Hay quienes ya la tenemos de antes, pero puede ser peor. Imagínate que vas por la vida de guaperas y que además lo eres, un buen día estás en algún remoto lugar del mundo donde permitan conducir sin casco, decides darte una vuelta en tu máquina y ponerla a toda pastilla por una autopista y de allí a un tiempo resulta que te das cuenta de que no ligas nada. La culpa es tuya. Ponte el casco. Si quieres, así nadie te verá feo.

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