Cascos abiertos más seguros

Yo, y ya se que muchos pensareis lo contrario, no soy partidario, ni fan, ni nada por el estilo de la obligatoriedad de llevar casco en moto, son partidario de conducir con prudencia y que dejen a nuestro libre albedrío la necesidad o no de llevar puesto el casco.

Oh si, ya se que muchos pensareis que soy un irresponsable (no, no lo soy, llevo casco, me obligan a ser responsable) y bla, bla, bla y que el casco salva muchas vidas y evita muchas lesiones graves. Si claro que si, y también salvaría muchas vidas de moteros conducir con la debida prudencia y con los cinco sentidos en la carretera (tanto moteros como enlatados) y salvaría un montón de ellas los guardarrailes adecuados, y más aún si todos condujésemos equipados de pies a cabeza con la ropa adecuada y todo eso, pero yo creo que lo principal es la prudencia.

Dicen los que saben de estas cosas que lo del casco es mero asunto estadístico y que por eso tenemos que llevarlo, y que además, el resto de españoles no tiene por qué pagarnos la seguridad social o las lesiones, a veces irreversibles, en caso de accidentarnos sin llevarlo puesto. Hombre, que me digan eso en Michigan (EE.UU) sería más que aceptable (pero allí van y mira tu por donde dicen lo contrario, se ve que no tienen estadísticas), que me lo digan en un país donde a lo largo del año se celebran un montón de eventos taurinos en los que hay más heridos, e incluso muertos a patadas, pues oiga, suena a puro chiste, que me lo digan en un país donde precisamente los guardias civiles de tráfico circulan en sus motocicletas con pantalones de equitación suena absurdo y que me lo digan en un país donde un montón de cascos que se llevan y venden son homologados pero que no aguantan un mísero golpe pues que quereis que os diga, me suena a bobada, y ojo, no digo que no haya que llevarlo pero... el estado, el gobierno, un ministro o un director general no son mi padre para darme consejos y si un torero, o un tonto a las tres, son muy libres de salir corneados o morirse en los San Fermines de Pamplona a ver por qué carajo yo no puedo elegir mi nivel de seguridad en la carretera mientras, eso si, circule con la debida prudencia.

En fin, es solo una cuestión de libertad personal que se ve que algunos no valoran e incluso se permiten el lujo de criticar "en nombre de todos" ¡faltaría más! y prefieren seguir los dictados de ciertos personajes que distan mucho de velar por nuestra seguridad y lo que si quieren son nuestros cuartos. Libertad personal que por lo visto nadie va a respetar en Europa, así que no queda otra que ponerse casco o lo que se les ocurra en el futuro.

La DGT no es mi madre

Y como no queda otro remedio pues algunos optamos por lo más cómodo que encontramos, y ya puestos, y como hay que llevarlo si o si, pues que sea lo más seguro posible, que cumpla su función vaya, cosa que no mira mucho nuestra Dirección General de Tráfico, que permite la homologación de cosas (no les vamos a llamar casco de protección) que la verdad, pueden dar más problemas que protección.

No hace mucho, a nuestro ex director general de tráfico, D. Peré Navarro, se le ocurrió la idea que gracias a Dios no prosperó de prohibir también los cascos abiertos alegando que no brindaban suficiente protección, cosa que a lo mejor es cierta y todo, evidentemente un casco que te proteja la mandíbula ha de ser mejor que otro que no lo haga, pero eso parece ser que va a dejar de ser así. Después de eso a Peré Navarro se le ocurrió una sandez mayor, supongo que tenía ganas de salir en los papeles aunque fuese por una frikada.

Y va a dejar de ser así porque un grupo de investigadores del area de ingeniería de la Universidad de Oviedo acaba de patentar un casco abierto que en caso de accidente despliega un dispositivo que protegerá la mandíbula de quien lo lleve puesto. Lo patentaron pero la investigación aún no está conclusa, que ahí andan buscando los mejores materiales para lograr una protección óptima. Bienvenida sea la iniciativa de estos investigadores, así en el futuro no podrá aparecer un Peré Navarro dando palos de ciego a base de prohibiciones para ver si reduce unos accidentes de tráfico que les resultan políticamente muy molestos.