Por el mar corren las liebres, por el monte las sardinas y puestos a contar mentiras podríamos decir que por el río Miño abajo van dos moteros disfrutando de paisajes y naturaleza, pero no, no van por el que dicen es padre de todos los ríos gallegos (¿por qué padre y no madre?), van por sus orillas y cruzando los puentes cuando es oportuno, os invitamos a acompañarnos en este viaje desde el interior de Galicia hasta su costa atlántica, seguro que lo disfrutareis incluso si lo haceis en coche.
Lo mejor, cuando se rueda pretendiendo ver los paisajes que nos deparan las orillas y proximidades de un río, es comenzar por el principio, o sea, por su nacimiento, y tener claro un detalle importante sobre los ríos que nos será útil más adelante ¿cual es la margen izquierda y la derecha? respuesta sencilla: nos ponemos mirando hacia donde fluye el río, o sea hacia donde desemboca, y ya está, nuestra mano izquierda nos señalará la margen izquierda y la derecha su contraria, sin mayor problema ¿verdad?
Pero el río Miño si tiene un problema, no con sus márgenes que eso ya quedó claro, lo tiene con su nacimiento. Seguro que los más mayores recordarán aquella cantinela de "El Miño nace en Fuentemiña, provincia de Lugo y pasa por...", bueno, pues no, no nace en Fuentemiña, por mucho que los ministerios de educación del Franquismo se empeñasen en simplificar las cosas hasta extremos absurdos en algunos casos.
En este pedregal nace el río Miño.
El río Miño nace exactamente en el Pedregal de Irimia, una zona alta, una pequeña sierra, a escasos dos kilómetros y medio de la población de Meira, en la provincia de Lugo, ahí, entre un montón de piedras de una antigua morrena carstica periglaciar nace nuestro río, en un chorrito, y justo donde nace tiene un nombre también: Corbaceiras. Como muchas otras cosas, sobre todo cuando afectan a la naturaleza en Galicia hay una leyenda, por supuesto que la hay, y la leyenda cuenta que aquí, en este monte, había una bruja llamada Irimia que tuvo en su día una bronca con los monjes del Cister que vivían un poco más abajo, en Meira. Resulta que la bruja Irimia vivía feliz en aquellas alturas regadas por el incipiente río Miño, cuidando sus vacas y con sus quehaceres, hechizando de cuando en cuando a cualquiera que pasaba por allí y tal y un día, el superior de la orden, tuvo la ocurrencia de irle a cobrar impuestos a la Sr. Irimia, entre otras cosas porque disfrutaba de un río que era de ellos (por la gracia de Dios, que a veces tiene mucha gracia), total... que la bruja se cabreó, pronunció unas palabras mágicas y empezaron a volar piedras enormes contra los curas que corrían monte abajo como poseidos por el Diablo, la bruja, con voz atronadora les gritaba "¡Cabrones! ¡hijos de mala madre! ¡nunca probareis las aguas del nacimiento de este río porque es mío!" y tapó un buen tramo con las piedras.
Justo en ese chorrito nace el que será el río más grande e importante de Galicia.
Los curas, cuando terminaron de correr y se les pasó un poco el susto, se preguntaron unos a otros que coño había hecho y dicho la bruja aquella y el más cualificado de los monjes dijo muy serio:
-No se pero ahí no volvemos, esa tipa está como una cabra, pero al parecer el río se llama Miño.
-padre prior -dijo otro de los monjes- creo que le entendí que decía que el río era suyo
-¿quién es aquí el prior? yo, pues yo digo que dijo que el río se llamaba Miño, así que de aquí en adelante se llama así, y punto en boca que os mando a misiones a un país de esos que aún no se han descubierto y os enterais. Y de las piedras y la carrera que nos metió esa loca ni una palabra.
Distintas imágenes del nacimiento del río Miño. Pica en ellas para verlas en grande.
Después ya fueron pensando en como pegarle fuego a la Sra. Irimia y tal, pero el caso es que al río le quedó Miño por nombre y a su nacimiento El Pedregal de Irimia.
El caso es que a pesar de todo el poder de la bruja Irimia aún se puede beber agua del pequeño manantial que nace entre las piedras al pie de un pequeño grupo de arboles que le dan sombra al naciente Miño. Cuentan también que si subes por el pedregal arriba hay días que se escucha el sonido del agua bajo el "río de piedra" que lo cubre, no puedo asegurarlo, soy duro de oido o quizás, aunque visité el lugar en varias ocasiones no fui en los días adecuados, supongo que el río tiene que correr bajo las piedras con cierta fuerza y cierto caudal para escucharlo.
Detrás el manantial
Bebiendo las cristalinas y nacientes aguas del río Miño.
Bueno, ahora hablemos en serio, aquí, en el Pedregal de Irimia empieza nuestro recorrido, el recorrido por el río más pequeño de los importantes de España pero el más grande de esta tierra que muchos denominan como el País de los Mil Ríos. Un río, el Miño, que tiene una longitud total de 350 Kms. un caudal de 340 metros cubicos por segundo (litro arriba litro abajo) y una cuenca hidrográfica que ocupa 12.486 kilómetros cuadrados, 76 kilómetros hacen de frontera con Portugal, siendo navegable en los últimos 33 kilómetros. Y todo eso lo vamos a recorrer desde aquí, desde los 700 metros de altitud sobre el nivel del mar que es donde nace, en la Sierra de Meira.
Poco después de su nacimiento el Miño vuelve a hundirse en la tierra.
Curiosamente, ya al poquito de nacer, unos metros después, de pasar bajo el pequeño puente que hay en las inmediaciones de su nacimiento el Miño nos da la primera de las sorpresas: se sume de nuevo bajo tierra, no nos preocupemos, a poco que descendamos del Pedregal de Irimia volveremos a verlo salir convertido en un pequeño riachuelo al que de no saber ya que estamos ante el Miño no daríamos mayor importancia, al fin y al cabo Galicia está llena de ellos.
Poco más abajo del Pedregal de Irimia ya nos encontramos con el Miño de nuevo, pequeño pero tomando fuerza.
Ahí lo tenemos, hecho un jovenzuelo, o como dirían por nuestra tierra, todo un cativo que a cada metro que transcurre va ganando más vigor.
