Dicen que más vale tarde que nunca pero uno es que anda muy liado, y si no me lían con algo ya me encargo yo de hacerlo, que cuando uno nace para martillo del cielo le caen los clavos, así que lo que os voy a contar viene un poco con retraso pero al fin, aquí está. Un año más por estas fechas, concretamente el día 30 de Noviembre pasado, ruedo hacia Sanxenxo (por favor, no digais Sangenjo, suena como el culo, si acaso San Gines y ya). El que hasta aquellas fechas era el CM Terra Galega Rebels celebra por cuarta vez su ya tradicional cocido navideño en aquellas tierras.
No es que el que suscribe sea muy navideño y todas estas cosas, que la verdad, las navidades me dan tan igual que si desapareciesen mañana no lo echaría en falta, tampoco me molestan, que conste, al fin y al cabo uno lleva en la mochila juergas y fiestas de todo tipo como para que a estas alturas le haga falta una justificación para el jolgorio, pero el caso es que navideño o no es una fiesta motera más, y se va.
Tendrán que cambiar la bandera.
Así que allí estoy, puntual como un clavo (bueno, más o menos, que tampoco es cosa de perder las buenas costumbres), a eso de las doce del mediodía, en la calle Reyes de Sanxenxo, en la sede de los que ya no son CM Terra Galega Rebels (lo de ya no son es para dar misterio, y más misterio se da si digo que siguen siendo, pero bueno, seguid leyendo, seguid leyendo para saber). La gente ya está feliz, conversando, cervecita va cervecita viene como quien no quiere la cosa, las chicas de los Rebels se afanan con los mejillones de estas generosas rías en la cocina, también algunos otros pinchos, ya sabeis, esto es Galicia, no falta la buena empanada y como no, la tortilla española bien hecha, hay para todos. Los hombres se esmeran en recibirnos y que no nos falte de nada.
La sede de los Rebels está en una carretera, a las afueras de Sanxenxo, con unas preciosas vistas al mar, hace no mucho tiempo había al lado un bar abierto, ahora está cerrado, cosa de la crisis, supongo, aún así pasa por allí un moro de esos que venden cachivaches en plan complementos pret a porter de todo tipo y que no se a quien piensa venderle algo. Lleva unos graciosos sombreritos de color rosa, fuimos rápidos en hacer un pequeño escote de tres euritos para encasquetarselo en la cabeza a la que posiblemente es la motera más fashion de todo Pontevedra (incluso me atrevería a decir que del extranjero, al menos de parte). No digais que no le quedaba bien. Lo que no se es donde habrá terminado el simpático sombrero.
Ambiente en la sede de los Rebels
También anda por allí Marcelo, de Moto Club Galicia. No, no es que haya un motoclub que se llame así, Marcelo tiene una empresa muy conocida por los moteros de aquí que se llama así. Va con sus suegros, simpáticos y agradables donde los haya, llegados hace no mucho de Cuba, y oye, que a la suegra le gustan las motos y le encanta el ambientazo que hay, faltó poco para que las mujeres que por allí andaban la compusiesen con el atuendo adecuado y la subiesen a lo alto de una moto:
Poco después salimos para el restaurante O Parladoiro (no tiene muy buena traducción esto al castellano, podría ser un lugar donde "se viene a hablar", no vayais a traducirlo por parlamento, que somos gente honrada y no frecuentamos patios de Monipodio). Allí nos tienen preparado el cocido que venimos a degustar.
A mi el cocido gallego, la verdad, es que me gusta en parte, pero creo que como a todo el mundo, me encanta la carne, y la verdura, bueno... siempre me pregunto quien tuvo la idea de ponerle verdura, seguro que lo hizo para disimular, o sea, como diciendo: esta pantagruelada de carne no es normal, me van a decir que soy un animal por comer tanta carne, que no es sano, que si el colesterol, que si el ácido úrico, etc. etc. etc. y alguien le sugirió ¡échale verdura coño! ¡así ya es sano! y ahí está, tiene verdura, que suele más bien quedar en las fuentes, triste, solitaria, sin la carne que la acompañaba, aunque bueno, hay quien la degusta también, pero más bien poca, el caso es que por lo que pagamos allí podía haber comido un regimiento enterito, hubo cocido para dar y tomar varias veces. A punto estuve de pedir las sobras para el perro pero no llevaba fiambrera (¿que coño es eso de tupperwere, ni que gaitas), para el próximo me llevaré una docena de fiambreras, que oye, por veinte euritos o algo menos me soluciono la comida de un par de semanas rebañando lo que quede en las fuentes.
