Volver a Vizcaya siempre es grato para quien como el que suscribe pasó allí unos cuantos años de su vida, si además es para acudir a una concentración de motos con buena fama mejor aún, y además sería hasta feo no ir siendo la pareja de la presidenta del moto grupo Iguanas Galiza. Si los aniversarios de los Iguanas gallegos son tan buenos como en ocasiones hemos contado aquí, la fiesta que organice la madre tienen que ser la releche, así que no me lo hay que decir dos veces. El día 8 de Julio salía para Ortuella desde Santiago de Compostela bien escoltado por dos Iguanas gallegos y así nos lo hemos pasado en tierras vascas.
Gallegos y váscos liándola nada más llegar
De entrada el viaje hoy en día es bastante más llevadero que hace unos cuantos años, prácticamente todo autovía por la cornísa Cantábrica, quinientos y pico quilómetros y no llega a seis horitas de viaje contando paradas para comer, repostar, fumar, ir al baño o lo que se tercie, así que llegamos más que el Viernes día 8 llegamos más que descansados para una buena juerga.
La MotoIguanada se celebra en la localidad minera de Ortuella, vamos que en cuanto ves desde la provincia de Santander el monte Serantes señoreando Santurce, prácticamente estás ya en plena fiesta, solo hay que buscar el campo de futbol del CD Ortuella y ¡zas! ¡de lleno en la MotoIguanada del 2016! Me aseguro, más bien nos aseguramos de que lo Iguanas vascos estén bien surtidos de licor café y lo están, también lo están los bares de la zona donde se celebra la fiesta, el Black and White y el Casanova, muy profesionales ellos, la cerveza bien fría también parece abundar, así que no hay problema, tras el caluroso recibimiento de los Iguanas de Bizkaia y de refrescar el cuerpo con alguna birra montamos las barracas en el campo de futbol y ¡a disfrutar!
La primera noche de tranquis, que hasta el día siguiente, Sábado, no es el plato fuerte de la MotoIguanada, hablando y tomando el espirituoso brebaje hasta altas horas de la madrugada, hora a la cual según la presidenta de los Iguanas gallegos hay que ir a darle la lata a un par de vizcainos que están roncando tirados en las gradas del estadio, y que si aquí no duerme ni Dios y que no se que y que no se cuanto.
Menos mal que hay Iguanas con algo de sentido común que se levantan y nos mandan a todos a dormir, que ya eran horas de no molestar.
Jonathan y Silvia: Iguanas con sentido común.
A la mañana tengo una rescada de mil demonios, me la trabajo como puedo y la voy sobrellevando paseando una botella de agua fría que me suministra fluidos vitales que la van curando mientras hago alguna que otra foto y poco después nos vamos a comer al Arrago Meatza, un restaurante elegante con unas camareras muy atentas y amables que nos tratan con mucho cariño.
A uno de los Iguanas gallegos le llaman cariñosamente "pichín" y ahí que se queda perdidamente enamorado de la camarera, es lo que pasa cuando no te dan cariño normalmente, a poco que te den lo agradeces mucho. La comida, que estaba para chuparse los dedos, me deja como nuevo, ya listo para la juerga siguiente.
¡Oh sorpresa! mientras estamos comiendo comienzan a aparecer ertzainas ¡estamos rodeados! No que va, sabran ellos que hacían en la parte de arriba del restaurante en grupo tan numeroso, pero solo habían ido a comer.
Más gallegos en Ortuella, por allí andan también los Milli Riders, con los que aún había estado en su fiesta unos días atrás, y muy amables me trajeron la pancarta que se me había quedado colgada en su concentración. Gracias mil.
La tarde se presenta entretenida, de entrada un pequeño homenaje a base de ruido de motores para todos los moteros fallecidos y en especial para los hermanos de los Iguanas. Alfonso se lo toma con ganas, tantas ganas que de la caja de primaria de su Harley salta un buen chorro de valvulina, parece que el problema no es grave, la moto sigue funcionando.