Meira
En Meira, donde con orgullo profesan sus poetas que el Miño es "meirego" y no de otros lugares como se nos quiso hacer creer (y aún hay quien lo intenta) quizás lo perdamos un poco de vista, salvo que nos demos un paseo a su vera por el parque que llaman Area Recreativa Profesor Río Barja, aunque en Meira también podremos disfrutar de su preciosa plaza con el Monasterio de Santa María de Meira que allí sigue desde que en el siglo XII lo estableció la Orden del Cister. Es Meira pueblo mediano, tirando quizás a pequeño, pero con paz, sosiego y buena gastronomía gallega, cuentan que por aquí hacen bien la empanada, tampoco es raro, por la cercanía, ver gente en sus bares degustando la deliciosa sidra asturiana, en todo caso bien merece la pena una pequeña parada en la que según lo que hagamos no perderemos mucho tiempo para proseguir nuestro viaje al ritmo del río que nos lleva, y tal como él se va haciendo grande quizás nos haga algo más grandes a nosotros también.
Laguna de Fontemiña o Lagoa de Fomiñá que es como le llaman aquí
Y seguimos, unos kilómetros más y descubriremos el origen de la polémica, justo en donde casi toda la humanidad cree que nace el Miño, en Fomiñá, municipio ya de Pastoriza, aún hay carteles que lo advierten ¿qué es lo que pasa aquí para que haya esta disputa tan extraña? ¿no se sabe donde nace el río Miño con certeza? ¿todo en Galicia tiene que tener cierto halo de misterio? Pues no, ni tanto, los carteles están ahí, y quizás haya alguien interesado en seguir atrayendo algo de turismo con esas pequeñeces pero los especialistas en las diversas disciplinas que atañen a la geología, a la geografía y todo lo que sea menester sobre este asunto ya lo tienen más que claro.
Inmediaciones de la Lagoa de Fomiñá
A ver, veamos, pongámonos al día: resulta que en la Fuentemiña de antaño en la que todo se traducía al castellano, la Fomiñá de ahora hay una laguna, y se ve que antes no estaban muy por la labor de romperse la cabeza, y como en ella confluyen varios ríos subterraneos, alguien, se ve que sin mayor razonamiento, decidió que allí nacería el Miño, así que hala, tomen nota "El Miño nace en Fuentemiña, provincia de Lugo...", pero... llegó gente que estudió a fondo el asunto y descubrieron que el mayor caudal que se aportaba a esta fuente procedía del riachuelo que llegaba del Pedregal de Irimia, porque además resulta que a ese incipiente río Miño que viene de la sierra de Meira se le van uniendo, ya en este tan corto camino, varios riachuelos que lo hacen más y más caudaloso, siendo a estas alturas el que mayor cantidad de agua aporta a la otrora famosa fuente del padre de los ríos Gallegos que no es más que un afloramiento de aguas subterraneas que se da en ese lugar concreto, aguas que proceden de diversos lugares de la zona pero la más importante viene de allá arriba, de donde la bruja Irimía se peleó con los monjes del Cister porque le querían cobrar impuestos. Hoy se sabe además que por la zona entre Meira y Fomiñá hay una cantidad de agua subterranea embalsada considerable. No se pierde nada por dar un pequeño paseo por el lugar, disfrutar de su tranquilidad e irse preparando para ver crecer al río con el que empezamos a trabar una incipiente amistad.
En cuento le demos un poco de gas a nuetras motos para seguir el curso del río comenzaremos a entrar en la comarca que aquí llaman "da Terra Cha" (de la tierra llana) y nos daremos cuenta que le llaman así por algo evidente, y no hace falta redundar. Estamos además, es digno de tener en cuenta, en una reserva de la biosfera, toda la cuenca alta del río Miño tiene esta declaración y protección.
Al no muy avezado con la compleja orografía gallega y sus carreteras secundarias le costará quizás seguir la ruta por las orillas de un río que quizás muchas veces ni pueda verse, pero está ahí, a un paso, a poco que tomemos algún ramal nos lo encontraremos. Baste decir que en estos primeros kilómetros circularemos por la LU-122 al menos hasta la población de Crecente, y no, no busquemos nucleos grandes habitados, a veces, estos pueblos que vamos a recorrer tienen su nucleo en tres casas agrupadas en algún lugar y diez o doce dispersas algún que otro kilómetro unas de otras. Sirva como anécdota que durante el viaje mi pareja puso el navegador del móvil para llegar a no recuerdo que pueblo y... en medio de un camino a ningún lado, sin asfalto ni nada, nos dijo la voz del navegador, muy sensualmente eso si, que habíamos llegado, dos vacas nos miraban extrañadas desde un prado mientras ramoneaban la hierba que se habían comido. Otro consejo, no está mal llevar el navegador de un móvil o un GPS o lo que querais, pero... yo no descartaría un mapa de los de toda la vida donde se vea bien el curso del río miño y más o menos las carreteras colindantes, ya tendremos tiempo de perdernos y de volver a encontrar el camino.
De Creciente a Baltar, de Baltar a Pacios, de Pacios a Ponte de Outeiro, cambiamos constantemente de carreteras, de la LU-122 pasamos a la CP-1106, un poco después vemos los letreros de la LU-P-1112. No hay prisa y cada poco paramos para ver esto o aquello que nos llama la atención, parando cuando nos encontramos al río Miño ¿o él nos encuentra a nosotros? Haciendo alguna foto desde algún puente, contemplando el paisaje o la fauna, a veces extraña en estas tierras llanas del interior de Galicia. Estoy seguro de que antaño no se veían tantas cigueñas por aquí ¿será el cambio climático? algunos vecinos cuentan que creen que las hay que ya ni emigran, del buen tiempo que hace. No hay mal que por bien no venga.
A partir de Ponte de Outeiro ya empezamos a descender hacia el sur, si somos unos comodones podemos hacerlo por la LU-P-1105, pero nosotros hemos venido a la aventura ¿no?, así que buscamos rodar cuanto más cerca del cauce del río Miño mejor, así que no paramos de meternos por vías y carreteras que ya deben de ser terciarias, si es que eso existe, buscando lo más recóndito de los paisajes que nos depara el padre Miño. Así vamos llegando a Coea, allí decidimos desviarnos a Castro de Rei, un pueblo realmente interesante donde la dueña del bar que está en lo más alto nos pone al día en charla amable y agradable de las vicisitudes y entresijos del pueblo tras tomar un café, después un pequeño paseo por el pueblo, que realmente merece la pena.
