No dejo de observar los datos que van llegando a cuentagotas de esa campaña de nuestra ínclita DGT y que demuestran día a día que, una vez más, el intento de criminalización del colectivo motero (si si, así, lo que quieren es que todo el mundo nos vea como delincuentes y no precisamente potenciales) les está saliendo peor que mal.