En el mes de Abril de este año y con respecto al mismo mes del año anterior las ventas de motos descendieron un treinta por ciento. Esto a priori no parece tener demasiada importancia para nuestro día a día, ni como personas y curritos normales ni como moteros que, gracias a Dios, ya tenemos moto (no todos claro), pero es un indicativo de que la cosa, con esto de la crisis, está muy mal y a lo mejor se empieza a poner... peor.
Y es que hay que tener en cuenta que estos meses previos al verano historicamente destacaba porque se vendían más motos, lógico, llega el veranito y muchos que empiezan y otros que estaban indecisos se animan a comprarse una y a disfrutar de lo que venga, que es mucho lo que se puede disfrutar sobre dos ruedas y un motor, pero la vaca ya no se puede ordeñar más, no hay de donde sacar.
Así que ahí anda D. José María Riaño, secretario general de la Asociación de Empresas del Sector de las Dos Ruedas (ANESDOR) explicando lo obvio, cosas como que "El efecto inevitable es el envejecimiento del parque, y como consecuencia, un impacto negativo en la seguridad y el medio ambiente" o que el sector de la motocicleta "es estratégico para la movilidad y que tiene un fuerte arraigo en España" y ya puesto sugiere la urgente necesidad de estimular el mercado de la moto y que eso se puede hacer sin grandes presupuestos.
Difícil lo tiene el Sr. Riaño, y es que las cosas no van así, el problema es bastante más grave que eso -pienso yo- y no se resuelve tan fácil:
1º Hay mucha gente con empleos que ya no es que sean precarios, son lo que hay más abajo, cutres, ruinosos, patéticos, penosos..., y lo peor... mal pagados (de la gente que está sufriendo el paro ya ni hablamos).
2º Esa inmensa mayoría tiene miedo a ser despedida, son miles los que más que convencidos de que tienen un trabajo lo están de que serán despedidos en un plazo más o menos breve.
3º Todos esos que temen ser despedidos tienen una terrible certeza: les va a costar mucho encontrar otro trabajo.
4º Antes de tener una moto, sobre todo si nos referimos a su aspecto lúdico y no como mero medio de transporte, hay que comer y los tres puntos anteriores ponen difícil esto último.
5º y último: si te das una vuelta por tu sucursal bancaria y te dicen los intereses para un préstamo personal te haces cruces, se te quita ipso facto de la cabeza pedirlo y lo dejas para mejor ocasión, y es que entre los puntos anteriores y el precio del dinero al 8 o 9 por ciento de interés pues como hasta el más acerrimo aficionado a las motos se desanima mucho.
Yo hablaba de banqueros... no se que hace aquí El Bandolero y su Maja de Gustave Doré
Y para colmo recortes, recortes, y más recortes en cosas demasiado básicas, y si faltaba algo para colmar el vaso subidas de impuestos, directos, indirectos y no nos extrañemos si se sacan algún otro impuesto de la manga.
Eso si, ojalá alguien le haga algún caso al Sr. Riaño y la cosa mejore, no solo para poder comprarnos una moto si nos apetece, para todo.
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