Castro de Rei
El río que pasa por Castro de Rei no es el Miño, nos hemos desviado un tanto y estamos en la cuenca del Azúmara, pero la visita valió la pena, no en vano este lugar está cargado de historia: importante castro de la época prerromana, poblado romano de cierta importancia, castillo en la época mediaval que se vino abajo en 1941, y si, aún conserva en sus casas de la parte alta su aquel de señorío, tanto así que está declarado como "conjunto histórico y paisaje pintoresco". Va a ser buena idea que tomando la CP-16-11 volvamos al cauce de nuestro río guia. La dejaremos un poco más adelante para tomar la LU-113 y acercarnos así a Xustas.
La tierra por esta zona nos recuerda un poco a la meseta castellana, amplios horizontes, carreteras rectas que parecen interminables pero que se terminan, paisajes salpicados de granjas aquí y allá.
Decidimos cruzar el Miño de nuevo por la LU-P-1706 para visitar la Lagoa de Cospeito (laguna) que es lugar de cierta importancia ecológica (y además tiene servicios para vaciar retretes de autocaravanas y similares). Esta laguna, como otros muchos humedales sufrió lo suyo, llegando casi a quedar desecada, se salvó in extremis y hoy aún se está recuperando a pesar de la protección que tiene y de ser un maravilloso observatorio de la naturaleza.
La laguna está ahí, pero en ciertos meses del año el agua está muy baja y se ve más el arbolado y la hierba alta.
Tiene como no también una pintoresca leyenda: en el lugar hoy ocupado por la laguna había un pueblo llamado Valverde (de hecho parte de la laguna se llama así) al que una noche entró un pobre pidiendo y nadie le daba nada, en fin... supongo que os imaginais el resto de la historia, si no la imaginais podeis leerla picando aquí, los santiños a veces pueden ser un poco cabrones, sobre todo si se cabrean.
Después de visitar la laguna terminamos en un pequeño pueblo que se llama A Feira do Monte, leo en algún lado algo sobre el castillo de Caldaloba ¿por qué no ir? no todo tiene que ser río, hay muchas cosas que se pueden ver en las cercanias del Miño.
Torrre de Caldaloba
Por la LU-P-1702 llegamos a Infesta, allí cerca está Vilaxoan y en él está la Torre de Caldaloba de la que solo queda la torre en medio de un espeso bosque (también hay unas casas cercanas), y claro, su historia en el aire. Uno piensa que se trata de una humilde y vulgar torre construida en su día por algún noble que señoreaba aquellas tierras para sufrimiento de vasallos pero no, es algo más, resulta que la torre la recibió por casamiento el mariscal Pardo de Cela al contraer nupcias con la bella Isabel de Castro y Osorio. A pardo de Cela le dieron matarile nuestros católicos reyes Fernando e Isabel porque se les puso un poco bravo, así que el 3 de Octubre de 1483 le cortaron la cabeza a él y a su hijo delante de la catedral de Mondoñedo, se ve que querían que se notase que le cortaban la cabeza para que otros no viniesen con tonterías. En la fortaleza de Caldaloba se quedaron entonces la hija de Pardo de Cela, doña Constanza y su marido Fernando Ares de Saavedra, se ve que doña Constanza no estaba por la labor de que la memoria de su padre estuviese un tanto mancillada por los castellanos y aragoneses así que también se puso un poco farruca con los Reyes Católicos reclamando derechos que supuestamente pertenecían a su padre, sus majestades, un poco hartas de esta familia les enviaron a Don Diego Lopez de Haro, que los asedió durante mucho tiempo cegándoles los manantiales que suministraban agua a la fortaleza, Doña Constanza y su marido bebieron agua contaminada, ella murió y él resultó herido por una piedra, intervino Diego de Andrade y los Reyes Católicos le perdonaron a él la vida, eso si, lo enviaron a guerrear contra la morería a Málaga. Cuentan que ya de paso, también sufrio esta pareja el asedio de los Irmandiños, parece que a los Irmandiños no le quedaron muchas ganas, así que el nombre de Caldaloba (vendría a ser casa de la loba) no le viene mal al lugar. En todo caso y humor a parte, parece que fue el último reducto de la resistencia de la nobleza gallega a la centralización que imponían los Reyes Católicos, Pardo de Cela y su estirpe dejaron claro que con ellos bromas las justas, eso si, lo pagaron un poco caro.
Cementerio de O Mato
Bajamos de Vilaxoan, de nuevo buscando el Miño, no sin antes pararnos un momento en alguno de los cementerios que hay por la zona de Terra Cha, son realmente curiosos, como muy góticos con sus cruces picudas, tampoco es cosa de peregrinar por todos pero ver alguno no está de más. Para este fin nos sirve el cementerio de O Mato, que está en la carretera según vamos bajando.
Largas rectas en A Terra Cha
Después vamos por la LU-P-1704 hasta la LU-111, orillamos un rato por las largas rectas a orillas del río Támoga y un breve tiempo nos encontramos en Rábade donde nos encontramos de nuevo con el río Miño.
Río Miño a su paso por Rábade
En Rábade confluye el rio Miño con uno de sus afluentes más importantes, el río Negro. A la orilla del Miño en este pueblo, que siempre fue nudo de carreteras y muy transitado, hay un area de recreo por la que se puede pasear y disfrutar de nuestro río, también es fácil encontrar algún que otro restaurante para comer, pensiones, creo que algún hotel, en fín, que si hay que hacer una parada y no queremos entrar en la capital de la provincia puede ser una buena opción, aunque ya estamos llegando a Lugo, así que vosotros vereis.
Peto das ánimas en la zona de Rábade
Por la carretera iremos encontrando cosas llamativas, ora un "peto das ánimas" que bueno, si sois religiosos y os apetece podeis dejar una oración y quizás un óbolo que posiblemente sirva para pagar lo gastos de la parroquia o parte de las fiestas del pueblo.
Poco después de Rábade, y ya tomando la N-VI nos encontramos con Outeiro de Rei, que es pueblo con una ingeniosa idea para no andar cambiando de nombres a las calles ¿por qué le vas a dedicar una calle a alguien si después vienen otros y lo quitan? nada, mucho gasto andar cada dos por tres cambiandoles los nombres a las calles, así que nada, te puedes encontrar la calle Letra G o la Rua Un (calle uno), sin más, alguna que otra calle principal tiene nombres de personalidades o de quien sea y las otras números o letras.
Imagenes del area recreativa de Santa Isabel (pica para verlas en grande).
