Hell Angels londinenses, sin problema ninguno.
Bien, se van los tíos a EE.UU en una gira llamada Let it Bleed (Que Corra la Sangre), nombre que hoy ni menciona la Wikipedia (pero Sony Barger si lo hace en su libro) y, tras un montón de críticas recibidas durante la misma sobre la lejanía de ellos con respecto al público, lo caro del precio de sus entradas, o su puñetera manía de aparecer una hora más tarde en escena deciden resarcir al público norteamericano en el concierto de Altamont que se celebraría el 6 de Diciembre de 1969 en la mentada localidad californiana.
En primer lugar y por problemas que planteaba precisamente el asunto de la seguridad las autoridades y representantes de los Rolling Stones, junto con otros músicos que participarían en el evento se descartaron otros lugares como el Golden Gate Park, por ejemplo, y finalmente se eligió para el concierto el abandonado autódromo de dicha ciudad, todo bien, sin problemas hasta ese momento. En el concierto, además de los Rolling Stones, que serían las grandes estrellas y traca final, actuarían también Santana, Jefferson Airplane, The Flying, Burrito Brothers, Crosby stills y Nash and Young, también Grateful Dead. Se pretendía con semejante plantel de estrellas del rock hacer un Woodstock II al oeste del país, nada que objetar buena idea era. Solo había una diferencia: En Woodstock -dijo Grace Slick cantante de los Jefferson Airplane- había un montón de vagos en el barro, en Altamont había una panda de vagos cabreados en el barro.
Se preparan los detalles del asunto, se contrata a los Hell Angels californianos para que den seguridad en el evento a cambio de 500 dólares de cerveza (ese fue el pago, lo cuenta también Sony Barger en su libro) y que comience la fiesta. Parece ser que no hay muchos por allí que piensen en la muchedumbre que se va a reunir a un concierto de estas características y gratuito o que la gente estará pasadísima de todo tipo de drogas entre las que se incluye mucho LSD y cocaina, o sea, el rollito Hippy de paz y amor a tomar por el culo.
Los Hells Angels se presentan con sus motos y el representante de los Rolling les pide que las pongan alrededor del escenario haciendo como de barrera de contención, cosa que evidentemente, y cuando tienes a trescientas mil personas drogadas al otro lado no parece la mejor idea del mundo. En ese momento los Hells Angels, para mi gusto personal, debían de haberse largado del lugar y que con su pan se lo comiesen los Hippies tarados.
El escenario, con aquella coña de que los Rolling querían demostrar cercanía al público (recordemos que varios críticos, y algunos muy influyentes, los habían acusado de situar al público muy alejado del escenario) lo colocaron ¡a un metro del suelo! Para caldear el ambiente, los irresponsables Cantos Rodados no tienen mejor idea que la de comentar en alguna que otra emisora de radio y entrevista que ellos aparecerán actuando en cualquier momento y en cualquier lugar de la ciudad, ahí, con dos cojones y un tambor, hablamos de unos fulanos que por aquella época ya pasan de los veinte, no de niños de teta, que es más responsable hoy en día Justin Bieber que ellos por aquel entonces.
Los Rolling Stones aparecerán en escena a última hora, pero el público, bastantes horas antes, va pasadísimo con las drogas, los altercados y peleas se suceden uno tras otro. Durante el concierto de los Jefferson Airplane alguien del público tira al suelo una de las motocicletas de los Hell Angels, otro se sube al asiento de otra y se dedica a danzar sobre ella de tan mala manera que los muelles del asiento tocan con los bornes de la batería y esta se jode, los Hell Angels se cabrean y tratan de proteger sus motos que les habían pedido poner allí los Rolling Stones para hacer de barrera de contención, el cantante Marty Balin les recrimina a los Hells su actitud y lleva una hostia como un campano que lo deja inconsciente, el bajista de la banda Jack Cassidy se pone a protestar y faltó poco para que llevase también las suyas, algunas personas del público llevan también algunos palos con tacos de billar para ponerlos en su sitio (video inferior). Que digo yo, si las motos están ahí será por algo, no para que un pendejo drogado baile encima, se ve que algunos no entienden esta parte y acusan a los Hells de provocar, los Jefferson Airplane parecieron no entenderla y se enfrentaron estúpidamente a quien los protegía (paz, paz, amor y flores) ¿y si la muchedumbre llega a sobrepasar excitada las motos? ¿como se hubiese puesto Marty Balin si le suben al escenario y se le llevan los instrumentos a pedazos?