Después juegos moteros, carrera de lentos, lanzamiento de neumático (¿para cuando en alguna concentra "levantamiento de moto" o algo así? es una idea, tomad nota), y algún otro que me pierdo mientras charlo con unos y tomo una caña con otros.
El ambiente se va calentando para el plato fuerte: Narcís Roca.
Narcís Roca ya está allí, en una explanada vallada con sus máquinas calientes para que todos podamos disfrutar de su actuación:
El plato fuerte: por supuesto el reventón de neumático que deja flipadísimos a un grupo de chiquillos, y como no un espectacular salto sobre varias personas del público, valientes y voluntarias ellas.
Y tras terminar su actuación, Narcís Roca, paciente como nadie, aún tiene unos largos minutos para departir con el público, fotografiarse con alguna fan y posar para este fotógrafo. Muchas gracias Narcís.
Y la MotoIguanada continúa, a todo trapo, me entretengo un ratito fotografíando a una chiquilla muy simpática que juega con su armónica, es la nieta de Celes, uno de los Iguanas que no puede estar en su fiesta, lo que es seguro es que está más que representado. Puedo hacer alguna foto más por la zona que nos puede dar una idea de lo bien que lo estabamos pasando:
Pero no hay tiempo para el relax, otros clubes moteros están entregando placas y recuerdos conmemorativos del evento a los Iguanas Bizkaia Motozaleak.
Justo después comienza la entrega de premios a los participantes en los juegos, también como no premios a los más lejanos, veteranos, con más kilómetros, motoclub más numeroso, en fin, era un no parar de entregar txapelas a los ganadores. No pude fotografiarlos a todos (uno es que se entretiene con cualquier cerveza por ahí) pero si hay una buena muestra:
Y no se vayan todavía amiguitos, que aún hay más, ahora toca el sorteo de regalos, y hay para casi todo el mundo que hasta a mi me tocó un bonito y hermoso casco, esto si que fue un no parar, y además regalos de los buenos, que hasta jamones había. Ya sabeis, ampliais las imágenes para verlas en grande:
Terminado toda esta entrega de premios y regalos para la mayoría hay un rato de relax, cada uno a su bola por la zona, eso si, los parrilleros se ponen a currar para surtirnos a todos a la hora de la cena con buena y energizante comida, el aroma de la carne asada va abriendo el apetito.
Algunos Iguanas, que en su mayoría no paran, ni pararon, de currar, se permiten un leve sueño solo interrumpido por el obturador de una cámara de fotos.
Y va cayendo la noche mientras cenamos el sabroso churrasco que prepararon los cocineros de Iguanas Bizkaia, y al poco comienzan a tocar los Trip Trio, de Castro Urdiales, que nos ofrecen durante largo rato un amplio repertorio de buen rock, como mismos sugieren un viaje a través del rock and roll en el que podemos disfrutar de sus buenas versiones de My Sharonna de los The Knack o de piezas que dejan tan buen sabor de boca en el entorno motero como On The Road Again de los Canned Heat, por poner solo un par de ejemplos de su buen hacer.
Y ya tarde, muy tarde, llegan los Txirlora (viruta, para los curiosos por los idiomas), que dejan muy claro que versionean a Leño, y además lo hacen muy bien, con el añadido de que sube Alfonso de Iguanas al escenario para interpretar con su aguardentosa voz y su harmónica el himno de los Iguanas y alguna pieza más.




Y así parece que se termina la noche, pero... solo lo parece. La buena música continúa sonando en el recinto de la MotoIguanada mientras los músicos que hemos disfrutado en directo desmontan sus equipos los bares Casanova y Black and White continúan abiertos para dar refugio y bebida a los que queremos disfrutar hasta el último momento, y por allí que andan los Milli Riders y los Iguanas gallegos, que se ve que tienen el cuerpo de jota, así que como sin querer entablamos una competición para ver quien se va último a dormir.