Poco después llegamos a la confluencia del río Ladra con el Miño, y como no, a una importante area recreativa, la de Santa Isabel, también conocida como As Veigas. Se trata de un area recreativa a la orilla del río realmente espectacular, pero además de gran importancia ecológica y paisajistica. A simple vista podemos observar que a lo largo de los siglos los ribereños de la zona supieron aprovechar los recursos del río sin dañarlo, haciendo pesqueras, molinos o incluso una pequeña central hidroeléctrica sin impedir gravemente el cauce del río, en la zona hay arbolado autóctono, merenderos, carteles explicativos y bueno, no está mal llevar bañador si es verano, seguro que se agradece tomar un baño en el río Miño ¿o no?
A partir de aquí lo tenemos un pelín complicado, las carreteras no tienen nombre pero conviene dirigir las motos al lugar de Piago cruzando el río Pequeno, después buscaremos un lugar llamado Marcelle Naturaleza (vosotros vereis si entrais o no, es un pequeño zoo, sin más), lo que hay verdaderamente importante en esta zona es la isla, una gran isla en el río Miño que fluye a ambos lados de ella, se llama Insua de Seivane y tiene aproximadamente un par de kilómetros de largo (ojo con Google maps que la indica mal, un poco más abajo), el río miño en su recorrido tiene más islas e islotes pero esta es con diferencia la mayor, además de ser de gran importancia paisajística y ecológica. Se puede entrar en la isla por un puente colgante que nos encontraremos en la localidad de Parada, o sea que si queremos entrar debemos de pasar a la margen derecha, a la localidad de Martul, allí buscar Parada y el puente colgante. Dicho así puede parecer complicado pero por allí hay donde preguntar y con Google Maps por ejemplo, se puede buscar el camino fácilmente.
Río Miño en Parada Meilan (pica para verlas en grande).
Si hemos cruzado el Miño a su margen derecha para dar un paseo por la Isla no pasa nada, seguimos bajando hacia el sur, cruzamos el río Narla, rodamos por la zona de Ombreiro donde también nos podremos encontrar con alguna playa fluvial interesante para tomar un baño y llegamos a Parada Meilan, en ese puente cruzamos y tomamos la LU-P-2902 que nos llevará hasta la ciudad de Lugo derechitos, y ya sabeis, las capitales del mundo son tres: Lugo, París y Londres, y quien diga lo contrario no tiene ni repajolera idea de lo que es el mundo.
Ayuntamiento de Lugo
Aguila en la Plaza de Santo Domingo
Santísimo Sacramento en exposición permanente.
Río Miño a su paso por Lugo
Catedral de Lugo
Paulo Favio Máximo y Cesar Augusto, fundadores de la ciudad de Lucus Augusta
Plaza del Campo en el casco viejo lucense
Altar mayor de la catedral de Lugo
Fachada de la catedral de Lugo
Adarve de la muralla de Lugo
Torre da Mosqueira
Muralla de Lugo y Torre da Mosqueira
¿Qué os podría contar yo de Lugo que no podais saber por mil medios? ¿qué es una ciudad cojonuda para comer muy bien? ¿que tendreis alojamiento para todos los bolsillos? ¿qué generalmente ponen unas tapas deliciosas cuando te tomas un vino? ¿qué tiene un casco viejo realmente hermoso? sería un no parar... podeis daros un paseo por todo lo alto de su muralla con más de dos mil años, podeis visitar una de las catedrales más importantes de Galicia, podeis disfrutar de su Plaza Mayor (antes plaza de España, aún la conocen así muchos lucenses), podeis... vamos, que lo teneis todo: gastronomía, historia, fiestas como el Arde Lucus que recuerda los tiempos de la invasión romana con romanos y castrexos sin guerrear y pasándoselo muy bien y San Froilán en la cual se degustan toneladas y toneladas de pulpo además de otras atracciones como pueden ser conciertos, atracciones, etc. ¿qué os falta? ¡Ah coño! que en todo el viaje no habeis visto un solo bar motero y teneis ganas de pasar una noche de juerga en un antro motero al 100% pues también lo teneis, meteros por el casco viejo, tomaos unos vinos (o unas cervezas), cenad y preguntad, que no os lo voy a contar todo, allá al fondo de la calle Tinería, en la Porta Miña está el Diablo Bar, regentado por Chucho que seguro que estará encantado de recibiros y que tomeis algo en su garito donde seguro que lo pasareis más que bien en buena compañía.
Ya, ya estais descansados, no se cansa uno demasiado viendo Lugo, es pequeña y acogedora y seguro que los habitantes os lo hicieron pasar agradablemente bien, a Lugo siempre que se vaya en son de paz se va bien y se lo pasa uno bien, lo malo fue para los romanos, que vinieron en son de guerra y tuvieron que construir una muralla para que los dejasen vivir un poquito en tranquilos pero bueno, eso es agua pasada, ya estais descansados y queda mucho río aún por recorrer, aunque quizás a partir de Lugo el trayecto sea más fácil, aunque no por ello menos agradable, incluso dependiendo de los gustos de cada quien puede que más.
Molino de A Fervenza
A Fervenza
Bar de la Casa Grande
Vamos a salir de Lugo por la N-VI, por la Tolda de Castilla, que así le llaman a lo primero que te encuentras al salir de Lugo (hay una gasolinera, por si necesitais repostar), un poco más adelante divisaremos el hotel Torre de Nuñez y ahí, justo en esa rotonda buscamos la LU-P-2904, no es difícil de encontrar, seguís esa carretera un buen rato, no es la mejor carretera del mundo, pero es la que hay, así que con cuidado, cuando en una curva muy pronunciada veais un letrero que ponga Casa Grande da Fervenza os meteis por él, lo vereis a la izquierda, un poco más adelante hay un desvío, vosotros de nuevo para la izquierda, y llegareis a un paraje digno de parada. Ya no estais en el municipio de Lugo, esto ya pertenece a O Corgo. La Casa Grande da Fervenza es una antigua casa de labranza típica gallega que estuvo muchos años en ruínas hasta que alguien la restauró, y todavía están en ello, en algunas partes, eso si, la casa ya está perfectamente habilitada como casa rural para pernoctar, comer en su restaurante cualquier otro servicio, otra cosa es que pretendan rehabilitar el molino o algunas otras cosas que hay en las inmediaciones. No está mal una paradita para descansar y alegrarse la vista con el paisaje ¡ojo! el lugar, la orilla del río es pública, no tienes por qué entrar en las instalaciones de la Casa Grande para estar en el lugar ni mucho menos. La parada es recomendable además de por lo hermoso del lugar porque a partir de aquí y durante unos pocos kilómetros las motos traquetearán un poco.