Los Crosby stills y Nash and Young salen a escena con bastante normalidad, después de ellos y justo antes de los Rolling Stones tenían que salir los Grateful Dead y no aparecen, se largaron cagaditos de miedo y gritando a los cuatro vientos unas cuantas cosas sobre la vulnerabilidad de los artistas en el concierto.
Y aquí es donde los Rolling se comportan de manera totalmente irresponsable no apareciendo hasta que les dio la gana y con todo el mundo ya embroncado, el pide que aparezcan, no aparecen y las protestas y las latas de cerveza vacías o lo que se tercie caen sobre los que están en el escenario, los Hell Angels.
Cuando por fin se dignan a aparecer sus irresponsables y Satánicas Majestades la gente ya anda por el aire de las broncas que hay. Un montón de gente se abalanza hacia el escenario (cuentan que alrededor de 5000 personas) y los Hells los contienen como pueden, Mick Jagger cacarea como una colegiala muerta de miedo aquello de "Hermanos, aún podemos recuperar el control de nosotros mismos, tranquilicémonos, calmaos y no empujeis" mientras los Hells pierden la cordura tratando de que la gente no suba al escenario. Mientras interpretan Sympathy for the Devil tienen que suspender la actuación dos veces por las peleas que se desatan frente al escenario.
Y aquí sucede algo que los Rolling no cuentan, si lo cuenta Sonny Barger en su libro: Keith Richards recrimina a los Hells que entre cuatro bajen a una tía que se subió al escenario en toples, dice que no toca más y Sonny le dice que tal como están las cosas tiene que tocar, el cabreo de la gente es monumental y sería peor no seguir con el concierto, Keith que está muerto de miedo (¿de que irá con tanta pose de tipo duro semejante cagón?) se niega Sony le pone una pistola en el costado y le dice que o toca o lo mata: Keith toca ¡vaya que si toca! Ni Keith ni los Rolling demandaron aún, que yo sepa, a Sonny Barger por esta aseveración que está escrita blanco sobre negro, así que algo de verdad tendrá.
Continua el concierto con la canción Under my Thumb y un tipo negro vestido con un traje verde bastante cantoso (video inferior) intenta subir al escenario, uno de los Hell Angels lo baja, segundos después el negro saca una pistola, dispara y hiere a un Hell Angel que está en ese momento perseguido por la justicia (de nuevo me remito a quien lo cuenta de primera mano: Sonny Barger. Que ademas en el libro da el nombre del Hell) y por eso nunca lo llevaron a hospital alguno, se cura como puede ya que la herida es al parecer un roce. En ese momento el Hell Angel Alan Passaro apuñala al negro en un costado y lo mata. Meredith Hunter, que así se llamaba el negro vestido de verde chillón muere porque es un gilipollas que saca una pistola en un concierto pero eso ocurre gracias a la imprevisión, la irresponsabilidad y el endiosamiento de los Rolling Stones que ya llevaban unos años de conciertos multitudinarios, los Hell Angels posiblemente le salvaron la vida a cualquiera de esa mítica y cobarde banda de rock. Alan Passaro fue detenido y absuelto al verificarse que Meredth llevaba su arma cargada y la había disparado.
La banda de rock jamás reconoció a partir de entonces que habían contratado a los Hell Angels como seguridad y menos aún dirigió a ellos algún tipo de agradecimiento por haber sacado de en medio a un tipo que subía al escenario armado con una pistola.
Peor aún, tiempo después, un agente del FBI soltó una noticia en la que al parecer los Hell Angels querían asesinar a Mick Jagger, la cosa es tan sumamente rocambolesca que es muy difícil de creer: un grupo de Hells van metidos en un bote por el mar en Nueva York aprovechando que Mick Jagger veranea allí en una casa, el plan es entrar por detrás a la casa y matarlo evitando así la seguridad de la puerta principal, pero claro, hay una tormenta, les vuelca el bote y los Hells al agua. No hay detenidos por esta "conspiración" ¿alguien se la cree? yo al menos no. Tengo más la sensación de que alguien pago por que diesen esta noticia por radio, alguien que tenía mucho miedo y así se curaba en salud, o hacía que la policía vigilase un poco más su persona, o quizás así lograban también incriminar a otros que a aquellas alturas ya les importaba una mierda lo de Altamont.
Para conocer con el mayor detalle posible lo que sucedió en Altamont puedes intentar conseguir el documental Gimme Shelter rodado por los hermanos Maysles y Charlotte Zwerin sobre aquella famosa gira llamada Let it Bleed donde verdaeramente terminó corriendo la sangre gracias a la imprevisión de unos cobardes, inconscientes y muy desagradecidos Rolling Stones.

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