Rolling Stones: la infinita cobardía

Nunca tuve a los Rolling Stones por una banda de rock, por mucho que me lo cuenten expertos rockeros, lo siento. Para mi son un grupo de espabilados que tuvieron la visión de crear pop añadiéndole unos toques roquerillos para que la cosa fuese consumida en masa, digamos que fueron un poquito más rockeros que The Beatles, pero solo eso, con la diferencia de que los Rolling Stones lo bordan en cobardía.

De cualquiera debería de ser conocido a estas alturas los llamados "Sucesos de Altamont", donde demostraron con creces ser unos asquerosos niñatos que ni asumieron ni asumen responsabilidades, son el pijo del colegio que hace una travesura y si puede le echa la culpa a los malos, sin más.

Pero ahora leo que la banda inglesa está totalmente en contra de mostrar al mundo "su pasado salvaje" (¡Dios! ¡Alguien puede comprobar que no había en sus vidas tanta brown sugar, ni tantos porros, ni tanto sexo, como muchos seguidores imaginan).

Resulta que en el año 1972 el realizador y fotógrafo suizo Robert Frank tuvo la genial idea de convencer a los Stones de rodar un documental sobre su trepidante vida de sexo, drogas y rock and roll y sus Satánicas Majestades se dejaron convencer y querer, así que en la gira de aquel año Robert Frank los acompañó y rodó todo lo que quiso, ya que a lo tonto a lo tonto les había colado una clausula mediante la cual a la mínima restricción se cortaba el rodaje de la cinta. Supongo que a los Stones les convenía, en aquel momento, pasar por drogotas descerebrados y dejaron hacer al bueno de Robert. La cinta se llamó Cocksucker Blues ¿A qué mola el título? si, si, eso viene a ser el Blues del Chupapollas. El nombre viene de una cancioncita que compusieron para entregar a la discográfica Decca. Esta discográfica les reclamó una canción que por contrato le debían y los Stones, que eran incumplidores como ellos solos (y lo fueron hasta hace bien poco) se negaban a dársela, los abogados de Decca se la reclamaron por las bravas y los Stones dijeron que ahí la tenían, a ver si teneis cojones a publicarla, y no, no los tuvieron. La canción contaba la vida de un jovencito estudiante (en principio se llamó Schoolboy Blues) que llegaba a Londres y se hacía chapero. Pues de ahí viene el nombre del documental y la canción hoy en día se puede escuchar en un millón de sitios, que ya dejó de ser escandalosa, para escandalizar en la actualidad está Miley Cyrus.

Las estrellas del "rock" es lo que tienen, con cualquier cosita escandalizan.

Resulta que el documental Cocksucker Blues iba a ser proyectado estos días en el museo Reina Sofía en el ciclo Seducción y resistencia. en los limites del pop que el Reina Sofía programó en paralelo a la exposición de Richard Hamilton, considerado uno de los padres del Pop Art (no, no fue Andy Warhol como muchos creen, el papá de este bonito invento artístico, el Pop Art tiene muchos papás anteriores a Warhol, incluido Hamilton).

Y ahí están todos felices en el Reina Sofía, a punto de proyectar el documental Cocksucker Blues cuando llama un representante de los Rolling Stones y les dice que al loro, que para proyectarlo hay que cumplir ineludiblemente una serie de condiciones.

Y es que por aquella década de los 70 a los Rolling se les ocurrió de nuevo incumplir su palabra, para no variar, y denunciaron a Robert Frank con el fin de usurparle la autoría del documental, no lo lograron pero entre denuncias y querellas, y como ellos son los protagonistas lograron algunos derechos sobre la cinta, entre ellos y a saber:

-No habrá más de cinco proyecciones al año de Cocksucker Blues.

-En cada proyección tiene que estar presente Robert Frank

Robert Frank

Robert Frank tiene noventa años en la actualidad, o sea... es prácticamente proyectar la cinta por que el hombre no está para muchos trotes, así que los Rolling la bloquean siempre.

¿Y qué es lo que se puede ver que tanto molesta a los Rolling Stones en Cocksucker Blues? Pues ya veis, tanto misterio y tanta tontería para nada, si teneis interés en ver Cocksucker Blues podeis descargarlo en Torrent picando aquí, pero la verdad, ver la decadencia de unos hippies poperos no se si será muy agradable, yo os dejo aquí un par de tubes que contienen partes del documental, vereis que la cosa no es para tanto. Supongo que los Rolling ganan lo suyo con esta tontería, capaz es alguien de pagar para proyectarlo legalmente y todo.