Portomarín, embalse de Belesar
Nos vamos del lugar por la carretera que bordea el río, sin problemas pero con cuidado, con cuidado con todo, nosotros perdimos un móvil, iba en el bolsillo de una chaqueta, con el traqueteo de los baches se salió y se perdió, lo malo no fue el perderlo, lo jodido es anularlo por la noche llamando aquí y allá y ni Cristo te hace caso porque claro, ya no tienes tu terminal y bueno, mejor olvidarlo, así que como decimos por aquí, vayamos a modo y con todo bien sujeto. Cuando lleguemos a la aldea de Veiga buscaremos como llegar a la de San Andres, de allí a Ribeira y a Reascós. En esta parte no podremos acercarnos mucho más al río de lo que ya vamos, así que de Reascós vamos a Beleigán y ahí buscamos la LU-P-4302 que pronto se convierte en la LU-613, de pronto nos encontramos con el río Miño tremendamente ancho comparado con lo que venimos viendo, no pasa nada, es el embalse de Belesar, en nada cruzaremos un puente sobre el río y nos encontraremos en Portomarín, en pleno Camino de Santiago (el francés de toda la vida).
Portomarín es una localidad grandecida, con todos los servicios, también hay albergue de peregrinos y camping, si buscais opciones más económicas para pernoctar. Y aquí, hacemos un inciso, porque aquí el Miño se vuelve sacro y es que estamos ya en plena Ribeira Sacra y como de eso ya hay un reportaje en BikerGaraje.Com seguiremos el río Miño a través de él simplemente picando aquí (o en cualquiera de los dos enlaces anteriores a este, es por si os despistais), cuando lleguemos a Los Peares en el otro reportaje, pues nada volvemos para este, que de los Peares ya estamos llegando a Orense, ciudad que también baña el Miño y tiene muchas cosas interesantes.
Puente romano sobre el Miño en Orense
Puente del Milenio
Las Burgas
Las Burgas
Piscina de las Burgas
Plaza Maior de Orense
Catedral de Orense
Una vez que salimos de Os Peares ya entra el Miño en Orense y en nada, acompañandolo un poco en su tranquilo discurrir, nos encontraremos en la ciudad de las Burgas que tiene mucho para ver: de entrada un casco viejo impresionante y algunas zonas nuevas (no está nada mal un paseo nocturno por el puente del Milenio) por donde pasear y disfrutar quizás de alguna terraza si es verano o de una buena comida, en fin, lo que querais, es una ciudad con todo lo que tienen las ciudades, si estais interesados en el asunto de las aguas termales teneis las piscinas de Las Burgas con un centro de interpretación allí al lado en el que podeis encontrar cosas de interés, pero a lo mejor no os gusta la ciudad para disfrutar de los posibles beneficios de las aguas termales orensanas, no pasa nada, salgamos.
Termas de Outariz y Burga de Canedo
Nos buscamos la vida para seguir por la margen izquierda del río Miño, sin meternos en la autovía, también podeis ir por la derecha, pero hay que escoger, no queda otra, en mi caso preferí la izquierda. Por esa carretera, concretamente la OU-402, llegaremos a un lugar que hay un puente de hierro sobre el río, se ve desde lejos que no es apto para que pasen los coches, aparcamos nuestra moto por allí y lo cruzamos, como dato curioso os cuento que tiene, o al menos tenía, candados de esos que ponen los enamorados para ver si el puente aumenta su peso en un par de toneladas y con el tiempo se viene abajo, antes de cruzarlo ya habremos visto unas piscinas que parecen las calderas de Pedro Botero echando humo, pues solo con cruzar el puente y llevando bañador y toalla podreis disfrutar de un tiempo de relax en esas termas y burgas que son las de Outariz y la Burga de Canedo, y no, no te preocupes por el precio, es gratis, o al menos lo es hasta hoy, no vaya a ser que mañana necesite dinero algún alcalde por ahí.
Prado de Miño
¿Relajados? ¿a gusto? bien, pues sigamos, todo el rato por la OU-402, acompañando al Miño en su lento discurrir por su parte media, si quieres hacer alguna parada en cualquier lugar a la vera del río estará bien y no defraudará, quizás el lugar más agradable para dar un nuevo paseo sea Prado de Miño, pero bueno, esto lógicamente depende de gustos.
No siempre el día es agradable en Castrelo do Miño, esto es Galicia.
En todo caso ya te habrás dado cuenta de que hemos entrado en el ayuntamiento de Castrelo de Miño, quizás también te diste cuenta de que el agua del Miño vuelve a estar embalsada, pero el caso es que aquí la parada casi que vuelve a ser obligatoria, de entrada si viajas por esta ruta en verano aquí hay una playa fluvial, justo en su club nautico con un entorno muy agradable y con todos los servicios disponibles, si si, una zona de interior con su club nautico: piraguismo, vela, natación y lo que se tercie, que el río Miño es así de generoso en algunos sitios, en otros como as Insuas en Lugo es extremadamente peligroso pero aquí no, aquí se porta bien y los ribereños lo disfrutan, y con ellos quien lo desee.
Club Nautico de Castrelo de Miño
En esta zona habrá más lugares donde parar, al fin y al cabo estás entrando, mejor dicho ya llevas un rato en ella, en una de las comarcas más importantes de Galicia, estás en la comarca del Ribeiro. Pero bueno, detengámonos por un momento en el club nautico que para algo el edificio ya llama un tanto la atención, y será bueno como poco darse un pequeño paseo, tomar quizás un refresco o una cerveza o por qué no ¿qué tal un ribeiro? al fin y al cabo nace aquí.
Por la zona podemos hacer además, sin demorarnos mucho, alguna que otra visita interesante, no sería buena idea irnos y no dar una vuelta por la Iglesia de Santa María de Castrelo do Miño, que tiene su aquel de encanto tétrico, gótico, oscuro, mágico... no se como definirla, ahí están las fotos, vosotros direis si merece la pena dar una vuelta por sus alrededores.
Sato hidroeléctrico de Castrelo do Miño
Embalse de Castrelo do Miño
Casi nos tropezaremos con el salto hidroeléctrico que hay un poco más adelante, no tiene mayor interés que comprobar como puede el ser humano destrozar un paisaje sin miramiento alguno.
Por el puente que hay al lado del salto podemos cruzar al otro lado del Miño sin problema, que igual sois de fuera y pensais que gaiteros están Carlos Nuñez y ya, no hay más, hay y hubo, si teneis interés por la cultura folk, o si quereis por la música celta podeis acercaros a Ventosela, ahí, pasareis delante de una casa con un gaitero hecho de chapa a su lado, ahí vivió Xan Míguez González, el gaiteiro de Ventosela, famoso en su pueblo y bastante más allá, llegando a actuar en diversos lugares de América Latina todo ello entre los años 1847 y 1912. Dejó también nuestro Gaiteiro de Ventosela unas cuantas composiciones de música tradicional gallega que seguimos disfrutando hoy en día.
