El hijo de puta no nace ni se hace, aparece

Muchas veces, cualquiera de nosotros, ha calificado a algún congénere de hijo de puta, incluso de hijo de la gran puta. Lo que no sabemos, no tenemos claro, es si el hijo de puta nace o se hace con el tiempo. Yo tengo mi teoría, ni nace ni se hace, aparece, un buen día, un imbécil tiene una ocurrencia y la pone en práctica, cuando la ocurrencia pretende dañar a los demás en cualquier sentido estamos ante la aparición de un hijo de puta.

Después hay también el hijo de puta que nace y lo disimula hasta que puede ejercer como tal, pero de este a lo mejor hablamos otro día. Hoy hablaremos del sobrevenido.

Imagínate que vives en La Coruña, y que un domingo por la mañana temprano decides con otro amigo, quizás con vuestras parejas, salir de la ciudad a dar una vuelta en moto. De repente, cuando estás saliendo de ella por alguno de sus viales las dos motos derrapan sin que podais evitarlo y dais con vuestros huesos en el asfalto. Como ibais a poca velocidad no pasó nada más grave que algunos daños más o menos graves en las motos y alguna que otra magulladura. El asfalto estaba lleno de aceite ¡qué raro!

Lo que si se fastidió fue la ruta que pensabais hacer, quizás un pico en dinero, el disgusto, grande claro, no hay quien lo quite.

Te vas a casa pensando en una mala suerte, en que algún coche perdió aceite y ni cuenta se dio, quizás un camión, había bastante, que putada mi brigada, me han jodido la moto, el domingo y una rodilla que me duele.

Cuando vas al médico por ese dolor insistente en la rodilla descubres, porque te lo cuenta la enfermera, que hubo algún que otro accidente más en la ciudad por aceite derramado, indagas un poco y parece que en seis o siete viales también había aceite derramado.

Mientas esperas en urgencias, con curiosidad, buscas la radio de tu móvil a ver si dan noticias, y oye, si, en algunos puntos hubo más aceite, se habla incluso de una mancha de un kilómetro de largo ¡coño! un kilometro de largo de aceite "producto oleoso" dicen en la emisora de radio, no es moco de pavo, eso no lo pierde un coche por las buenas, casi seguro que ni un camión. Empiezas a vislumbrar al hijo de puta.

Cuando regresas a casa te cuenta tu pareja que lo estuvo viendo en la tele local, que si, que al parecer alguien se dedicó a regar, durante la noche del sábado, la ciudad de aceite, así, alegremente, porque lo tenía, porque le hizo gracia ver unos cuantos accidentes, también echó aceite en dos pueblos limítrofes.

Y ahí que sale un policía local diciendo que han hecho todo lo posible en cuanto se enteraron, a eso de las diez de la mañana comenzaron a llamar los vecinos a la centralita de emergencias por el aceite, que si, que indagaron y encontraron aceite en varias calles más, que incluso avisaron a la Guardia Civil y a otros pueblos de los alrededores por si acaso, que hubo un accidente bastante grave además de vuestras dos motos claro y que están indagando a ver que pudo haber pasado, pero que sospechan de un "sabotaje" o sea, ya sabes que un hijo de puta te jodió el domingo, la moto y la rodilla. El policía local, con cara de circunstancias, comenta a los periodistas que menos mal que eso ocurrió en la mañana de un domingo, si llega a ser un lunes se hubiese organizado una buena, seguro que habría habido desgracias mayores. Terminaron de limpiar todo el aceite a las trece horas bien pasadas.

El hijo de puta, más incluso que Fu Manchú, pasa a llamarse ya hijo de la gran puta. Nadie pierde aceite en tantos sitios a la vez, menos aún cuando varias de las calles son salidas de la ciudad, nadie pierde aceite durante un kilómetro, eso hay que hacerlo adrede.

Lo que os he contado hasta aquí es real a medias, no hubo, gracias a Dios, dos motos accidentadas, si un coche con graves daños materiales. El hijo de la gran puta aún no ha sido localizado, está ahí, oculto en algún lugar de la ciudad, pensando en la siguiente ¿por qué lo hizo? se admiten sugerencias.