Al finalizar la comida, sirven, como suele ser preceptivo en estos casos el postre, café y licores, también hay una buena queimada hecha por una de las amables camareras del Parladoiro, que nos lo hecha en cara, se ve que la moza es de Zamora y claro, nos lo reprocha ¡anda que tener que hacer una queimada una zamorana en tierras de Galicia! ¿Qué se le puede contestar? pues con humildad, que la siga haciendo muchos años así de buena, la hizo mejor que muchos que por aquí llevamos una vida. Gracias por tan buen hacer.
The Bikers Mos
A los postres y licores llegan algunos que por las razones que sean no pudieron estar antes como la gente de The Bikers Mos.
Rebels de Lugo y Pontevedra
También, y para que la fiesta esté completa, llegan en tropel los hermanos de los Rebels que vienen de la provincia de Lugo. Ya estamos todos para que la fiesta continúe.
Llega la hora de los discursos, y como corresponde se adelanta Laya, el presidente del que aún, en esos momentos es el CM Terra Galega Rebels, nos da las gracias por asistir y nos cuenta que (redoble de tambores), que van a dejar de ser CM Terra Galega Rebels, a partir de ese momento pasan a ser el capítulo prospect de Rebels Hispania Pontevedra (misterio desvelado), o sea que en no mucho tiempo, y si nada cambia y no tiene por qué se convertirán en el capítulo de Pontevedra de Rebels MC Hispania. Supongo que esto es consecuencia de unos años de buen hacer, de trabajar por y para el mundo de la moto y sobre todo, y más importante, para el club. Laya nos cuenta que nada cambiará, lógicamente seguirán siendo los mismos, las mismas buenas personas que hemos conocido hasta la fecha. La enhorabuena no se hace esperar por parte de los asistentes, personalmente creo que se lo merecen. Laya concluye su discurso reiterando su agradecimiento a los asistentes y San de Mentes Libres le hace entrega de un pequeño recuerdo en muestra de respeto y amistad.
Un rato después salimos de nuevo para el Club House, donde caerá alguna copa, algún cubata o simplemente algún que otro café para los que tengan que irse más lejos. Algunos ya se van yendo, otros, como quien no quiere la cosa, nos vamos quedando ¿como no te vas a quedar hasta cuando puedas con una gente estupenda con la que te llevas cojonudamente bien? Además, tienen buena música.
Cenando en el club house de Rebels Pontevedra
Y oye, nos vamos quedando tanto que nos da la hora de cenar, y ¿como no? nos invitan ya los flamantes miembros del capítulo prospect de Rebels Hispania de Pontevedra, con sus hermanos de Lugo, que no se van. Así que ahí nos quedamos las dos de siempre, Rosa de Iguanas y Mayka, con el de siempre: un servidor de ustedes si no mandan mucho, si llegamos a ser los últimos de Filipinas aún estamos allí.
Y ahí estuvimos, hasta las tantas, con ellos, hablando de todo un poco, resolviendo los problemas del mundo entero, y esas cosas que se hacen en momentos como estos. Hasta tiempo hubo para hacer una foto de esas que hoy se dan en llamar políticamente incorrectas, pero me parece que Rebels y "políticamente correcto" no van de la mano, y como bien dicen (y en eso hago mías sus palabras) esa bandera ni es anticonstitucional, ni preconstitucional, ni ilegal ni nada que se le parezca, somos muchos los que pensamos (política bajuna e ignorancia aparte) que es la que deberíamos de tener, por mi parte la foto queda hecha y ahí queda puesta, al menos hay alguien en este país que nada contra corriente y no hace caso a bobadas, sin cortarse un pelo. Así son los Rebels. Proximamente me encantará hablar aquí de ese no muy lejano Rebels MC Hispania, de Pontevedra ¡Enhorabuena!
Castigado por cerrar los ojos, aunque esta vez creo que está un poco justificado, los cerraba de puro placer que le daba el cafecito irlandés.
¿Qué como terminamos? Pues no se los demás, pero yo maravillosamente bien, escoltado en la oscuridad de la noche por las carreteras de Pontevedra por dos moteras estupendas y guapas que me llevaron a un pueblo con mucha marcha y que aún a estas alturas no se cual es, y después a dormir plácidamente a una casa a la que no sabría volver. O sea, bien, como dijo Lemmy Kilminster: el verano del 73 fue fantástico, no me acuerdo de nada pero nunca lo olvidaré.
Como siempre muchas gracias al capítulo prospect de Rebels MC Hispania de Pontevedra y a todos los asistentes por vuestra paciencia. Y para ver más fotos, ya sabeis, PICAD AQUÍ.

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