Ribeiro
Bien ¿por donde quereis seguir? ¿margen izquierda o derecha? yo particularmente cruzaría de nuevo al otro lado, por la margen izquierda vamos como más unidos con el río, y además aprovechamos un poco más adelante un puente para pasar sobre él y entrar en Ribadavia, estamos en el corazón de la comarca del Ribeiro.
Al fondo Ribadavia entre la bruma
Ribadavia fue poblacion importante allá por la edad media, y aún lo es hoy en día, así que bien merece una parada, más aún si te coincide pasar por allí cuando celebran su fiesta de la historia, con ambiente mediaval y todo eso, seguro que lo pasas bien, y si no te coincide, pues nada, dejate llevar, baja al paseo sobre el río Avia, podrás ver como se encuentra con el Miño, baja hasta él por la judería, sube a la parte más alta y visita su castillo, pierdete de nuevo en la profundidad de sus estrechas callejuelas.
Castillo de los Sarmiento en Ribadavia
Plaza Mayor en Ribadavia
Aquí pedimos perdón a los pobres judíos
Aquí glorificamos a un inquisidor
No dejes de asombrarte de la dualidad del ser humano, que lo mismo trata de honrar a los judios masacrados por el santo oficio hace 400 años que celebran que un vecino del pueblo fuera de aquellos inquisidores que daban el cerillazo a los judios o a cualesquiera otros. Muy multicultural todo, lo mismo te encuentras con lo uno como con lo otro y a la vez, mientras estás tomando una birra en una terraza de su plaza mayor un musulmán te intenta vender películas pirateadas, todo ello sin que en algunas esquinas veamos referencias al santoral cristiano ¿a que mola? hasta hay unos cuantos sagrados corazones por allí que "reinarán en España". Realmente llamativo si uno se fija.
Podemos seguir el curso del río Miño por donde más nos agrade, por la margen derecha hay autovía (no la recomiendo), también carreteras generales, por la margen izquierda, quizás sea más pintoresco y llamativo nuestro río, pero ahí queda, a gusto del viajero motero que por aquí tenga a bien desplazarse. Para ir por la izquierda volveremos sobre nuestros pasos hasta Cortegada, un poco más adelante el Miño empezará a servir de Frontera entre España Y Portugal, justo en Acibido se convierte en la linea que a veces une más que separa pero linea fronteriza al fin, aún así podemos pasarlo sin problemas para Portugal o seguir por España. Conviene tener en cuenta que en Portugal una infracción de tráfico se paga al momento y últimamente con esto de la crisis, que aún hay, parece que los "guardinhas" están muy por la labor de denunciar así que una vez más, a vuestra elección queda, el caso es que de una u otra manera tenemos que llegar a Arbo en España, ya en la provincia de Pontevedra, así que más bien me decantaría por seguir circulando por el lado Español.
Playa fluvial de Sela en Arbo
Playa de Sela
Río Miño desde el puente internacional de Arbo (Pontevedra)
En Arbo nos encontraremos un hermoso puente internacional con unas vistas impresionantes sobre el miño y cierta cultura pesquera típica en la zona. Por cierto, ya nos hemos adentrado de lleno en otra zona vitivinícola gallega: O Condado.
Pesqueiras en Arbo
En este pueblo de Arbo, ribereño del río Miño, es tradicional todo lo relacionado con la gastronomía de la lamprea, ese pez extraño y antediluviano aquí es tratado con suma devoción, hacen su fiesta de la lamprea una vez al año y todo. Cuando paseamos por las orillas del miño en esta zona podemos ver las obras que hizo el hombre, y que aquí llaman "pesqueiras" para poder atrapar al esquivo y según dicen exquisito agnato, la verdad, la probé una vez y no está mal, pero no pagaría una segunda vez lo que pagué en esa primera ocasión, no creo que sea para tanto, pero bueno, yo no soy muy fiable en estas lides, mi paladar no es nada exquisito, así que vosotros vereis si quereis gastaros un dinerillo en degustar ese manjar. Lo que si conviene saber es que las construcciones que veis en el río están hechas por algo: la lamprea no se pesca como otros seres del río con anzuelo y caña, no, aquí usan frisgas (como tenedores grandes con los que la clavan), y también nasas colocadas o colocandose en esas "pesqueiras", consiguen capturar a las codiciadas lampreas.
Fortaleza de Monçao, al otro lado del río España
Embarcadero del antiguo ferry, lado de Monçao.
Fortaleza de Salvaterra de Miño vista desde Portugal.
Fortaleza de Salvaterra de Miño
De Arbo lo tenemos bien para cruzar a Portugal, al fin y al cabo está ahí ese precioso puente que tan hermosas vistas sobre el río nos ofrece, de hecho en este tramo por Portugal podremos ir más cercanos al río. A no ser que seamos muy aficonados al asunto religioso, si es este el caso a lo mejor nos apetece ir por la margen derecha del río para al llegar a la localidad de Las Nieves subir unos kilómetros al norte (conviene preguntar), y visitar a una de las santas más milagrosas de la comarca: Santa Marta de Ribarteme. En este pueblo y en la fiesta patronal hay una de esas procesiones un tanto tétricas que se dan por estas tierras, ya sabeis, que te lleven en un ataud estando vivo a dar una vuelta a la iglesia, ofrecidos y esas cosas.
Santa Marta de Ribarteme
Si no es el caso y no queremos perder tiempo visitando la capilla de marras, con cuidado de no ofender la sensibilidad de la policía portuguesa (como decimos en Galicia "malo será") podemos adentrarnos por tierras lusas, que aquí por el norte llaman minhotas hasta la localidad de Monçao, enfrente de Monçao tenemos a Salvaterra do Miño, y ambas merecen una parada y que pasemos de un lado a otro, aunque sea para disfrutar e imaginar toda la historia que acumulan las piedras de sus fortalezas que no denotan sino una vieja enemistad que ya realmente fue dejada atrás.
No creo que la traducción os resulte problematica, a la derecha el poeta gallego, a la izquierda el portugués.
Hoy en día lejos de buscar enfrentamiento no son pocas las ocasiones que estos dos pueblos ribereños organizan juntos festivales u otras actividades, hasta hay poetas por estos lares que quieren casamiento entre Galicia y Portugal, y oye, como idea no está mal, pero me da que eso depende de los padres de cada patria, y a lo peor no están por la labor.