La competición decidimos, tras unos cuantos tragos y mucha conversación, dejarla en tablas que al día siguiente todos tenemos muchos kilómetros por delante, pero no, una noche así, tan divertida, con tanto buen rollo, no se termina fácilmente, el campo de futbol donde se acampa es un puro descojone para nosotros ¿a quién se le habrá ocurrido plantar la puta tienda en el area central? todas en los bordes y el solitario, el asocial aquel allí, en medio del círculo central de un campo de futbol de reglamento, alguien, en algún lugar, ronca exageradamente, duerme de una forma extraña, tiene su cabeza fuera de la tienda, elevada sobre una mano y según ronca y desronca sube y baja la cabeza, decidimos estabilizarlo con unas zapatillas que tiene por allí poníendoselas bajo la cabeza, es que se ve venir, que como aparte la mano se descalabra un poco, otro pasea descalzo por el cesped y dice que es un gustitito sentir la hierba fresca bajo los pies, el cesped es de hierba artificial, llamamos un rato a Toby, a ver si acallamos los multiples ronquidos que hay en el recinto, al parecer según alguno de los Milli Riders es un truco efectivo:
-¡Toby ven! ¡toma Toby ven! ¡ven Toby bonito!
Nada, los ronquidos no cesan. Entre risas nos vamos acostando para disfrutar de un bien merecido descanso.
A la mañana escucho motos que arrancan, alguien me cuenta mucho después que hubo una bonita ruta con pinchos, mira tu que perdérmela (como siempre). No pasa nada otra vez será.
Nos vamos a comer con los Iguanas al Silverstone, un bar motero en Portugalete, algo ligero, que hay que viajar, nos atienden de maravilla y sacian nuestra hambre. Antes de partir no puedo evitar hacer un par de fotos al Puente Colgante desde el mirador sobre la ría de Bilbao que hay frente al bar, que bien las merece aunque evidéntemente no sea el mejor día para hacerselas.
Y así, bien alimentado y no sin cierta pena nos despedimos de los Iguanas de Bizkaia, deseándonos lo mejor y que podamos vernos pronto.
No quiero dejar el reportaje sin agradecer a Iguanas Bizkaia Motozaleak la calurosa acogida y el cariño que nos brindaron, también lo que nos divertimos, en los días que estuvimos con ellos, y por supuesto un millón de gracias por permitirme hacer este humilde reportaje que espero que haga un minimo de justicia y en él se atisbe un poco lo bien que un biker lo puede pasar en una MotoIguanada. Un millón de gracias Iguanas.
Por cierto, que se me olvidaba, os voy a dar una receta para el dolor de muelas que aprendí en la MotoIguanada:
-Te cojes estos "cogollitos" (si no sabeis a que cogollitos se refiere el doctor buscad en google o espabilad), pones una olla con leche a fuego lento, se los echas, y vas revolviendo así suave, muy suave, durante quince minutos, hasta que la leche pille así como colorcito. Te tomas eso y ¡oye! ¡mano de santo! te desaparece el dolor de muelas.
(la receta la podeis leer con acento de Arguiñano y os haceis a la idea)
Y ya sabeis, si considerais que lo bueno debe de darse a conocer no dejeis, por favor, de compartir este reportaje en las redes sociales, siempre se agradece. Y si, por supuesto que hay más fotos, podeis verlas todas PICANDO AQUÍ.
Los Iguanas Galiza me pidieron una fotografía bajo la bandera que Paco, que ahora rueda libre por las carreteras que hay más arriba de las nubes, llevaba en su moto cuando rodaba aquí, con todos vosotros. A mi me gustaría despedir este reportaje dedicándoselo a Paco, y a todos los compañeros que os faltan, seguro que estuvieron ahí, en la MotoIguanada, que disfrutaron viendo lo bien que lo hacíais, seguro que su memoria os hará mantener ese nivel en el futuro, porque mejorarlo me da que es muy difícil, os poneis el listón demasiado alto.