No sabría con cual de las dos localidades quedarme, quizás para pasear un poco me decantaría por Salvaterra de Miño, que tiene un hermoso parque y un buen paseo a orilla del río. Monçao no está nada mal para degustar un buen café en su alameda.
Puente de Fillaboa
Desde Salvaterra no es mala idea acercarnos con la moto al puente de Fillaboa, no está sobre el Miño, está sobre su afluente, el Tea, muy cerca de su desembocadura.
Tampoco es mala idea, sobre todo si sois un tanto religiosos, acercarnos a un lugar pintoresco y no muy alejado, tendremos que preguntar pero llegaremos relativamente fácil, solo tenemos que preguntar por la capilla de la Asunción. Como podeis ver en las imágenes superiores una capilla excavada en una roca, ad maioren glorian dei.
El río Miño en las cercanías de Tui
Ahora casi que vamos a seguir por la margen derecha, despacito siempre por si nos apetece meternos por cualquier recoveco o parar a la orilla del río para deleitarnos un rato pero sin pausa, hasta llegar a Tui.
Nos encontramos en un lugar de gran importancia histórica, aunque debería de decir más bien un conjunto de lugares, y es que si nosotros estamos pisando Tui enfrente tenemos a Valença do Minho, antaño como vuelven a indicarnos sus fortificaciones y fortalezas, enemigas; y hoy más bien hermanas o como poco muy amigas, tanto que tengo la sensación de que no podrían vivir la una sin la otra. No hay nada más agradable que al terminar de trabajar una tarde dar un paseo al extranjero por un puente con cien años de historia ¿quién da más?
En primer término el viejo puente internacional
Al fondo Valença do Minho
Podemos discutir, mientras paseamos sobre él cruzando de un país a otro, si verdaderamente lo construyo Eiffel o alguno de sus discípulos que es cosa que te suelen soltar por aquí a la mínima de cambio, pero no, va a ser que no, el puente fue construido por un ingeniero riojano llamado Pelayo Mancebo y Ágreda, que además era diputado (este se lo llevaba todo calentito, bien calentito). Por cierto, si el puente traquetea no os preocupeis, en su parte más alta a veces pasa el tren.
Catedral de Tui
Rincones de Tui
La importancia histórica de Tui la denota el hecho de que aún sea sede de la Diocesis obispal, con mando en plaza sobre la curia viguesa por ejemplo, y que su iglesia está consagrada como catedral, también fue capital de una de las siete provincias del Antiguo Reino de Galicia.
Rincones de Valença do Minho
La importancia de Valença do Minho en el norte de Portugal se percibe claramente por la construcción de su fortaleza, hoy pácifico lugar de encuentro entre comerciantes y generalmente clientes españoles que buscan los a veces ventajosos precios con los que ofrecen sus mercancías.
Ya hemos saltado de un lado a otro de la frontera varias veces, por el puente nuevo y el viejo ¿verdad? seguímos ¡Ánimo que aún falta mucho y bueno por ver!
Rincones de Tomiño
Vamos a seguir por el lado derecho del río, adentrándonos en tierras de Tomiño, donde siempre se puede contemplar el río desde algún rincón, a veces desde la misma carretera, siempre que lo veamos sabremos que justo al otro lado está Portugal, si no queremos parar en ningún lado seguimos, seguimos hasta el próximo puente internacional que nos encontremos, que será el de Tomiño a Vila Nova de Cerveira. Con Vilanova de Cerveira sucede lo que con Valença do Minho, si bien Tomiño no tiene gran importancia a nivel de España (aunque antaño fuese ciudad fortificada y aún conserva los restos) Vila Nova de Cerveira si tiene su aquel en el norte de Portugal.
Así que no estará de más que crucemos el puente y nos demos un paseo por su centro histórico, incluso por su parque y la ribera del río, merece la pena porque es un lugar lleno de encanto, si este viaje alguien lo hace en coche y con niños, que no se pierda este pueblo y su parque, un auténtico paraíso para los niños, en él también hay un museo sobre la pesca en el río Miño que puede ser muy interesante para cualquiera.
Y una vez que estamos en Vila Nova de Cerveira por qué no subir al museo antiguo monasterio de San Paio, tiene unas vistas espectaculares sobre la ya próxima desembocadura del río que nos va llevando hacia ella, y a veces hacen en él exposiciones interesantes.
Museo convento de San Paio en Vila Nova de Cerveira
No nos sorprendamos si én el vemos algún tipo de esculturas un tanto eróticas, fue monasterio franciscano, ya no lo es, lo compró alguien y lo dedica además de a su propia vivienda a museo, en él hace exposiciones que van rotando así como también expone adquisiciones que fue haciendo él por todo el mundo. La calidad de lo expuesto puede ser, lógicamente mejor valorada por unos o por otros, pero lo que es indiscutible es que solo por las vistas sobre el río Miño merece la pena la visita.
En y desde lo más alto de Vila Nova de Cerveira
Y ya que estamos aquí ¿por qué no buscar aún mejores vistas? Llevas todo el día viendo una extraña escultura que semeja un ciervo (de ahí viene Cerveira, de que hay ciervos, o los hubo) en lo alto de un monte, si subieron a ponerla allí igual hay una carretera ¿no? pues solo hay que preguntar, se llega fácil.
Playa de A Lenta, en Portugal.
Podemos ir bajando, si acaso, antes de volver a España por el puente que hemos tomado para entrar en Portugal podemos dar una vuela por la playa de la Lenta, no tiene nada de especial, pero a lo mejor os apetece daros un baño en la margen portuguesa del río.
¿Volver a España o seguir por Portugal? un gran dilema a estas alturas, no saber con que lugar quedarnos. Os daré una solución:
Si vamos por Portugal tendremos que llegar hasta la desembocadura, que es más o menos en Caminha. Si vamos por España tres cuartos de lo mismo que es en A Guarda. Entre A Guarda y Camiña hay un ferry para vehículos desde hace mucho tiempo pero tiene un problema: a veces el lecho del río se llena de arena, no logran dragar y pasa días sin servicio. Otro problema se van de vacaciones y... no hay ferry, otro problema: cierran a veces en periodos invernales. O sea que se podría muy bien ir por cualquiera de los dos lados, después cruzar en el ferry y volver por el otro haciendo una especie de círculo gracias al ferry, así que bueno, en este artículo lo vamos a hacer como si el ferry funcionase pero sin perder de vista que ese ferry viene a ser como el chichi de la Bernarda así que es posible que falle, si falla, pues nada, iríamos a cualquiera de ambos lados, volveríamos al puente internacional de Vila Nova de Cerveira y haríamos la otra orilla por el país vecino, no pasa nada del otro mundo.
O San Campio de Lonxe
Empezamos por España, aún en Tomiño, casi ya en El Rosal, nos encontramos, para los fans de la religiosidad y todo eso, un santo importante, de esos milagreros tirando a muy milagreros, aquí le llaman "O San Campio de Lonxe" y hay quien le compuso hasta marchas procesionales para gaita, tiene que estar el San Campio que no cabe en si de gozo haciendo milagros a todos los que allí se presentan.
O Queimaroda en O Rosal
Molinos de río en O Rosal
En nada estaremos ya en el Rosal (buen vino por esta tierra también, podeis aprovechar) y aquí yo os propondría, además de disfrutar del paisaje, dar una vuelta hasta los molinos do Folón y o Picón (son dos ríos que les surten agua), cuando llegueis arriba decidís si os gusta y merece la pena la caminata, si sudais mucho caminando por allí, pues nada al bajar, os pasais por el centro de O Rosal, preguntais por el bar Queimaroda (quema rueda, en inglés Burnout ¿a que mola?) y os vaciais una botellita de vino del Rosal (también presumen de tener muy buen albariño) fresquita entre los que vayais y entre colegas de las dos ruedas. Por cierto, si comeis por aquí, de postre pedid mirabeles, os gustarán.
Castro de Santa Tecla, A Guarda.
Panorámica desembocadura del Miño (pica para ampliar).
Y venga que ya entramos en La Guardia, o A Guarda que es como lo vereis en los carteles, La Guardia es pueblo muy marinero, con algunas buenas playas al atlántico pero yo os propondría otra pequeña ruta en este ayuntamiento. Lo primero de todo sería subir al Castro de Santa Tecla (hacen una fiesta del vino en la que os lo podeis pasar realmente bien, si no os importa que os llenen de vino, claro), en el podreis disfrutar de las ruinas de un poblado prerrománico del siglo I antes de Cristo y subiendo un poco más de unas vistas alucinantes de la desembocadura del Miño, arriba de este párrafo os dejo una panorámica para que os hagais a la idea. Conviene que sepais que casi al inicio de la subida hay una caseta de madera, en invierno ni caso, en verano hay un señor que os cobrará un euro o euro y algo para subir al monte. Cuidado también con la subida y la bajada, hay curvas muy pronunciadas y a veces puede haber algo de gravilla en el asfalto.
Desembocadura del Miño desde la playa de Camposancos
A Insua desde la playa de Camposancos
Desembocadura del Miño desde Santa Tecla
En cuanto bajemos, justo cuando se termina la carretera de bajada en el pueblo giraremos a la derecha con nuestra moto tomaremos dirección a Camposancos, si hace falta preguntamos por "la playa de Camposancos". La Guardia tiene varias playas pero esta tiene de especial que está en el río Miño, es salada aunque no mucho porque el Miño es pequeño, así que con las subidas y bajadas de marea es el Atlántico quien entra en él, en esta playa podemos pasear, darnos un baño o lo que nos plazca, al fondo estamos viendo la localidad portuguesa de Caminha y si nos fijamos en la desembocadura veremos que hay una isla, es A Insua, y pertenece a Portugal, hoy en día está vacía y allí no hay nadie, salvo que alguien vaya a hacer cualquier cosa puntual, antaño fue un fuerte defensivo portugués, también funcionó un tiempo como prisión y ahora, ahí andan, con la idea de hacer un instituto oceanográfico pero vaya, que lleva diez años parada.
Vamos saliendo de A Guarda y buscando el ferry ¡oh vaya, no funciona! (es que he pensado que es mejor volver sobre nuestros pasos para finiquitar mejor este reportaje), en todo caso hay una web que igual informa con cierta fiabilidad, pero... no os fieis.
Nosotros volvemos por donde hemos venido, que son menos de diez minutos, en un momento estamos en el puente internacional de Tomiño con Vila Nova de Cerveira, cruzamos a Vila Nova, giramos a la derecha y vamos a Seixo donde haremos una paradita para deleitarnos con la belleza de este pueblo con encanto, sobre todo si paseamos a la orilla del río, no demoramos mucho en Seixo que es pequeño, simplemente disfrutar un poco del paisaje.
El río Miño a su paso por Caminha
Poco después llegaremos a Caminha que como vais viendo ya sin bajaros de la moto fue y es localidad importante, bien fortificada y de un tamaño cosiderable, podemos callejear un poco por el lugar, es agradable hacerlo, y estando en Portugal nunca está de más tomar un café, que ahí lo hacen bien.
Playa de Caminha
Desde España veíamos una hermosa playa a este lado de la frontera, a poco que rodemos hacia el oeste, como saliendo de Caminha nos encontraremos un frondoso pinar, se trata de lo que en esta zona llaman A Mata Nacional de Camarido, cruzándola llegaremos a una preciosa playa.
Y aquí, con el sol casi a punto de ponerse, parece que se nos acaba el Miño, pero no, aún no, rodemos unos kilómetros más en la dirección que llevamos, lleguemos hasta un lugar llamado Moledo, lleguemos con nuestra moto hasta el borde del muro que nos separa de la playa de Moledo y disfrutemos de esa unión, casi mágica, entre el Miño y el Atlántico.
Dejemos que ese Miño que vimos nacer, que vimos como crecía siendo un niño, que vimos como se hacía grande, fuerte y poderoso y como los hombres lo maltrataban y una y otra vez y aún así como ave fenix resurgía de sus cenizas para regar con su bien preciada agua a casi toda Galicia, dejemos digo, que vaya muriendo tranquilo, sumergiendose en el gran oceano poco a poco, según se va poniendo el sol, supongo que si yo fuese río me gustaría morir así después de haber servido bien a la tierra y a sus habitantes que a lo mejor no merecemos tanta bondad.
Y esto creo que es todo lo que yo puedo aportar, supongo que otros vendrán que sabrán más o irán por otros sitios, siempre dispondreis de los compentarios para ampliar este reportaje. Es posible que haya alguna foto más aparte de las que aquí aparecen PICAD AQUÍ para verlas todas.
Y por supuesto, se agradece que lo compartais en las redes sociales, es más que posible que pueda ser de interés de mucha gente que esté buscando poder hacer una ruta larga y original para disfrutar de un entorno verdaderamente maravilloso.
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