¡Oh sorpresa! mientras estamos comiendo comienzan a aparecer ertzainas ¡estamos rodeados! No que va, sabran ellos que hacían en la parte de arriba del restaurante en grupo tan numeroso, pero solo habían ido a comer.
Picad en las imágenes para verlas a tamaño grande.
Pajarito Iguanas
Ambiente en la MotoIguanada el Sábado
La tarde se presenta entretenida, de entrada un pequeño homenaje a base de ruido de motores para todos los moteros fallecidos y en especial para los hermanos de los Iguanas. Alfonso se lo toma con ganas, tantas ganas que de la caja de primaria de su Harley salta un buen chorro de valvulina, parece que el problema no es grave, la moto sigue funcionando.
Alfonso Iguanas dando gas en honor a los que ruedan por el cielo
Creo que nuestros compañeros que ruedan por las etereas carreteras del cielo quedaron satisfechos
El ambiente se va calentando para el plato fuerte: Narcís Roca.
Pero no hay tiempo para el relax, otros clubes moteros están entregando placas y recuerdos conmemorativos del evento a los Iguanas Bizkaia Motozaleak.
El Hacha no es porque los Lobos de Bizkaia o Alfonso sean violentos, tiene su por qué.
Motera más lejana, Rosa de Iguanas Galiza
De Tenerife que vino hasta tierras vascas a disfrutar con los Iguanas. Creo que no se arrepintió
Ganador en la carrera de lentos ¡y eso que no pilotó su propia moto!
Lanza neumáticos más lejos que nadie
Nadie diría que es la más veterana pero su DNI no creo que mienta.
Lobos Bikers Bizkaia grupo motero más numeroso (siempre digo abrid los ojos y miradme pero... como quien escucha llover).
El pequeño Milli Riders será la mano inocente en el sorteo de regalos
Emilio de Milli Riders premiado con unas botellas de vino...
Duraron un suspiro
¡Anda que no saltó de alegría Haizea cuando le tocó el dron!
Hasta jamones había, llegados directamente de la Alpujarra granadina.
¡Mucho ojo con Miyagi! ni dar cera ni pulir cera ni hostias en vinagre.
Espero haber sacado el lado bueno, así me pidió él que lo intentara.




Y así parece que se termina la noche, pero... solo lo parece. La buena música continúa sonando en el recinto de la MotoIguanada mientras los músicos que hemos disfrutado en directo desmontan sus equipos los bares Casanova y Black and White continúan abiertos para dar refugio y bebida a los que queremos disfrutar hasta el último momento, y por allí que andan los Milli Riders y los Iguanas gallegos, que se ve que tienen el cuerpo de jota, así que como sin querer entablamos una competición para ver quien se va último a dormir.
-¡Toby ven! ¡toma Toby ven! ¡ven Toby bonito!
Nada, los ronquidos no cesan. Entre risas nos vamos acostando para disfrutar de un bien merecido descanso.
Y así, bien alimentado y no sin cierta pena nos despedimos de los Iguanas de Bizkaia, deseándonos lo mejor y que podamos vernos pronto.
¿Con gente así como no lo vas a pasar bien?
Por cierto, que se me olvidaba, os voy a dar una receta para el dolor de muelas que aprendí en la MotoIguanada:
-Te cojes estos "cogollitos" (si no sabeis a que cogollitos se refiere el doctor buscad en google o espabilad), pones una olla con leche a fuego lento, se los echas, y vas revolviendo así suave, muy suave, durante quince minutos, hasta que la leche pille así como colorcito. Te tomas eso y ¡oye! ¡mano de santo! te desaparece el dolor de muelas.
(la receta la podeis leer con acento de Arguiñano y os haceis a la idea)
Y ya sabeis, si considerais que lo bueno debe de darse a conocer no dejeis, por favor, de compartir este reportaje en las redes sociales, siempre se agradece. Y si, por supuesto que hay más fotos, podeis verlas todas PICANDO AQUÍ.
La bandera de Paco, seguro que su espíritu también estuvo en la MotoIguanada
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